La Domingo de Resurrección
Homilía basada en el Catecismo de la Iglesia Católica
"Celebramos al verdadero Cordero, que muriendo destruyó nuestra muerte, y
resucitando restauró la vida"
Hch 10,13-34a.37-43: "Hemos comido y bebido con Él después de su
resurrección"
Sal 117,1-2.16ab-17.22-23: "Éste es el día en que actuó el Señor: sea
nuestra alegría y nuestro gozo"
Col 3,1-4: "Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo"
Jn 20,1-9: "Él había de resucitar de entre los muertos"
Es de notar el énfasis que pone san Pedro en su discurso: "Nosotros somos
testigos" y "nos encargó predicar al pueblo". Los oyentes tenían que ver la tarea
apostólica como consubstancial con el seguimiento del Maestro Resucitado.
La intención de san Pablo al hablar de las cosas de "arriba" en contraste con las de
"aquí abajo", va más allá de lo puramente ascético. Parece pensar en lo
radicalmente nuevo que ha aparecido por la resurrección, la aceptación por la fe y
la adhesión a Jesucristo sería lo "de arriba". Lo relacionado con la ley vendría a ser
lo de "aquí abajo".
¿Puede haber contradicción entre el relato "Bienaventurados los que crean sin
haber visto" y la frase de hoy "vio y creyó"? No solamente no hay contradicción,
sino que hay reafirmación, porque cree no por lo que ha visto sino por lo que no ha
visto.
Lo nuevo siempre apasiona, interesa, atrae. Pero compromete, y entonces hay
muchos que prefieren dejarlo para otra ocasión. Lo grande del Evangelio es que
ofrece un proyecto nuevo para todos. Cristo pensó en todo lo del hombre y en
todos los hombres.
— "El sepulcro vacío ha constituido para todos un signo esencial. Su descubrimiento
por los discípulos fue el primer paso para el reconocimiento del hecho de la
Resurrección. Es el caso, en primer lugar, de las santas mujeres, después de Pedro.
«El discípulo que Jesús amaba» (Jn 20,2) afirma que, al entrar en el sepulcro vacío
y al descubrir «las vendas en el suelo» (Jn 20,6) «vio y creyó» (Jn 20,8). Eso
supone que constató en el estado del sepulcro vacío que la ausencia del cuerpo de
Jesús no había podido ser obra humana y que Jesús no había vuelto simplemente a
una vida terrenal como había sido el caso de Lázaro" (640; cf. 641-644).
— Al tercer día resucitó de entre los muertos:
"Os anunciamos la Buena Nueva de que la Promesa hecha a los padres Dios la ha
cumplido en nosotros, los hijos, al resucitar a Jesús (Hch 13,32-33). La
Resurrección de Jesús es la verdad culminante de nuestra fe en Cristo, creída y
vivida por la primera comunidad cristiana como verdad central, transmitida como
fundamental por la Tradición, establecida en los documentos del Nuevo
Testamento, predicada como parte esencial del Misterio Pascual al mismo tiempo
que la Cruz" (638).
— La misión de los apóstoles:
"En el encargo dado a los apóstoles hay un aspecto intransmisible: ser los testigos
elegidos de la Resurrección del Señor y los fundamentos de la Iglesia. Pero hay
también un aspecto permanente de su misión. Cristo les ha prometido permanecer
con ellos hasta el fin de los tiempos" (860; cf. 862-864).
— "Así como el pan que viene de la tierra, después de haber recibido la invocación
de Dios, ya no es pan ordinario, sino Eucaristía, constituida por dos cosas, una
terrena y otra celestial, así nuestros cuerpos que participan en la eucaristía ya no
son corruptibles, ya que tienen la esperanza de la resurrección" (San Ireneo de
Lyon, haer. 4, 18, 4-5) (1000).
Cristo es el germen de lo renovado, la meta de todos los esfuerzos, la ilusión de
quienes, desde la fuerza del Misterio Pascual, llenan el mundo de esperanza..
Con permiso de Almudi.org