Comentario al evangelio del Lunes 30 de Abril del 2012
Queridos amigos y amigas:
Algunas voces cotidianas nos recuerdan que en este mundo nuestro plural y globalizado vivimos
tiempos de crisis: económicas, políticas, ecológicas, espirituales, profesionales, vocacionales... e
incluso crisis de identidad. Sociedades marcadas por la prisa, la “cultura del kleenex” (usar y tirar), la
eficacia, la utilidad, la relatividad implícita en los cambios vertiginosos... en la cultura del “todo vale”
parece que no todos caben...
Las preguntas más hondas del ser humano tienen el peligro de encontrarse con respuestas inmediatas,
vacías, insatisfechas; la eterna dialéctica ser-hacer. ¿Quién soy? ¿soy lo que soy? ¿soy lo que hago?
¿soy lo que valgo?. Respuestas sin arraigo. Crisis de identidad. Frecuentemente derivan en una pérdida
de sentido, del sentido de la vida. Como anhela la cierva corrientes de agua, te anhela mi ser. Mi ser
tiene sed de Dios, del Dios vivo (Sal 42, 1-2).
Hoy el evangelio alza la voz, una proclama de identidad es la buena noticia: Yo soy la puerta ¡Qué
ocurrente, Jesús! Dársenos a conocer en su identidad y su misión a través de la riqueza de matices que
podemos descubrir en un elemento cotidiano e invitarnos a crecer en identidad para que nuestro ser y
horizonte de sentido, nuestra misión, se identifiquen, sean lo mismo.
Una puerta es acceso, medio, posibilidad. Abre y cierra espacios; acoge y recibe, también despide.
Crea intimidad, construye hogar, cuida la calidez. Abierta da holgura y crea alternativas. Ni con
violencia se traspasa; por medio de ella se pasa. Mirando a nuestro alrededor puede ser la puerta
expresión y reflejo de Hospitalidad, virtud necesaria para que otro mundo sea posible, derecho y deber
de todos como propone Leonardo Boff.
Jesús es el acceso para entender la entraña y el corazón misericordioso del Padre. Mirando la vida de
Jesús y su proyecto entendemos e intuimos por dónde hay que pasar, se van perfilando criterios de
fidelidad. La hospitalidad de Jesús es inclusiva, Dios les ha dado a ellos el mismo don que a nosotros.
Respeta y comprende, nunca condena; los partidarios de la circuncisión les reprocharon... jamás ha
entrado en mi boca nada profano. Es voz atenta y clara, diálogo franco, palabra verdadera; atienden su
voz... porque conocen su voz. Es responsabilidad consciente de hacer de la vida camino acompañado;
camina delante de ellos... a un extraño no lo seguirán... camino acompañado en el que los distintos
lleguen a no ser extraños sino hermanos.
Volver al corazón de Dios. ¿Estamos dispuestos? El que no entra por la puerta es ladrón y bandido.
Pasar nuestros criterios por los suyos, por la persona de Jesús y experimentar en la opción, salvación,
libertad, plenitud que alimenta y hace feliz. Quien entre por mí, se salvará, y podrá entrar y salir, y
encontrará pastos.
Jesús es la posibilidad y el acceso a la Vida y no a cualquier vida sino a la abundante. Es la misión de
Jesús, su horizonte de sentido: Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.
Continuamos en tiempo de Pascua y el espíritu del Resucitado nos llama a VIVIR en abundancia. A
implicarnos trabajando por dignificar la vida de las personas. A creer que desde Él no hay nada ni
nadie definitivamente perdido o agotado. A generar tiempos y espacios, plataformas de acogida
generosa donde nadie es “sobrante humano”, donde todos cabemos. A seguir empujando la vida y la
historia desde dentro, todo lo que posibilita, todo lo que hace crecer, todo lo bueno y lo positivo que
hay en cada persona, en cada pueblo. A acompañar y compartir la suerte de los más desfavorecidos, de
los débiles y vulnerables, de los excluidos recreando en la tierra la ilusión, realizando la Esperanza.
Que su luz y su verdad nos guíen y nos conduzcan a entrar por la Puerta hasta morar en Él (cfr. Sal
43,3) y que podamos ser para otros puerta de acceso a la Vida, a Dios.
Vuestra hermana en la fe,
Mª José Inúñez, hcsa.
Mª José Inúñez, hcsa.