Certeza que nace de la fe.
2012-04-04
Evangelio
Del santo Evangelio según san Mateo 26, 14-25
En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos
sacerdotes y les dijo: «¿Cuánto me dan si les entrego a Jesús?». Ellos quedaron en
darle treinta monedas de plata. Y desde ese momento andaba buscando una
oportunidad para entregárselo.
El primer día de la fiesta de los panes Ázimos, los discípulos se acercaron a Jesús y
le preguntaron: «¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?». Él
respondió: «Vayan a la ciudad, a casa de fulano y díganle: “El Maestro dice: Mi hora
está ya cerca. Voy a celebrar la Pascua con mis discípulos en tu casa” . Ellos
hicieron lo que Jesús les había ordenado y prepararon la cena de Pascua.
Al atardecer, se sentó a la mesa con los Doce y mientras cenaban, les dijo: «Yo les
aseguro que uno de ustedes va a entregarme». Ellos se pusieron muy tristes y
comenzaron a preguntarle uno por uno: «¿Acaso soy yo, Señor?». Él respondió: «El
que moja su pan en el mismo plato que Yo, ése va a entregarme. Porque el Hijo del
hombre va a morir, como está escrito de Él; pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del
hombre va a ser entregado! Más le valiera a ese hombre no haber nacido».
Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: «¿Acaso soy yo, Maestro?».
Jesús le respondió: «Tú lo has dicho». Palabra del Señor.
Oración introductoria
Jesús, el distintivo de tus discípulos y misioneros es el amor y la fidelidad. Sin
embargo, la traición a tu amor continúa y es más dolorosa cuando proviene de
quienes buscamos estar más cerca de Ti. Te suplico que me cuentes entre ésos que
quieren ser fieles, entre los que te piden tu gracia para ser auténticos apóstoles de
tu Reino.
 
Petición
Dame, Señor, la sabiduría y fortaleza para ser siempre fiel.
Meditación
Certeza que nace de la fe.
«[Judas] Ya no ve más que a sí mismo y sus tinieblas, ya no ve la luz de Jesús, esa
luz que puede iluminar y superar incluso las tinieblas. De este modo, nos hace ver
el modo equivocado del arrepentimiento: un arrepentimiento que ya no es capaz de
esperar, sino que ve únicamente la propia oscuridad, es destructivo y no es un
verdadero arrepentimiento []En Judas encontramos el peligro que atraviesa todos
los tiempos, es decir, el peligro de que también los que “fueron una vez iluminados,
gustaron el don celestial y fueron partícipes del Espíritu Santo”, a través de
múltiples formas de infidelidad en apariencia intrascendentes, decaigan
anímicamente y así, al final, saliendo de la luz, entren en la noche y ya no sean
capaces de conversión. En Pedro vemos otro tipo de amenaza, de caída más bien,
pero que no se convierte en deserción y, por tanto, puede ser rescatada mediante
la conversión» (Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, Jesús de Nazaret , segunda parte,
p. 29-30).
Reflexión apostólica
«El cristiano reconciliado con Dios sabe que no puede haber espacio en su corazón
para la amargura ni el desaliento. Es preciso reemprender el camino con renovada
confianza en la gracia de Dios y con la firme decisión de apoyarse en la fortaleza
que procede de Él» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi , n. 261).
Propósito
Pedir al Espíritu Santo la sabiduría para comprender la grandeza de la Misericordia
de Dios.
Diálogo con Cristo
Jesús, no permitas que abuse de tu misericordia. Que mi corazón no se endurezca
sino que se llene de ese santo temor que lo encauce a nunca ofenderte
conscientemente. Gracias por darme la luz para formar mi conciencia y la fuerza
para luchar siempre contra toda forma de egoísmo o doblez. Sé que llegar a
santidad es difícil, que no se logra de un día para otro, pero que nunca deje de
esforzarme por conseguirla.
«Tú te conoces, pero quizá te asustas demasiado, en parte por tu mismo
temperamento y en parte porque no confías debidamente en el poder de Dios. San
Pablo descubrió la fuerza de Dios en medio de su debilidad: “Todo lo puedo en
Aquel que me conforta”
( Cristo al centro, n. 502)