D OMINGO III, CICLO “B”
Después del Bautismo en el Jordán, Jesús se dirige a Galilea, en donde
predica el Evangelio de Dios.
Cuatro son los temas del anuncio cristiano por excelencia:
Dos se refieren a la propuesta del Señor:
+ el tiempo se ha cumplido.
+ el Reino de Dios está ya en medio de nosotros.
Y dos se refieren a la respuesta de los hombres:
* conviértanse, cambien el corazón.
* crean en el Evangelio.
A fin de que la misión de Jesús se perpetúe en el tiempo, la liturgia de hoy nos
presenta todavía dos relatos de vocaciones .
El profeta Jonás, al principio reticente a la llamada misionera, se dirige a
Asiria, enemiga de Dios y de su pueblo, y advierte: “dentro de cuarenta días Nínive
será destruida”.
El simbolismo es claro: el Señor concede un “tiempo” para la conversión y la
penitencia; y será rico en misericordia si es escuchado...
No obstante el escepticismo del profeta, los ninivitas creen, se arrepienten y
se convierten.
Este Domingo es una invitación a la conversión : todo la liturgia de la Palabra
nos invita a dejar el mal, el pecado, a liberarnos de nuestro egoísmo, para seguir a
Jesús de cerca.
Con las palabras del salmo, también nosotros podemos pedir al Señor con
humildad: “Señor, hazme conocer tus caminos”...
El Evangelio nos presenta a Jesús que elige los primeros apóstoles:
pasa,
mira (como sólo Él sabe y puede mirar)
y llama...
Los que son llamados, obedientes y sin dudar (como dudó Jonás), aceptan
inmediatamente.
Es que el “paso” de Dios es irreversible...
Y el tiempo se ha (como dice San Pablo en la II lect.) “abreviado”...
Él nos concede un segmento del tiempo salvífico: es necesario valorizarlo, en
vista del gozo del Reino que ya ha sido inaugurado.
Por eso San Pablo recomienda reconsiderar todo: el matrimonio, el luto, las
alegrías de la vida, nuestros emprendimientos, en relación al Reino.
El llamado del Señor es la clave interpretativa más profunda de nuestra
existencia... Si estamos vivos, es porque el Señor nos ha llamado a la vida. No sólo el
día en que fuimos engendrados, sino también hoy, esta mañana. Y llegará un día – el
último – en que seremos llamados a vivir definitivamente en su Presencia, en su
intimidad... Mientras tanto, el Señor nos llama, a todos, y a cada uno, para que por
distintos caminos, de distintos modos, con distintas vocaciones, sigamos su llamada,
caminemos hacia él, recorramos los caminos del mundo testimoniando la presencia
del Reino.
¡Qué hermoso es saber que nuestra vida, antes de ser búsqueda, es llamada...!
Que es lo mismo que decir que antes de que nosotros nos hayamos puesto a
buscar, hay uno que nos ha estado buscando... desde toda la eternidad!!!
Y al decir esto, tocamos una de los rasgos más originales y esenciales de la fe
cristiana: porque en todas las religiones los hombres buscan a Dios... pero en el
cristianismo, es Dios, el Señor, quien nos busca a nosotros...
Dejémonos buscar... dejémonos llamar... escuchemos... y respondamos con
una fe, que se haga fiesta, que se haga compromiso, que se haga oración.
Amén.
Padre Dr. Juan Pablo Esquivel