Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Par,
Semana No. 8, Viernes
--------------------------------------------
Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Sed buenos administradores de la múltiple gracia de Dios
* Llega el Señor a regir la tierra. * Mi casa se llamará casa de oración para todos
los pueblos. Tened fe en Dios
Textos para este día:
1 Pedro 4,7-13:
Queridos hermanos: El fin de todas las cosas está cercano. Sed, pues, moderados y
sobrios, para poder orar. Ante todo, mantened en tensión el amor mutuo, porque el
amor cubre la multitud de los pecados. Ofreceos mutuamente hospitalidad, sin
protestar. Que cada uno, con el don que ha recibido, se ponga al servicio de los
demás, como buenos administradores de la múltiple gracia de Dios. El que toma la
palabra, que hable palabra de Dios. El que se dedica al servicio, que lo haga en
virtud del encargo recibido de Dios. Así, Dios será glorificado en todo, por medio de
Jesucristo, a quien corresponden la gloria y el poder por los siglos de los siglos.
Amén.
Queridos hermanos, no os extrañéis de ese fuego abrasador que os pone a prueba,
como si os sucediera algo extraordinario. Estad alegres cuando compartís los
padecimientos de Cristo, para que, cuando se manifieste su gloria, reboséis de
gozo.
Salmo 95:
Decid a los pueblos: "El Señor es rey, / él afianzó el orbe, y no se moverá; / él
gobierna a los pueblos rectamente." R.
Alégrese el cielo, goce la tierra, / retumbe el mar y cuanto lo llena; / vitoreen los
campos y cuanto hay en ellos, / aclamen los árboles del bosque. R.
Delante del Señor, que ya llega, / ya llega a regir la tierra: / regirá el orbe con
justicia / y los pueblos con fidelidad. R
Marcos 11,11-26:
Después que la muchedumbre lo hubo aclamado, entró Jesús en Jerusalén, derecho
hasta el templo, lo estuvo observando todo y, como era ya tarde, se marchó a
Betania con los Doce. Al día siguiente, cuando salió de Betania, sintió hambre. Vio
de lejos una higuera con hojas y se acercó para ver si encontraba algo; al llegar no
encontró más que hojas, porque no era tiempo de higos. Entonces le dijo: "Nunca
jamás como nadie de ti." Los discípulos lo oyeron.
Llegaron a Jerusalén, entró en el templo y se puso a echar a los que traficaban allí,
volcando las mesas de los cambistas y los puestos de los que vendían palomas. Y
no consentía a nadie transportar objetos por el templo. Y los instruía, diciendo:
"¿No está escrito: "Mi casa se llamará casa de oración para todos los pueblo"?
Vosotros, en cambio, la habéis convertido en cueva de bandidos." Se enteraron los
sumos sacerdotes y los escribas y, como le tenían miedo, porque todo el mundo
estaba asombrado de su doctrina, buscaban una manera de acabar con él. Cuando
atardeció, salieron de la ciudad.
A la mañana siguiente, al pasar, vieron la higuera seca de raíz. Pedro cayó en la
cuenta y dijo a Jesús: "Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado."
Jesús contestó: "Tened fe en Dios. Os aseguro que si uno dice a este monte:
"Quítate de ahí y tírate al mar", no con dudas, sino con fe en que sucederá lo que
dice, lo obtendrá. Por eso os digo: Cualquier cosa que pidáis en la oración, creed
que os la han concedido, y la obtendréis. Y cuando os pongáis a orar, perdonad lo
que tengáis contra otros, para que también vuestro Padre del cielo os perdone
vuestras culpas."
Homilía
Temas de las lecturas: Sed buenos administradores de la múltiple gracia de Dios
* Llega el Señor a regir la tierra. * Mi casa se llamará casa de oración para todos
los pueblos. Tened fe en Dios
1. Repartiendo regalos
1.1 La palabra "gracia" está relacionada, en su lengua griega original, con la
palabra "cárisma," que significa regalo. El amor "por gracia" es también amor
regalado. En ese sentido, un cristiano es aquel que se sabe amado más allá de
todos los méritos, de todas las razones e incluso, amado más allá de lo razonable.
1.2 Desde esta abundancia de amor y de certeza de ser amados se estructuran
todas las relaciones con nuestro prójimo: no es el puro deber, ni la urgencia de
lograr igualdad, ni la necesidad de obtener unos resultados sino la prisa por amar.
Exactamente lo opuesto de lo que sucede en la mentalidad mundana, para la cual
esperar y exigir el propio provecho es lo "obvio," lo "estándar," lo esperable.
1.3 Pedro añade otra razón a nuestro amar al prójimo: el final del mundo presente.
Desde su óptica, los bienes que pasan pueden servirnos para transmitir un bien que
dura; las cosas contingentes pueden transmitir un mensaje eterno. Ser cristiano,
desde esta perspectiva, es asunto de recta administración, y saber administrar es
adquirir lo eterno a precio de lo pasajero.
2. ¿Jesús Maldiciendo?
2.1 Sin duda nos extraña el pasaje del evangelio de hoy. Jesucristo maldice una
higuera y el poder de su palabra la seca en el término de un día. Todavía más
extraño: la razón de ese acto de Nuestro Señor es la falta de fruto de la planta pero
el evangelista mismo explica: "no era tiempo de higos." ¿Qué es todo eso? ¿Es un
arranque de ira propio de alguien que tiene mucha hambre?
2.2 Por lo que sabemos de Cristo, ni el hambre ni la ira tuvieron nunca verdadero
poder en él. La explicación es otra. Recordemos que él solía enseñar con parábolas.
Pues bien, las parábolas a veces son historias que se cuentan con palabras pero a
veces son acciones que se realizan delante de los discípulos. Esto lo encontramos
en Jeremías y en Ezequiel, entre otros. Leemos por ejemplo en el capítulo 13 de
Jeremías que este profeta se compró, por mandato de Dios, un cinturón, con el
único propósito de echarlo a perder con el agua. Parece un desperdicio pero, más
allá de una mentalidad utilitarista que quiere ponerle precio a todas las matas de la
calle, lo importante es la enseñanza.
2.3 Y en el caso del evangelio de hoy la enseñanza se refiere a la esterilidad, como
lo muestran los hechos que siguen. La religión del templo, a pesar de todas sus
protestas de fidelidad a la ley, es esterilidad y como tal está condenada a secarse y
consumirse. Un riesgo que por supuesto atañe no sólo a aquellas gentes y a ese
templo.
Fr. Nelson Medina, O.P.