"vieron a Jesús acercarse a la barca caminando sobre el agua, y tuvieron miedo”
Jn 6, 16-21
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
Lectio Divina
ES PRECISO TENER EL SENTIDO DE LA FRATERNIDAD CRISTIANA
El cuadro idílico de la comunidad “con un solo corazón y una sola alma”, dibujado en
las primeras páginas de los Hechos de los Apóstoles, parece oscurecerse de
improviso. Surgen las primeras tensiones. Pero el realismo de Lucas sale airoso del
reto: los problemas existen; hasta en las comunidades más perfectas hay
problemas. Las tensiones y los problemas han de ser afrontados de una manera
creativa y comunitaria. Pero, sobre todo, no deben bloquear la comunidad con
disputas perennes, no deben impedir la difusión del Evangelio. Todo ha de ser
considerado con una mirada positiva; hasta el descontento, que ha de ser tomado
en serio porque oculta problemas serios.
Los apóstoles no consideran el descontento y la crítica como un gesto de rebelión,
sino como el síntoma de un problema al que hay que hacer frente y resolverlo. Es un
signo de sabiduría y de prudencia que no siempre se ha repetido en la historia de la
Iglesia , con notables consecuencias. Hace falta una gran libertad y un gran
desprendimiento, además de clarividencia, por parte de quien posee la autoridad,
para hacer frente a las dificultades con espíritu creativo. Es preciso tener el sentido
de la fraternidad cristiana, capaz de escuchar, de dialogar, de buscar juntos
soluciones más avanzadas, que correspondan mejor a las nuevas situaciones. Los
apóstoles nos dan aquí un ejemplo de flexibilidad y de guía sabia de la comunidad.
ORACION
Cuántos problemas surgen, Señor, cada día! ¡Cuántas tensiones! ¡Y qué difícil
resulta solucionarlas! A menudo, cuando me siento víctima, tengo la tentación de
agredir y de atacar a quien posee la autoridad, mientras que cuando soy yo quien
cargo con ella siento la tentación de considerar a los que critican como eternos
insatisfechos, como gente imposible de contentar, como gente sedienta de dinero y
poder.
Concédeme, Señor, la sabiduría prudente de los Doce, que escuchan, implican a
toda la comunidad y disponen. Haz que en nuestras comunidades circule la misma
sabiduría, la misma capacidad de escucha y de participación. No dejes que nos falte
la misma creatividad, capaz de hacer frente con serenidad y de resolverlas
dificultades normales. Aparta de mi corazón la amargura y la agresividad que surgen
cuando no me siento comprendido, y dame en cambio el tono justo de la crítica
constructiva. Aparta de mi corazón la arrogancia del poder que cree saberlo todo y
no presta oídos a lo que no estaba previsto.
Señor, veo que la fraternidad está construida a base de todo y de todos: desde la
crítica a la escucha, por la inteligencia y por el deseo de que todo se resuelva con
espíritu fraterno. Muéstrame, Pastor eterno, los caminos cotidianos y concretos de la
construcción paciente y sabia de la vida fraterna, con los materiales de nuestros
límites, de nuestras exigencias, de nuestro amor.