“ninguno de ustedes me pregunta: ¿a dónde vas?”
Jn 16, 5-11
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
Lectio Divina
EL ESPÍRITU DARÁ LA VUELTA A LA SITUACIÓN
Mientras el mundo condena a los discípulos porque siguen a Cristo, el Espíritu dará la vuelta a
la situación, revelando el verdadero ser del mundo, su error, su nulidad. Es una luz que
procede del criterio del juicio divino, diferente e incluso opuesto al del mundo. Los discípulos,
perseguidos y condenados por los tribunales del mundo, pueden juzgar y condenar en lo íntimo
de su conciencia al mundo, en espera del juicio final, que pondrá de manifiesto los términos
exactos de la eterna lid.
De este Espíritu que refuerza los corazones, que hace evidentes las razones del creer, que da
el valor necesario para oponerse a la mentalidad de este mundo, de este Espíritu -decía-
tenemos hoy una extrema necesidad. Y tenemos tanta necesidad porque se trata de un mundo
cada vez más seguro de sí mismo, más persuasivo, más seductor. Tenemos necesidad, sobre
todo, de este Espíritu que muestra al corazón y a la mente de cuantos creen que sectores
completos del mundo «mundano» tienen en sí mismos componentes diabólicos, que la batalla
entre Cristo y el Príncipe de este mundo continúa, que nosotros participamos en esta lucha
decisiva, dentro de nosotros, entre nosotros y en el ambiente que nos rodea.
ORACION
Envía tu Espíritu, Señor, para que podamos resistir al poder del mundo. Estás viendo lo débiles
que somos, cómo disminuyen nuestras fuerzas, cómo disminuyen nuestras filas, cómo se
vuelven cada vez más tímidos tus discípulos y cómo las razones del mundo están conquistando
el corazón de no pocos de nuestros jóvenes y de los que ya no lo son. ¿Qué podremos oponer
al poder del mundo si tu Espíritu no está con nosotros? Nuestros argumentos no interesan
demasiado, y apenas arañan las seguridades de pocos. Sin tu Espíritu corremos el riesgo de
ser homologados con el sentir común.
Tenemos una extrema necesidad de una dosis masiva de tu Espíritu para no sentirnos los
últimos defensores de una causa que, a los ojos de muchos, no tiene futuro. Envía a tu
Paráclito, a tu Abogado, a tu Argumentador, a tu Defensor, a tu Consolador, para que no
huyamos de la lucha, para que no nos quedemos sin armas, para que no nos veamos
sumergidos en la envolvente mentalidad que proclama un tranquilo paganismo. Envía tu
Espíritu para convertirnos en profetas críticos de este mundo, profetas entusiastas de tu
mundo, de tu verdad.