“Cualquier cosa que pidan en mi nombre, yo la haré”
Jn 14, 6-14
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1. YO SOY EL CAMINO, Y LA VERDAD Y LA VIDA.
En aquel tiempo, Jesús dijo a Tomás: "Yo soy el Camino, y la Verdad y la Vida. Verdad y
vida aparecen como dos expresiones sapienciales correlativas. Ya en el Antiguo
Testamento la sabiduría es la que conducía por y a las vías de la vida. Jesús aquí se
identifica con la sabiduría, que en algunos pasajes del Antiguo Testamento parecen revestir,
preparar, la trascendencia divina de la misma.
Jesús, es el camino en cuanto revela al Padre, nos da a conocer el camino que nos
conduce a Padre: El mismo es el único acceso al Padre. Jesús es el camino, porque el nos
mereció la gracia que nos hace hijos de Dios y herederos del cielo y de El. Todo esto con su
ejemplo que nos enseña el camino que hemos de seguir para llegar al cielo.
Jesús, es la Verdad ; en medio de tanta mentira y falsedad. Para nosotros es una gran paz
saber que esta verdad no cambia. Jesús es la vida, el es el centro de nuestros corazones,
de todos los que desean vivir la bondad y el amor.
Jesucristo es Dios, una misma cosa con el Padre. Conocer a Jesucristo, es conocer a Dios,
amar a Jesucristo es amar a Dios, servir a Jesucristo es servir a Dios.
Al comienzo del capitulo catorce, en versículo Jesús dice: Crean en Dios y crean también
en mi Puesto que ya creen en Dios, que crean también en El; que esa fe en El se mantenga
y aumente en su ausencia, a pesar de que van a presenciar su muerte de cruz; que crean
en El como en el Hijo de Dios, tema del evangelio de san Juan.
2. NADIE VA AL PADRE, SINO POR MÍ
En este fragmento, esta sección se enlaza con este versículo, en el que les habla de la fe
en el Padre y en El. Si va al Padre, lógicamente surge el hablar de quién sea: que conozcan
el término adonde va. A lo que se une la frase del versículo, Nadie va al Padre, sino por mí,
ya que nadie puede venir al Padre sino por Jesús.
Dice Jesús: Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Es decir nos promete
para el futuro que sabremos de un conocimiento especial del Padre. ¿Es para cuando estén
en las moradas que va a prepararles? Pero - Ya desde ahora lo conocen--- es decir, desde
el tiempo en que Él, durante su ministerio público, les hizo la gran revelación de Dios Padre,
que envió a los seres humanos a su Hijo verdadero. Por eso, al conocer al Hijo, se conoce
al Padre, en el sentido de que lo engendra, comunicándole su misma naturaleza divina, lo
mismo que por comunicarle las obras que hace.
3. SEÑOR, MUÉSTRANOS AL PADRE
La insistencia de Jesús en tratar el tema del Padre, ha suscitado en algunos de ellos el
deseo de un conocimiento más profundo y mas experimental, es así como Felipe le dijo: -
Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta - La pregunta de Felipe que pide les muestre al
Padre, pensando que Jesús, que hizo tantos milagros, se lo manifestase ahora con una
maravillosa teofanía, al estilo de lo que se pensaba de Moisés o Isaías, que habían visto a
Dios, hace ver, una vez más, la rudeza e incomprensión de los apóstoles hasta la gran
iluminación de Pentecostés.
De ese conocer al Padre y al Hijo se sigue que también han de saber que están el uno en el
otro. ¿Cómo? Podría pensarse que por la unión vital e inmanencia del uno en el otro, por
razón de la persona divina de Jesús; Pero seguramente se refiere al Verbo encarnado,
como San Juan lo considera en el evangelio. Y así el Padre está presente en El, aparte de
otras presencias, por las obras que le da a hacer. Dice en un texto, que es la mejor
interpretación de éste: Si no creen a mí, crean a las obras (milagros), para que sepan y
conozcan que el Padre está en mi y Yo en el Padre – (Jn 10:38; cf. Jn 14:20) -. El Padre
está por la comunicación que le hace, y El está en el Padre por la dependencia que su
humanidad tiene de El para realizar los milagros y el mensaje.
