Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo de Pascua,
Semana No. 4, Sábado
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Sabed que nos dedicamos a los gentiles * Los confines de
la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. * Quien me ha visto a mí ha
visto al Padre
Textos para este día:
Hechos 13,44-52:
El sábado siguiente, casi toda la ciudad acudió a oír la palabra de Dios. Al ver el
gentío, a los judíos les dio mucha envidia y respondían con insultos a las palabras
de Pablo. Entonces Pablo y Bernabé dijeron sin contemplaciones: "Teníamos que
anunciaros primero a vosotros la palabra de Dios; pero como la rechazáis y no os
consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos dedicamos a los gentiles. Así
nos lo ha mandado el Señor: "Yo te haré luz de los gentiles, para que lleves la
salvación hasta el extremo de la tierra."" Cuando los gentiles oyeron esto, se
alegraron y alababan la palabra del Señor; y los que estaban destinados a la vida
eterna creyeron.
La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región. Pero los judíos incitaron
a las señoras distinguidas y devotas y a los principales de la ciudad, provocaron
una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron del territorio. Ellos
sacudieron el polvo de los pies, como protesta contra la ciudad, y se fueron a
Iconio. Los discípulos quedaron llenos de alegría y de Espíritu Santo.
Salmo 97:
Cantad al Señor un cántico nuevo, / porque ha hecho maravillas: /su diestra le ha
dado la victoria, / su santo brazo. R.
El Señor da a conocer su victoria, / revela a las naciones su justicia: / se acordó de
su misericordia y su fidelidad / en favor de la casa de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado / la victoria de nuestro Dios./ Aclama al
Señor, tierra entera; / gritad, vitoread, tocad. R.
Juan 14,7-14:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Si me conocéis a mí, conoceréis
también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto." Felipe le dice: "Señor,
muéstranos al Padre y nos basta." Jesús le replica: "Hace tanto que estoy con
vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre.
¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el
Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que
permanece en mí, hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí.
Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras
que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidáis en mi
nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo
en mi nombre, yo lo haré."
Homilía
Temas de las lecturas: Sabed que nos dedicamos a los gentiles * Los confines de
la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. * Quien me ha visto a mí ha
visto al Padre
1. ¿Qué detiene al Evangelio?
1.1 Cuando uno medita, como hacemos en tiempo de Pascua, en todas las riquezas,
bondades y bellezas del Evangelio de Cristo, no puede sino preguntarse por qué
una noticia tan llena de bondad para todos aún no llega a todos. La primera lectura
de hoy puede darnos claves de comprensión en este sentido.
1.2 Pablo y Bernabé tenían un modo de obrar muy claro en la difusión del
Evangelio. No iban simplemente de un lado a otro. ¿Qué hacían? Su punto de
partida evidente son las comunidades judías de la dispersin, o “diáspora”.
2. Historia de una dispersión
2.1 Y aquí hay algo admirable, que conviene conocer y meditar despacio. Los
judíos, según la promesa que Dios hizo a Abraham, habitaban la tierra que les fue
prometida, bien que con sobresaltos por los ataques de las naciones vecinas y con
incoherencias por sus propios pecados de injusticia e idolatría.
2.2 Acosados por los intereses de esos otros pueblos y debilitados interiormente por
su conciencia de infidelidad, terminaron siendo desterrados a comienzos del siglo VI
a. C. Tuvieron entonces que ir a Babilonia y a otras naciones. Esto dio origen a la
“dispersin”. Y aunque un número de ellos regres a Jerusalén y a Judea cuando
Ciro de Persia lo permitió a finales del mismo siglo VI a. C., la mayor parte nunca
regresó a la tierra que Dios había prometido.
2.3 Las comunidades judías de la dispersión tuvieron como centro de vida espiritual
ya no el templo ni los sacrificios, sino la sinagoga, lugar de estudio y de oración en
torno a las Santas Escrituras, que correspondían entonces a lo que nosotros
llamamos hoy el Antiguo Testamento.
2.4 Cuando Pablo y Bernabé empiezan su misión de predicación del Evangelio no
parten de cero sino de su propia experiencia. Ellos como judíos han encontrado en
Jesucristo que Dios ha cumplido las promesas que fueron hechas a los patriarcas y
pregonadas por los profetas. Y es eso precisamente lo que llevan como noticia
gozosa a las comunidades de judíos de la dispersión. Era un ambiente que Pablo
especialmente conocía bien, porque él mismo había nacido en Tarso, en la actual
Turquía, a cientos de kilómetros de la amada Jerusalén.
3. ¿Demasiado tarde?
3.1 Así pues, enviados por el Espíritu Santo y acompañados del mandato y la
oración de la Iglesia, Bernabé y Pablo avanzan por el Asia Menor, la actual Turquía,
con su noticia feliz: ¡Dios ha enviado la redención a su pueblo! ¡Dios ha cumplido su
promesa!
3.2 Esta noticia encuentra varios tipos de acogida. Hay alegría, pero también
perplejidad; alabanza a Dios, pero también dura oposición e incluso persecución.
¿Por qué?
3.3 Una posible explicación es que la noticia, por decirlo así, llegó demasiado tarde
para algunos. Imaginemos un naufragio y pensemos que los marineros han llegado
a acostumbrarse tanto al bote salvavidas que luego no quieren buscar la playa ni
subir al barco que viene a rescatarlos. En ese bote salvavidas ya se han definido
modos de autoridad y posiciones sociales; ya hay una organización que resulta
beneficiosa y gratificante para los dirigentes. lo que debía ser un modo temporal de
superar un momento trágico se ha convertido en un modo de vida. Ellos, pues, no
quieren perder el cargo de “General en Jefe del Bote Salvavidas” para convertirse
en simples “náufragos”, junto con sus compaeros de infortunio. Nace así la
desconfianza en los líderes, que pronto da paso a la envidia y luego a la sorna, la
burla cruel, la intriga y la persecución abierta. La consecuencia de todo esto:
oposición al Evangelio entre los judíos.
3.4 ¡Atención! A nosotros nos puede suceder lo mismo. Esta vida, si la miramos en
su conjunto es también una estación, un momento de paso. Y todos los habitantes
de esta tierra somos como náufragos de una desventura que se llama el pecado.
3.5 Todo, pues, lo que hacemos en este bote salvavidas que es nuestra condición
temporal ha de ser visto como un recurso temporal, como algo que no debemos
apropiarnos. Desde la orilla, Cristo, el Cristo de la Pascua, nos aguarda a todos,
pues todos hemos sido salvos sólo por su gracia. Los cargos, los ministerios, las
dignidades eclesiásticas, los estudios avanzados, las experiencias pastorales no
pueden ser barreras que nos separan ni ganchos que nos amarran al bote
salvavidas. Pasando el mar, en la playa está Jesús, y allí, teniendo invitado a su
pueblo de redimidos, prepara una fogata de amor... con los maderos del bote
salvavidas.