Comentario al evangelio del Jueves 03 de Mayo del 2012
Queridos amigos y amigas:
Comenzamos hoy el Salmo con la expresión de que el clamor y la gloria de Dios llegan a toda la
Creación.
¿Qué nos quieren expresar el cielo, el firmamento, el día, la noche...? Que la Voluntad y la Gracia de
Dios lo recorren todo y nos llegan a todos. Su Gracia, su Providencia y su Mensaje inundan a toda la
Creación. ¿Cuál ha de ser nuestra actitud ante este Mensaje que se nos susurra?
La profunda seguridad y confianza en la mano providente de un Dios que es todo Gracia. Que cuida
día a día lo que ha creado y especialmente al hombre. Dios no nos falla nunca. Su Voluntad y su
Gracia nos llenan de seguridad y confianza. De Dios puedo fiarme porque nunca abandona a los seres
creados por Él. Hoy queremos unirnos al canto del Universo; al clamor de la Naturaleza y de la
Creación.
¡Ayúdanos a ser un canto de la Gloria de tu Amor con nuestra vida cotidiana!
¡Concédenos esa fe y abandono que confía en Ti! Y que lo hace con la misma seguridad que tenemos
del discurrir del día y de la noche y de la existencia de las estrellas en el firmamento!
Celebramos hoy la fiesta de los Apóstoles Felipe y Santiago.
Del mismo modo que Jesús pregunta a Felipe sobre su “conocimiento” acerca de Él después de tanto
tiempo de compartir su vida y mensaje con sus apóstoles; así también nos lo cuestiona hoy a nosotros.
Felipe pide una manifestación extraordinaria del Padre y Jesús le descubre que sólo la fe puede
descubrir la presencia del Hijo en el Padre y del Padre en el Hijo.
Somos creyentes. Hemos vivido ya un itinerario más o menos extenso de fe y vivencia cristiana. Nos
hemos entrañado con los hechos y palabras de Jesús... pero nunca terminaremos de conocerlo del todo.
Como a los apóstoles le hacemos preguntas inquisitivas sobre Él, sobre su Padre; acerca del discurrir
del mundo y de la historia...
Seguimos pidiendo excesiva cantidad de signos y claras señales. Aún nos falta –como a los apóstoles–
esa “fina y lúcida” sensibilidad que sabe leer y entender el lenguaje de Dios en todo aquello que
ocurre, en las luces y en las sombras. Pero Jesús conoce nuestras dudas e interrogantes y da una
respuesta convincente desde su ser, actuar y hablar. De ahí su afirmación profunda y llena de sentido:
“Yo soy el camino, la verdad y la vida”.
Vuestra hermana en la fe,
Mª Luz García
Mª Luz García