Comentario al evangelio del Miércoles 02 de Mayo del 2012
Queridos amigos y amigas:
La afirmación de Jesús en el evangelio Yo he venido al mundo como luz, el que cree en mí no
caminará en tinieblas, suscita en mí los sentimientos del salmista: Lámpara es tu Palabra para mis
pasos, luz en mi sendero (Sal 118,105)
Escudriñar la Palabra desde la certeza de escuchar desafíos interesantes, encontrar propuestas
concretas, intuir actitudes posibles que ponen claridad, novedad, evidencia, que son luz para
conducirme/nos en lo cotidiano haciendo realidad el proyecto del Resucitado, la paz y la dicha, el
evangelio vivo y vivido.
... el que cree en mí no quedará en tinieblas. Creer no es vivir de seguridades ni de evidencias. Es
CONFIAR, aunque no todo se vea o se entienda. Vivir de confianzas y de fidelidades que aportan
muchas felicidades. Lo contrario de la felicidad no es la tristeza sino el miedo. El miedo impide la
confianza. Y apaga la luz. Lámpara es tu Palabra para mis pasos, luz en mi sendero... Creer en Dios, en
Jesús, es saber y saborear de Quién nos hemos fiado (cfr. 2 Tm 1,12). Sostenidos y amados por un
amor mayor en el que todo tiene sentido, atrevernos a vivir cada acontecimiento y a cada persona a la
luz de Su sentido y de Su amor. Vivir iluminados por la audacia de la Buena Noticia y audaces para
iluminar espacios y ambientes de “buenas noticias”.
... porque no he venido para juzgar al mundo sino para salvar al mundo. Y si Jesús, nuestro Hermano
mayor, no hay venido a juzgar, mucho menos nosotros. Y si nunca condena -como nos recuerda otro
pasaje del evangelio: ¿nadie te ha condenado? yo tampoco te condeno (Jn 8,10-11)- tampoco nosotros.
No necesitaríamos más razones y sin embargo, ¡qué fácilmente justificamos nuestros prejuicios y
chismes! ¡Qué fácilmente nos lavamos las manos en nuestras condenas cotidianas! Lámpara es tu
Palabra para mis pasos, luz en mi sendero... Llamados a no ser jueces de nadie sino bienhechores -los
que hacen el Bien- de todos. Ser cauces de misericordia. Dar siempre “otra oportunidad”. De cambiar,
de crecer, de construir. De sanar, de embellecer, de comulgar. Esforzarnos en hablar bien de otros...
bien decir, bendecir. Ser capaces de descubrir algo –mucho- de positivo en las personas, en los
acontecimientos. Acoger las situaciones de vulnerabilidad como espacios privilegiados en los que
sentirnos más iguales, más hermanos, más humanos; espacios en los que acariciar con ternura las
heridas y ayudarnos a crecer, a sanar; espacios en los que descubrir la historia de salvación que se
sigue haciendo en cada uno.
... no he hablado por cuenta mía, lo hablo como me ha encargado el Padre. Asumir que por su Palabra
nuestras palabras pueden ser instrumento. De encuentro, de conciliación, de evangelio. Hazte
capacidad y Yo me haré torrente (Santa Catalina de Siena). Acoger “con temor y temblor”, con infinita
humildad y reverencia la responsabilidad de hablar y anunciar “en el nombre de Dios”. Y aunque sea
algo muy repetido, muy trillado –de palabra, nunca mejor dicho- ser desde nuestra palabra, voz de
otros, palabra de los pequeños, los desfavorecidos, los de palabra acallada, los de clamor escondido...
Y el sendero de la vida propia está salpicado de presencias, de compañeros y compañeras de camino,
seguidores y seguidoras de Jesús, hombres y mujeres de Dios que a lo largo del tiempo han sido y son
destellos, luceros, lucecitas que nos han llevado a Dios. Nombrarlos ante Él en la oración de hoy puede
ser nuestra expresión de agradecimiento.
Lámpara es tu Palabra para mis pasos, luz en mi sendero... desde la claridad de la Palabra invitados a
ser luz para otros, para todos, a ser –como canta Migueli- como una luz...
Como una luz...
Van por la vida cantando
van por la vida alegrando,
presencia y paz derrochando
y con ternura machacando.
De los agobios pasando,
orando y frescura dando
con fe el dolor superando
y con ternura machacando.
Como una luz...
Van por la vida sanando
y en la vida confiando
Jesús les está quemando
y con Su amor van transformando.
El "todos juntos" buscando
las criaturas contemplando
con humildad trabajando
y con ternura machacando.
Como una luz...
Marcha con ellos, vete con Él,
vete con Él, vive como Él,
vive su vida sé sal y luz
nace otra vez y confía en Él.
Como una luz...
(Migueli, ¡Qué escándalo!, 1993)
Vuestra hermana en la fe,
Mª José Inúñez, hcsa
Mª José Inúñez, hcsa.