Viernes Santo de la Pasión del Señor.
Homilía basada en el Catecismo de la Iglesia Católica
«Cristo, por nosotros, se sometió a la muerte y una muerte de cruz»
I. LA PALABRA DE DIOS
Is 52,13-53,12: «El fue traspasado por nuestras rebeliones»
Sal 30,2.6.12-17.25: «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu»
Hb 4,4-16;5,7-9: «Experimentó la obediencia, y se convirtió en causa de
salvación eterna para todos los que le obedecen»
Jn 18,1-19,42: «Mirarán al que atravesaron»
II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO
La gran catequesis del Viernes Santo está en el Canto del Siervo y su conexión con
la Pasión de Juan, o al revés. Las características del dolor del Siervo de Yavé
podemos resumirlas de este modo:
1) Perseguido por el mensaje de salvación que anuncia.
2) Recibe el castigo de los hombres, pero todo eso entra en el plan salvador
de Dios.
3) La causa del dolor del Siervo es el pecado de los hombres.
4) La fidelidad del Siervo sufriente agrada a Dios y es causa de redención y de
victoria sobre el pecado.
El Viernes Santo no es «preparación» para la Pascua. Es la misma Pascua del
Señor. Así se recoge en la Oración que sigue a la postración inicial y a la
Postcomunión.
El relato de la Pasión en Juan está hecho desde la fe postpascual. Esto le da un
marcado carácter de triunfo en medio del dolor.
III. SITUACIÓN HUMANA
Huimos del dolor por escandaloso e incómodo. Pero es inevitable cuando alguien
hace de su vida una entrega por los demás, por pequeña que sea. El choque con las
estructuras de pecado del mundo hacen díficil y costoso el camino.
IV. LA FE DE LA IGLESIA
La fe
– Jesús entregado según el preciso designio de Dios: "La muerte violenta de Jesús
no fue fruto del azar en una desgraciada constelación de circunstancias. Pertenece
al misterio del designio de Dios, como lo explica S. Pedro a los judíos de Jerusalén
ya en su primer discurso de Pentecostés: «fue entregado según el determinado
designio y previo conocimiento de Dios» (Hch 2,23)" (599; cf 600).
– Muerto por nuestros pecados según las Escrituras: 601.
– La Muerte de Cristo es el sacrificio único y definitivo: 613. 614.
La respuesta
– Cumplir la voluntad de Dios: "Jesús dijo al entrar en el mundo: «He aquí que yo
vengo, oh Dios, a hacer tu voluntad» (Hb 10,7; Sal 40,7). Sólo Jesús puede decir:
«Yo hago siempre lo que le agrada a él» (Jn 8,29). En la oración de su agonía,
acoge totalmente esta Voluntad: «No se haga mi voluntad sino la tuya» (Lc 22,42).
He aquí por qué Jesús «se entregó a sí mismo por nuestros pecados según la
voluntad de Dios» (Ga 1,4). «Y en virtud de esta voluntad somos santificados,
merced a la oblación de una vez para siempre del Cuerpo de Jesucristo» (Hb
10,10)" (2824; cf 2605, 2825).
El testimonio cristiano
– «Cantemos la nobleza de esta guerra / el triunfo de la sangre y del madero;/ y un
Redentor que, en trance de Cordero,/ sacrificado en cruz, salvó la tierra./ Tú sólo
entre los árboles crecido/ para tender a Cristo en tu regazo/ tú, el arca que nos
salva; tú, el abrazo/ de Dios con los verdugos del Ungido...»(Liturgia de la Horas,
Himno de Laudes del Viernes Santo).
– «La Vida desciende para hacerse matar; el Pan desciende para tener hambre; el
Camino desciende para fatigarse andando; la Fuente desciende para sentir la sed; y
tú, ¿vas a negarte a sufrir? (S. Agustín, serm. 78, 6)» (556). Aquel que «se
sembró» en dolor para dar fruto ha arrebatado a la muerte la última palabra sobre
el hombre. Aquel que se ha entregado en dolor y cruz nos invita a que apartemos
de los hombros de nuestros hermanos la cruz y el dolor.
Con permiso de Almudi.org