Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Memoria de San Justino, Mártir
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Quiso Dios salvar a los creyentes mediante la predicación
de la locura del Evangelio * ¡Pongo mi vida en tus manos, Señor! * Ustedes son la
luz del mundo
Textos para este día:
Corintios 1,17-25:
Hermanos: No me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el Evangelio, y eso, no
con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo. En efecto, la
predicación de la cruz es una locura para los que van por el camino de la perdición;
en cambio, para los que van por el camino de la salvación, para nosotros, es fuerza
de Dios. Por eso dice la Escritura: “Anularé la sabiduría de los sabios e inutilizaré la
inteligencia de los inteligentes”.
¿Acaso hay entre ustedes algún sabio, algún erudito, algún filósofo? ¿Acaso no ha
demostrado Dios que tiene por locura la sabiduría de este mundo? En efecto,
puesto que mediante su propia sabiduría, el mundo no reconoció a Dios en las
obras de su divina sabiduría, quiso Dios salvar a los creyentes mediante la
predicación de la locura del Evangelio.
Por su parte, los judíos exigen señales milagrosas y los paganos piden sabiduría.
Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, que es escándalo para los judíos y
locura para los paganos; en cambio, para los llamados, sean judíos o paganos,
Cristo es la fuerza y la sabiduría de Dios. Porque la locura de Dios es más sabia que
la sabiduría de los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza de
los hombres.
Salmo 30:
Sé para mí una roca protectora, un baluarte donde me encuentre a salvo, porque tú
eres mi Roca y mi baluarte: por tu Nombre, guíame y condúceme. R.
Yo pongo mi vida en tus manos: tú me rescatarás, Señor, Dios fiel. Confío en el
Señor. ¡Tu amor será mi gozo y mi alegría! R.
Líbrame del poder de mis enemigos y de aquellos que me persiguen. Que brille tu
rostro sobre tu servidor, sálvame por tu misericordia. R.
Mateo 5, 13-19:
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Ustedes son la sal de la tierra. Si la
sal se vuelve insípida, ¿con qué se le devolverá el sabor? Ya no sirve para nada y se
tira a la calle para que la pise la gente.
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad construida en lo alto
de un monte; y cuando se enciende una vela, no se esconde debajo de una olla,
sino que se pone sobre un candelero, para que alumbre a todos los de la casa.
Que de igual manera brille la luz de ustedes ante los hombres, para que viendo las
buenas obras que ustedes hacen, den gloria a su Padre que está en los cielos.
No crean que he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolirlos, sino
a darles plenitud. Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje
de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley.
Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe eso a los
hombres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el que los cumpla y los
enseñe, será grande en el Reino de los cielos».
Homilía
Temas de las lecturas: Quiso Dios salvar a los creyentes mediante la predicación
de la locura del Evangelio * ¡Pongo mi vida en tus manos, Señor! * Ustedes son la
luz del mundo
1. Buscador de la verdad
1.1 Uno de los rasgos más fascinantes de san Justino es su amor por la filosofía.
Con bastante ligereza suele creerse que la fe y la razón viven en conflicto. Según
ese prejuicio, cuanto más racional es una persona menos creyente debe ser.
Justino muestra que este no es el caso.
1.2 La definición original de filosofía como "amor a la sabiduría" a pocas personas
viene tan bien como a Justino. El amor precede a la posesión. Amar la verdad es
declararse peregrino. Eso hizo Justino, y su peregrinación lo llevó finalmente hacia
Cristo.
2. Laico
2.1 Justino no fue monje ni sacerdote. Su vida no transcurrió en la serenidad del
monasterio ni en la austeridad del desierto. Hombre estudio, viajero por motivo de
su propia búsqueda, conoció las realidades de este mundo. Firmemente anclado en
lo visible entendió el valor de lo invisible. En él se hizo verdad la súplica de Cristo al
Padre Dios: "No te pido que los saques del mundo sino que los preserves del mal."
(Juan 17,15).
2.2 El testimonio de Justino muestra otra cosa también: la santidad de Cristo no
cabe entera en ninguna vocación particular. Así como necesitamos del silencio del
monje en su desierto necesitamos del grito de denuncia del profeta en nuestras
plazas, y necesitamos el discurso sereno, profundo y sabio del maestro en nuestras
aulas.
3. Mártir
3.1 Sabemos que la palabra "mártir" significa "testigo." Un mártir está escribiendo
con su propia sangre una página del Evangelio vivo, que es siempre el Evangelio
vivido.
3.2 Puede resultar sencillo, o grato como especie de pasatiempo, jugar en la mente
con conceptos que hablan del mundo o de Dios. Justino fue más allá. No tenía sólo
palabras sino la Palabra con P mayúscula. Por eso pudo llegar hasta el martirio:
porque entendió que la lección más profunda que se puede dar en la vida es la
manera de dar la vida, y ello implica morir.
Fr. Nelson Medina, O.P.