D OMINGO IV DE P ASCUA ( CICLO “B”) DEL B UEN P ASTOR .
+ Imagen que domina esta celebración: el Pastor .
Jesús es el Buen Pastor de la Iglesia y de toda la humanidad: conoce a sus
ovejas y da la vida por ellas. Es la entrega de su vida la que consigue para Él y para
los suyos la nueva vida que le da el Padre...
+ ¿Porqué “Pastor” ?
En Israel era una figura muy familiar . Una realidad de todos los días: la de los
hombres dedicados a cuidar los rebaños.
La vida de estos hombres está muy lejos de ser tranquila y descansada, como
en los dibujos que solemos ver. “En los países de oriente, con clima riguroso, y agua
y vegetación escasas, los pastores deben recorrer largas distancias bajo el sol
abrasador en busca de un lugar donde alimentar y dar agua al ganado. Durante
muchos meses deben permanecer lejos de los suyos, teniendo a los animales como
única compañía y siguiendo las nubes que van dejando caer la lluvia con
mezquindad. Y por las noches, tensas vigilias ante la posibilidad de enemigos,
ladrones o fieras, que pueden irrumpir en el rebaño y causar destrozos… La vida del
pastor no tiene momentos de descanso” (Rivas).
+ A Israel le gustaba compararse con un rebaño (del Señor) : porque Dios,
como Pastor, les prodigaba cuidado amoroso de día y de noche Su protección...
Los reyes eran llamados “pastores”, porque hacían las veces del Único Pastor.
Pero a lo largo del Antiguo Testamento, Dios los reprueba severamente, por la
irresponsabilidad y el mal ejemplo que tantas veces demostraron... Y Dios anuncia
que Él mismo será el Pastor de su pueblo , que lo cuidará con cariño y dedicación.
+ Cuando Jesús se presenta ante los judíos diciéndoles que Él es el Buen
Pastor, está cumpliendo esta promesa... Y para ayudarnos a comprender que Él es el
Buen Pastor , se comparara con aquellos que cuidan un rebaño que no es el de ellos:
les interesa la ganancia . No se exponen a ningún peligro (pues las ovejas no son de
ellos). Huyen ante los “lobos”, y abandonan a las ovejas. Jamás exponen su vida.
Por lo tanto:
+ En esta comparación entre el Verdadero Pastor y los falsos pastores, Jesús
destaca que Él es el único que da su vida por amor a las ovejas. Hace frente a todos
nuestros enemigos y los vence para darnos total seguridad. La muerte es el principal
de nuestros enemigos, y en cierto modo los reúne a todos.
Jesús se enfrentó con ella y la venció al resucitar de entre los muertos,
alcanzando también para nosotros la resurrección y la vida eterna.
+ Nadie le quita la vida a Jesús... Él la entrega libremente, por amor a
nosotros y por obediencia a su Padre.
Hoy, Jornada Mundial de Oración por las vocaciones, celebramos el gran
amor del Único Pastor de su pueblo, que quiere permanecer presente, vivo y operante
en los pastores que Él elige para que en su nombre (que es el único nombre que nos
salva, Iª. Lect .) y con su autoridad (es decir, recibida de Él) pastoreen a su pueblo.
Por eso el ministerio el Papa, de los obispos, sacerdotes y diáconos es un
sacramento que nos proclama que Cristo sigue siendo hoy, a través de los legítimos
pastores, el Pastor.
Él sigue dando su vida en aquellos que por amor a sus hermanos, los
hombres, y por obediencia al Padre Celestial, consagran totalmente su vida al
servicio de Dios y de su Pueblo Santo.
De modo que hoy oramos para que sean muchos ... para que sean santos ...
para que no falten jóvenes de nuestra comunidad ... para que se llene nuestro
Seminario ... para que los noviciados repletos provoquen una nueva primavera
misional en nuestra Iglesia, la de Cristo, la única verdadera, porque Jesucristo es el
Único Pastor que ha dado su vida por su Pueblo (en la Cruz), y la sigue dando en la
Misa. La de hoy es también una invitación a estar atentos, a discernir, para que
no suceda que en nombre de una “tolerancia” mal entendida y declamando con
superficialidad “todas las religiones son buenas” demos indebido lugar a sectas,
y a falsas religiones, cuyos cabecillas no pocas veces son “mercenarios” a los que
no les interesan las ovejas, sino sólo enriquecerse a costa de los seguidores, y
destruir la verdadera y santa religión).
+ Oremos al Señor por las vocaciones que Él ya nos ha dado: el Papa, el
Obispo, nuestro Párroco, las religiosas...
Y pidamos también al Señor que todos los muchachos y chicas de nuestra
comunidad que están siendo llamados ahora por Él respondan con valentía y
generosidad... que descubran lo hermoso, lo fascinante lo plenificante que es
consagrar totalmente la vida al Señor, para que su pueblo “tenga vida, y la tenga
en abundancia”.
Amén.
Padre Dr. Juan
Pablo Esquivel