Por qué tanto miedo…
Nuestro mundo, nuestra humanidad están sobrecogidos de miedo. El siglo
XXI pareciera ser el siglo del miedo. Se habla ya del “síndrome del miedo”
como un modus vivendi, un estado, un hábitat de nuestro ser, de nuestra
sociedad, de nuestra Iglesia. Y lo disimulamos, lo disfrazamos con
sucedáneos como la droga, la ansiedad, el stress.
Jesús vivió en una sociedad dramáticamente expuesta al miedo. Él mismo
padeció el miedo y sus discípulos tenían que ser advertidos
permanentemente por el mismo Maestro de su miedo congénito. “¿Por qué
tanto miedo?”, pregunta Jesús a sus discípulos y discípulas, echándoles en
cara su falta de fe, su cobardía, su mezquindad. “No teman”, es frase
repetido en la Biblia trescientas sesenta y cinco veces, como para indicarnos
que nuestra debilidad está expuesta cada día a sus vaivenes.
Pablo nos habla de la “criatura nueva”, es decir de aquella que ha vencido el
miedo. El pasado quedó grabado en nuestro interior como un ´tatuaje´
indeleble. Y en esa “criatura nueva”, nacida en Cristo, ha sido borrado
porque ha sido sellada la novedad del futuro que tiene su raíz en el Cristo
viviente. En Cristo, nuestra debilidad se hace fortaleza.
¿En dónde radica la fuerza de Jesús? ¿De dónde brota nuestro coraje?
Mientras los discípulos se debatían entre vida y muerte, Jesús dormía. Nos
volvemos locos pensando que Dios duerme. Hemos convertido la fe en
seguridad y hemos rechazado la fe como riesgo. Cuando hayamos botado al
fondo de nuestro mar, como Job, toda garantía y nos fiemos absolutamente
de la Palabra, la fe entonces, será nuestro puerto, nuestra energía
salvadora.
Cochabamba 24.06.12
jesús e. osorno g. mxy
jesus.osornog@gmail.com