M IÉRCOLES DE C ENIZA - C ICLO “B”
Comenzamos hoy la Cuaresma: Cuarenta días de preparación .
Desarrollo pedagógico del misterio cristiano central: la muerte y
Resurrección del Señor .
En la Biblia muchas veces aparecen distintas “cuarentenas”:
* Moisés, Elías, Jesús... cuarenta días por las montañas, para encontrarse con
el Señor.
* Pueblo de Israel en el desierto: 40 años.
La Cuaresma está pensada para intensificar ese aspecto de la vida que
exige superación, esfuerzo penoso, reconstrucción, purificación del pecado.
Signos que aparecen permanentemente en la Biblia y en la Iglesia en este
tiempo son: el camino, la soledad, el desierto, el encuentro con Dios, la prueba, la
austeridad, el desprendimiento, la oración...
¿Cuál es el cometido fundamental de este tiempo?
Es la propia conversión .
Convertirnos como personas, y como miembros de la Iglesia y de la sociedad.
Lo cual implica:
+ revisar nuestra vida a la luz de la Palabra de Dios .
+ escuchar con docilidad las enseñanzas de la Iglesia .
+ colaborar con la gracia para superar el pecado.
Seguimos a Cristo, que muere y resucita...
También nosotros estamos llamados a morir al hombre. viejo, y a renacer
como nuevas creaturas, signadas por el amor de Dios.
+La vida de los creyentes no se cierra en la muerte, sino que se abre a la
Resurrección.
Así también la Cuaresma: abierta hacia la Pascua .
+ La Cuaresma se abre con el signo impresionante de la imposición de las
cenizas.
Antiguamente, el duelo, la penitencia, si significaban precisamente con
la ceniza sobre la cabeza (también el luto).
Además, hoy ayunamos, recordando que “no sólo de pan vive el
hombre...”; que “comemos para vivir (y no al revés...)”; y que estamos llamados a ser
señores de nosotros mismos ...
Hoy la Iglesia toca también nuestra frente con ceniza: es la señal de que
empezamos a vivir la Cuaresma. No se nos dan adornos ni laureles de victoria, sino
cenizas, signo de lo caduco, lo efímero, lo pasajero que es todo en este mundo,
incluyendo nuestro propio cuerpo (que será cenizas), y nuestra propia vida (semejante
al soplo; a la hierba; que se encontrará cara a cara, quiéralo o no, con la muerte).
La cabeza, que siempre se mantiene erguida, que se lava, que se cuida, que se
peina y se perfuma, es tocada hoy por algo despreciable: la ceniza.
Es un gesto de luto, por nuestros pecados.
Es un gesto que nos recuerda que el precio del pecado es la muerte... y por eso
queremos levantarnos una vez más, desde el fondo de nuestro pecado, para
recibir la gracia de la conversión , para cambiar nuestra vida y alegramos con Cristo
en la Pascua.
Sí. Fruto precioso de la Cuaresma bien hecha será la alegría, y no cualquiera,
sino la de Dios, la alegría de la Salvación.
Así en el salmo 50, "tema de fondo" de este tiempo:
"Hazme oír el gozo y la alegría ... (borra en mi toda culpa)
"Devuélveme la alegría de tu salvación"...
Las cenizas que Dios quiere:
Que no te consideres dueño de nada, sino humilde administrador.
Que no te gloríes de tus talentos, sino que con ellos edifiques a los demás.
Qué no te creas santo o te creas algo, porque Santo y Grande sólo es Dios.
Que no te deprimas ni te acobardes, porque Dios es tu victoria.
Que aprecies el valor de las cosas sencillas.
Qué valores más la calidad que la cantidad.
Que vivas el momento presente, sin tantos miedos ni añoranzas.
Que estés abierto siempre a la Esperanza.
Que ames la vida y la defiendas.
Que no temas la muerte, porque siempre es Pascua .
+ María Santísima estuvo siempre junto a Jesús. De su mano queremos
recorrer esta Cuaresma, para compartir su gozo en la Pascua.
Amén
Padre Dr. Juan Pablo Esquivel