Viernes Santo. El límite
MEDITACIÓN EN EL VIERNES SANTO
SITUACIÓN LÍMITE
Ante la contemplación de la muerte de Cristo en la Cruz , es posible descubrir
el sentido del límite, de la impotencia, de la fragilidad, del dolor, hasta de la
muerte.
Cuando se toca el límite de la propia estabilidad interior por causa de
circunstancias inesperadas, que afectan a la dimensión emocional, a la situación
económica, a las relaciones sociales, y hasta pastorales; cuando no se puede
dominar la mente y se siente la tormenta desatada por el torbellino de
pensamientos descontrolados, que se precipitan y que afectan al corazón con
repercusiones afectivas de rechazo por verte acosado injustamente, al menos desde
la subjetividad, sintiéndote víctima de especulaciones.
Cuando la naturaleza dicta el rechazo , la ruptura de pertenencias, o la huída y
evasión, más allá del trabajo que supone saber gestionar la crisis de manera
positiva y controlar los sentimientos, que siempre será bueno intentarlo, más allá
de decidir históricamente algún cambio o modo de actuar, tanto a nivel privado
como público, más allá de la necesidad del desahogo verbal en algún espacio
amigo, donde no suponga riesgo de extroversión o juicio, desde la fe y el deseo de
madurar en el camino espiritual, conviene mirar a Jesús, y en su presencia,
atreverse a mirarse uno a sí mismo, para descubrir los motivos que han producido
el cataclismo emocional.
En esas circunstancias, es muy posible que se encuentren razones dolorosas no
sólo por causas externas, sino por descubrir efectos del amor propio herido,
movimientos sutiles de orgullo, encubierto en el argumento de que se sufre la falta
de sensibilidad de quienes se creía que eran amigos y compañeros.
Ante Cristo en la Cruz , es momento de saberse serenar en el Señor, de
llegar a valorar la crisis como circunstancia favorable para adorar al único
Dios, y crecer en el despojamiento necesario para purificar la intención en todo lo
que se lleva a cabo.
Es momento de parar la mente , y llegar a invocar al Señor en favor de los que
crees insensibles a tu sentimiento y hasta adversarios.
Es momento de centrar la mirada en el Señor, y agradecer, aunque se
resista la naturaleza, el momento de la prueba, porque gracias a ella se
descubren pliegues ocultos en el propio interior, con los que se habría
convivido de manera inconsciente, de no haber sucedido la desestabilización.
Sin dejar de ser crítico con la posible injusticia sufrida, no puedes quedar víctima, ni
menos atrincherado, dispuesto para la batalla o la refriega.
Es momento de dejar que Dios actúe , hasta por mediaciones que pueden
parecer contrarias al deseo y a lo que se piensa que es mejor. ¡Tantas veces la
Providencia se manifiesta a través de paradojas!
Padre Angel Moreno