Por último, para la garantía de esta mutua presencia y de la verdad de que quien lo ve a El
ve al Padre, remite a las obras que el Padre hace en El.
4. EL QUE CREE EN MÍ HARÁ TAMBIÉN LAS OBRAS QUE YO HAGO
Luego Jesús nos hace una promesa, dice: Les aseguro que el que cree en mí hará también
las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. La primera promesa que
nos hace es que no sólo harán las obras que Yo hago sino que aún las hará mayores. Y la
razón es porque El va al Padre.
La palabra obras, a las que Jesús se remite, es la garantía de su verdad. Ya el anuncio que
Jesús hace a los suyos es de optimismo: su ausencia no los dejará en el fracaso, porque
harán aún obras mayores que las que El hizo. ¿Qué obras son éstas?
5. LAS OBRAS QUE EL PADRE ME DIO A HACER
Cristo dice en otro pasaje: Las obras que el Padre me dio a hacer, esas obran dan
testimonio en favor mío de que el Padre me ha enviado (Jn 5:36). Es toda su obra
mesiánica: su actividad, su enseñanza de las cuales los milagros son signos.
En esta misma línea mesiánica están estas obras que les promete hacer. Son la obra mayor
de la expansión mesiánica, que Jesús tenía circunscrita a Palestina y que ellos llevarán
hasta los confines de la tierra (Act. 1:8). Harán las obras que El hizo, enseñar el mensaje y
confirmarlo con milagros, y las harán mayores, por la extensión de ese mensaje y milagros
por todo el mundo.
Es la interpretación que ya daba San Agustín: Con la predicación de los discípulos creyeron
no unos pocos, como eran ellos, sino pueblos enteros. Y éstas son, sin duda, obras
mayores. Y esta obra que van a hacer se debe a que El va al Padre. Es El quien, por ellos,
va a realizar y confirmar su obra de expansión mesiánica.
6. SI USTEDES ME PIDEN ALGO EN MI NOMBRE, YO LO HARÉ.
Lo que pidan al Padre en nombre de Cristo, eso lo hará Cristo. Podría pensarse que Jesús
lo haría como un instrumento del Padre. Pero parece acusarse deliberadamente la divinidad
del Verbo encarnado al ponerse en una misma línea. Así dijo: Yo y el Padre somos una
misma cosa – (Jn 10:30) - los judíos consideran que con ello se hacía Dios (Jn 10:33).
A esto mismo lleva el que lo que le pidan a él en su nombre, por él mismo: Yo lo haré. Se
pone en una esfera trascendente, en paralelismo con el Padre. Se acusa en ello la divinidad
del Verbo encarnado
7. ¿QUÉ SIGNIFICA PEDIR EN MI NOMBRE?
Puede tener varios sentidos, ya que, conforme al uso semita, nombre está por la misma
persona. Así podría significar: alegar al Padre que es su Hijo (Jn 16:23-24); ponerlo por
intercesor (Jn 11:12); alegar su poder o autoridad (Act 3:6-12); pedir unidos vitalmente a El
(Jn 15:5); o como representantes suyos y encargados de continuar su obra (Jn 15:16).
El contexto inmediato se refiere a las obras mayores, que es su obra de enviados de Jesús
a continuarla. Por eso, el sentido preferente aquí de en mi nombre se refiere a los
apóstoles, que unidos a El – (Jn 14:12; 15:5 ) -, le piden a El todo lo que necesitan, como
continuadores de su obra.
Dijo Jesús: Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi nombre, para que el Padre sea
glorificado en el Hijo. Siempre es Jesucristo continuando su obra, a través de sus apóstoles,
para cumplir su misión: glorificar al Padre.
Jesús nos prometió: Si ustedes me piden algo en mi nombre, yo lo haré. Esta fue una forma
de quedarse con nosotros, y que sintiéramos su presencia, ya que rezar, es ponerse en
contacto íntimo con Jesús. Nada se resiste a la fuerza de la oración, pero hay que hacerla
como El nos dijo, en su nombre, es decir en su espíritu, en sus meritos y sus promesas, y
aceptando su voluntad .
Cristo Resucitado, viva en sus corazones