Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo de Pascua,
Semana No. 2, Lunes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Al terminar la oración, los llenó a todos el Espíritu Santo,
y anunciaban con valentía la palabra de Dios * Dichosos los que se refugian en ti,
Señor. * El que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios
Textos para este día:
Hechos 4,23-31:
En aquellos días, puestos en libertad, Pedro y Juan volvieron al grupo de los suyos
y les contaron lo que les habían dicho los sumos sacerdotes y los ancianos. Al oírlo,
todos juntos invocaron a Dios en voz alta: "Señor, tú hiciste el cielo, la tierra, el
mar y todo lo que contienen; tú inspiraste a tu siervo, nuestro padre David, para
que dijera: "¿Por qué se amotinan las naciones, y los pueblos planean un fracaso?
Se alían los reyes de la tierra, los príncipes conspiran contra el Señor y contra su
Mesías." Así fue: en esta ciudad se aliaron Herodes y Poncio Pilato con los gentiles y
el pueblo de Israel contra tu santo siervo Jesús, tu Ungido, para realizar cuanto tu
poder y tu voluntad habían determinado. Ahora, Señor, mira cómo nos amenazan,
y da a tus siervos valentía para anunciar tu palabra; mientras tu brazo realiza
curaciones, signos y prodigios, por el nombre de tu santo siervo Jesús."
Al terminar la oración, tembló el lugar donde estaban reunidos, los llenó a todos el
Espíritu Santo, y anunciaban con valentía la palabra de Dios.
Salmo 2:
¿Por qué se amotinan las naciones, / y los pueblos planean un fracaso? / Se alían
los reyes de la tierra, / los príncipes conspiran / contra el Señor y contra su Mesías:
/ "Rompamos sus coyundas, / sacudamos su yugo". R.
El que habita en el cielo sonríe, / el Señor se burla de ellos. / Luego les habla con
ira, / los espanta con su cólera: / "Yo mismo he establecido a mi rey / en Sión, mi
monte santo." R.
Voy a proclamar el decreto del Señor; / él me ha dicho: / "Tú eres mi Hijo: yo te he
engendrado hoy. / Pídemelo: te daré en herencia las naciones, / en posesión, los
confines de la tierra: / los gobernarás con cetro de hierro, / los quebrarás como
jarro de loza." R.
Juan 3,1-8:
Había un fariseo llamado Nicodemo, jefe judío. Éste fue a ver a Jesús de noche y le
dijo: "Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie
puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él." Jesús le contestó: "Te
lo aseguro, el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios." Nicodemo le
pregunta: "¿Cómo puede nacer un hombre, siendo viejo? ¿Acaso puede por
segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer?" Jesús le contestó: "Te lo
aseguro, el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios.
Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu. No te
extrañes de que te haya dicho: "Tenéis que nacer de nuevo"; el viento sopla donde
quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el
que ha nacido del Espíritu."
Homilía
Temas de las lecturas: Al terminar la oración, los llenó a todos el Espíritu Santo,
y anunciaban con valentía la palabra de Dios * Dichosos los que se refugian en ti,
Señor. * El que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios
1. Persecución de Irrelevancia
1.1 A veces podemos creer que las persecuciones religiosas son cosa del pasado;
quizá lo que ha sucedido es que las persecuciones han cambiado de estrategia. Por
ejemplo, el comunismo hizo visible la fe en el acto mismo de querer anularla. Tener
fe se convirtió en algo difícil y valioso, y a la vez en un signo de resistencia al
régimen dominante. Permitir que esto se diera fue un "error" comunista que otros
estilos de persecución no van a cometer tan fácilmente.
1.2 Un error que el liberalismo democrático de la mayoriade nuestros países no va
a cometer tan fácilmente; lo cual no significa que el cristianismo sea compatible con
los postulados fundamentales de ese liberalismo democrático. Simplemente se echa
mano de nuevas armas, y por cierto puede decirse que la irrelevancia es el arma
más potente de la que solemos llamar "sociedad abierta."
1.3 Y sin embargo, ese liberalismo democrático, esa dictadura de la mayoría no
puede soportar el mensaje cristiano porque su concepto de la verdad como
consenso refuerza unilateralmente el poder en las manos de quienes de hecho
pueden difundir sus propias versiones y razones. El efecto es una esclavitud sin
ruido y sin mayores opositores en la que las protestas pueden ser "negociadas."
