IV D OMINGO DE P ASCUA :
(A CT 4, 8-12; S AL 117; 1 J N 3, 1-2; JN 10, 11-18)
T EXTO EVANGÉLICO
-Yo soy el buen Pastor . El
buen pastor da la vida por las
ovejas ; el asalariado, que no es
pastor ni dueño de las ovejas, ve
venir al lobo, abandona las
ovejas y huye. Yo soy el buen
Pastor , que conozco a las mías,
y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre, yo
doy mi vida por las ovejas .
C ONTEXTO :
Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo
somos!
… quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido el nombre de
Jesucristo Nazareno , a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de
entre los muertos; por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros.
C ONTEMPLACIÓN
Hoy me da pudor escuchar, Señor, tu palabra. Porque me encuentro entre las
ovejas por las que tú has dado la vida, por las que tú arriesgas constantemente tu
amor.
Mi naturaleza me dicta deseos de emancipación, de permanecer entretenido en
mis malezas, y hasta me parece honesto quedarme alejado de tu abrazo, porque no
lo merezco.
Al comprender que el cuidado que me ofreces conlleva el riesgo de tu vida por la
mía, ¡cómo dejarse amar a costa de que te entregues incluso a la muerte por mí!
Sé que estos pensamientos parecen sensatos, y son los peores que me pueden
asaltar, cuando Tú te presentas de forma tan reiterada como Pastor bueno, en cuyo
nombre sigue aconteciendo salvación.
Pastor, no dejes de velar por mí. Sobreponiéndome a mis puntos de honra, te
confieso con el salmista: Tú eres mi Dios, te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo.
El Señor es bueno, y su misericordia es eterna.
M ISIÓN
“Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla.
Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente”.
Hoy es la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Oremos para que no
falten en la Iglesia quienes, escuchando la llamada del Pastor a seguir su ejemplo,
respondan con generosidad y prolonguen en el mundo la ternura de Aquel que nos
manifiesta el amor de Dios hasta el extremo.