“Vayan por todo el mundo, anuncien el Evangelio a toda la creación”
Mc 16, 15-18
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. RESUCITADO CRISTO, SE APARECIÓ VARIAS VECES A LOS
ONCE.
Se apareció a los once cuando estaban reunidos, para que todos fuesen testigos, y
refiriesen a todo el mundo lo que habían visto y oído. Al decir once, se designa a todo el
colegio apostólico antes de que Matías ocupase el lugar de Judas. Y después de la
ascensión ellos debían de predicar el Evangelio a gentes que debían creer sin haber visto
a Jesús. Antes de partir, increpó también el Señor a sus discípulos cuando iba a
dejarlos corporalmente, para que sus palabras quedasen impresas más profundamente
en sus corazones. Jesús Reprueba la incredulidad, para que la reemplace la fe; reprueba
la dureza del corazón de piedra, para que le reemplace otro de carne lleno de caridad.
2. JESÚS DA LA ORDEN DE PREDICAR EL EVANGELIO A TODAS
LAS GENTES
En un momento, a los apóstoles no les fue fácil creer en la resurrección de Jesucristo,
pero los hechos les dieron mayor firmeza, al comprobar directamente la realidad de los
sucesos que estaban presenciando. Ellos convivieron directamente con el Señor, así
ellos constituidos en testigos, reciben el mensaje y el mandato del Señor Resucitado
para llevarlo a todo el mundo. Luego Jesús da la orden de predicar el Evangelio a todas
las gentes, junto con el bautismo. Se observa ya el universalismo cristiano en acción
entre los gentiles. Este es el gran mandato, es decir la gran misión que nos dio el Señor,
que debemos hacer con fidelidad en todos los tiempos y en todas las circunstancias.
3. JESÚS, ENVÍA A SUS APÓSTOLES, POR TODO EL MUNDO
Es así como Jesús, envía a sus apóstoles, por todo el mundo, a predicar a todas las
gentes de todas las naciones, para que la predicación apostólica, que antes fue
rechazada por la soberbia de los judíos, venga en nuestro auxilio. Cuando Jesús dice a
toda la creación, esta diciendo a los creyentes e incrédulos. El que crea y se bautice se
salvará. El que no crea se condenará. Porque no basta creer, porque el que cree y no
está bautizado todavía, no ha alcanzado aún la salvación, sino imperfectamente. Así se
dirá tal vez cada cual a sí mismo: Yo seré salvo porque he creído. Y así será en efecto,
si une las obras a la fe; porque la verdadera fe consiste en que no se contradiga la obra
con lo que dice la palabra. "Pero el que no creyere será condenado".
4. ARROJARÁN DEMONIOS EN MI NOMBRE Y HABLARÁN NUEVAS
LENGUAS
Dice Jesús; “Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán demonios en mi
nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si
beben un veneno mortal no les hará ningún daño; Puede entenderse también de las
serpientes ordinarias, como la víbora que mordió a Pablo sin causarle daño. Muchos
hechos semejantes encontramos en las historias de hombres a quienes, defendidos bajo
el estandarte de Cristo, no ha podido causar daño el veneno que habían bebido.
También dice Jesús; “impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán”. Cuando
los sacerdotes imponen sus manos sobre los creyentes, ellos están impidiendo con la
gracia que se les ha dado de exorcizar, la permanencia del espíritu maligno en el
corazón de aquéllos, es decir, no hacen otra cosa que lanzar de ellos a los demonios. De
esta forma, liberado del mal, dominará la serpiente que ha provocado la malicia de su
corazón. Con esto, aunque beba el veneno de la maldad no le hará daño, esto es si oye
malos consejos no se dejara llevar al mal. Así, nosotros también debemos dar una
mano al que esta vacilante en el camino del bien, para que quede curado y para que se
fortifique y pueda hacer con ánimo un camino de buenas obras.
5. JESÚS FUE LLEVADO AL CIELO
San Marco termina los 16 capítulos de su evangelio afirmando: Después de decirles esto,
el Señor Jesús fue llevado al cielo, luego proclama la gloria del Señor Jesús al decir que:
y está sentado a la derecha de Dios. El final del evangelio reconoce la obra misionera de
los apóstoles y la confirmación de ella que Cristo les hacía con milagros diciendo: Ellos
fueron a predicar por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba su palabra con los
milagros que la acompañaban. Es ya la predicación y extensión de la fe, vista desde la
perspectiva histórica de la Iglesia con unas decenas de años.
Los Evangelistas refieren el hecho con mucha sobriedad, y sin embargo su narración
hace resaltar el poder de Cristo y su gloria: “Me ha Sido dado todo poder en el cielo y en
la tierra”, se lee en Mateo (28, 18); y Marcos añade: “El Señor Jesús fue levantado a los
cielos y está sentado a la diestra de Dios” (16, 19). A su vez Lucas recuerda la última
bendición de Cristo a los Apóstoles: Mientras los bendecía se alejaba de ellos y era
llevado al cielo” (24, 51).
La alegría de Cristo resucitado vivan en sus corazones