Cristo ha venido a este mundo para ser nuestro fundamento.
2012-05-10
Evangelio
Del santo Evangelio según san Juan 15, 9-11
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Como el Padre me ama, así los amo Yo.
Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo
que Yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto
para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena». Palabra del Señor.
Oración introductoria
Señor, ¿cómo corresponder a tanto amor? ¿Cómo conservar en el corazón la alegría con la
que colmas mi vida? ¡Ven, Espíritu Santo, lléname de tu amor para que pueda cumplir en todo
tu voluntad, viviendo el mandamiento supremo de la caridad.
Petición
Señor, ayúdame a seguir el camino de mi felicidad, que es el de vivir la caridad.
Meditación
Cristo ha venido a este mundo para ser nuestro fundamento.
«En cualquier necesidad y aridez, Él es la fuente de agua viva, que nos nutre y fortalece. Él en
persona carga sobre sí el pecado, el miedo y el sufrimiento y, en definitiva, nos purifica y
transforma misteriosamente en vino bueno. En esos momentos de necesidad nos sentimos a
veces aplastados bajo una prensa, como los racimos de uvas que son exprimidos
completamente. Pero sabemos que, unidos a Cristo, nos convertimos en vino de solera. Dios
sabe transformar en amor incluso las cosas difíciles y agobiantes de nuestra vida. Lo
importante es que “permanezcamos” en la vid, en Cristo. En esta breve perícopa, el
evangelista usa la palabra “permanecer” una docena de veces. Este “permanecer-en-Cristo”
caracteriza todo el discurso. En nuestro tiempo de inquietudes e indiferencia, en el que tanta
gente pierde el rumbo y el fundamento; en el que la fidelidad del amor en el matrimonio y en la
amistad es frágil y efímera; en el que desearíamos gritar, en medio de nuestras necesidades,
como los discípulos de Emaús: “Seor, quédate con nosotros, porque anochece, porque las
tinieblas nos rodean”; el Seor resucitado nos ofrece aquí un refugio, un lugar de luz, de
esperanza y confianza, de paz y seguridad» (Benedicto XVI, 22 de septiembre de 2011).
Reflexión apostólica
«En el rezo del rosario se contemplan con amor, recogimiento y reflexión los principales
misterios salvíficos de la vida de Cristo, desde su concepción virginal, pasando por su vida
pública hasta su pasión, muerte y resurrección, viéndolos a través del corazón de aquella que
le acompa más de cerca. “Recitar el rosario es en realidad contemplar con María el rostro
de Cristo”» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi , n. 239).
Propósito
Con esperanza y confianza rezar hoy un rosario, fuente de paz y alegría.
Diálogo con Cristo
Gracias, Dios mío, por tanto amor. Hoy que el mundo celebra a las madres, no puedo dejar de
agradecerte por darme a tu santísima Madre. Por su intercesión quiero pedirte que sepa
cambiar o eliminar todo aquello que me impida vivir el mandamiento de la caridad. La Iglesia,
por medio del Regnum Christi, me sugiere muchos campos para concretar mi entrega a los
demás. Te pido que sepa aprovecharlos, que responda con alegría y generosidad a tantos
dones que me regalas día a día.
«En el rezo del rosario se contemplan con amor, recogimiento y reflexión los principales
misterios salvíficos de la vida de Cristo, desde su concepción virginal, pasando por su vida
pública hasta su pasión, muerte y resurrección, viéndolos a través del corazón de aquella que
le acompa más de cerca. “Recitar el rosario es en realidad contemplar con María el rostro
de Cristo”»
( Cristo al centro , n. 922).