2. El Agnosticismo como Dogma
2.1 Pensemos en los presupuestos mismos de la sociedad abierta, liberal y
democrática. Uno de esos presupuestos, el agnosticismo, es de hecho una negación
que en sí misma es dogmática. Y lo cierto es que nuestra sociedad, hablando en
conjunto, está convencida de que el agnosticismo es la única posibilidad de
encuentro entre las personas de distintos credos. Lo cual quiere decir que
asumimos como irrefutable y eterno que no puede alcanzarse la verdad en cosas
como la existencia de Dios, su autorrevelación en las escrituras, y todo lo que de
allí se siga. Por consiguiente, terminamos afirmando, con carácter de indiscutible,
irreformable y eterno, que no hay verdad cognoscible en estos temas, y por lo
tanto que ellos no pueden ser punto de partida para ninguna decisión sobre el
rumbo de la sociedad como tal.
2.2 Y aunque parece que en nuestra sociedad cualquiera puede hacerse oír,
exponer sus ideas y ganar poder, todo ello depende mayormente de las condiciones
en que las ideas son presentadas. Las ideas, lo mismo que las personas, pueden ser
calumniadas, malinterpretadas, tergiversadas. Una democracia real, es decir, un
"ágora justa," sería un ambiente en que cualquiera pudiera hacerse oír en
condiciones justas. Eso no sucede. Se necesita una cuota, muchas veces alta, de
poder para hacerse oír. Por ejemplo, un periodista no puede hacer "periodismo
puro," tiene que hacer periodismo rentable. A poco de examinarlo encontramos que
hay una censura de eficacia y rentabilidad que hace insalvable el tema de la
verdad. Quienes pretendemos seguir creyendo en verdades morales y en la
relevancia de la fe fácilmente nos vemos condenados y empujados a la irrelevancia.
3. Sobreviviendo
3.1 El Papa, especialmente en los mensajes a los jóvenes, ha insistido muchas
veces en la condición del cristiano como una existencia que va en contravía. Pero
vencer no es vencer de cualquier manera. la Iglesia, cuando ha sido más fiel a su
vocación, no ha respondido en la misma clave en que ha sido atacada. No ha
respondido al destierro con destierro, a la tortura con tortura, ni a la barbarie con
barbarie. Eso apunta a dos cosas. Primera, que también ahora la Iglesia debe estar
despierta, y no responder a la irrelevancia con irrelevancia, es decir, no puede
darse el lujo de despreciar sin más al mundo, como interpretando a la manera de la
presunción el texto de 1 Jn. O sea, no puede decir a modo de mantra: "Qué
porquería como está el mundo, ¿no? Menos mal que no nos afecta demasiado." Lo
que veamos en el mundo sucederá en la Iglesia, ya se trate de finanzas,
escándalos, corrupción administrativa o abusos de poder.
3.2 Lo segundo que aprendemos del patrón que ha seguido la Iglesia en sus
mejores horas es que las persecuciones no duran el tiempo que nosotros queremos
ni se acaban porque nosotros lo queramos. Si es verdad que estamos en medio de
una gigantesca persecución de irrelevancia, entonces no la vamos a vencer
pretendiendo ser relevantes ya, hoy, ahora. Esa sería una ilusión. Hacer grandes
demostraciones de presencia cultural, creer que el mundo es cristiano porque hay
mucho de religión en Mozart, pegarnos a las manifestaciones antiglobalización
"para que se vea que la Iglesia sí está," dar muchas delaraciones a la prensa
hablada o escrita... todo ello tiene un certo tinte de autoafirmación que termina
siendo risible para los de fuera y desgastante para los de dentro.
3.3 No es asunto de buscar promedios, pienso yo. Es más la actitud. Tenemos que
vigilar de continuo nuestro corazón y purificar cada día nuestras intenciones.
Hablando en confianza con sacerdotes nos hemos reído de nosotros mismos, viendo
cómo tales o cuales cosas se hacen con una cierta justificación tácita de "¿le queda
claro a todo el mundo y se han dado cuenta todos de que estamos haciendo esta
marcha (o procesión, o misa de sanación, o concierto...)?" Ese camino es
humanamente explicable, porque al fin y al cabo uno como sacerdote le está
empeñando la vida a una causa y quiere que su causa "valga la pena," pero todo
eso a largo plazo no nos va ayudar como Iglesia.
3.4 Si somos fieles, vendrá un tiempo de una nueva primavera; tal vez algo como
lo que soñó Juan XXIII, o como lo que Pablo VI gemía en su oración, o como lo que
ha predicado incansablemente Juan Pablo II. Aunque nos acompañarán las luchas:
eso también lo anunció Jesucristo. De modo que, superada esta persecución, habrá
otras, pero también otras y más bellas victorias.