D OMINGO VI DE P ASCUA , CICLO “B”
+ El Ev. de hoy es continuación del de la semana anterior: cap. 15 de San
Juan: relación entre Jesús y su Padre, y entre Jesús y los discípulos.
+ Discurso que trata sobre el Amor... palabra hoy totalmente equívoca:
palabra manoseada para designar realidades que no son sino egoísmos, o afectos que
son caricaturas del verdadero amor; se dice que se “ama” a una persona, y en realidad
muchas veces se trata de un manojo de sentimientos egocéntricos, dirigidos no a EL
BIEN de la otra persona , sino a MI BIEN, con la otra persona... El bien del otro es
el distintivo del amor en serio.
Jesús hoy nos da la clave del verdadero amor:
+ En primer lugar, nos dice que Él nos ama de la misma manera que es
amado por el Padre. Consideremos un momento la fuerza y la intensidad de este
amor: eterno, infinito, desde siempre y para siempre, fiel hasta la muerte (y más
aún!).
Nuestra sorpresa aumenta si vemos el contexto: la Vid y las ramas: una sola
cosa (nosotros con Dios); la Vida y el Amor eterno del Padre se encuentra en Cristo,
y de Él llega a todos nosotros, que nos encontramos unidos a Él (como la savia en la
vid).
+ Jesús nos dice también que para permanecer en esta corriente de vida y
amor debemos cumplir sus mandamientos , así como Él ha cumplido el
mandamiento del Padre: entregar su vida por nosotros (de paso, consideremos la
fuerza del amor del Padre...)
Ya estaba en el Antiguo Testamento: “ama a tu prójimo como a ti mismo”.
Pero ahora, en el Nuevo Testamento: como Yo los he amado”... La medida
divina del amor es ahora divina, no sólo humana, como en el A. T. Y no es tanto un
mandamiento dado “desde afuera” y que nos “obliga”, sino que es esa fuerza que nos
impulsa desde el interior : el amor del Padre y del Hijo, que se hace presente en
nosotros con la fuerza del Espíritu Santo.
+ ¿Cómo nos ha amado Jesús?
“Nadie tiene amor más grande que aquél que da la vida por los amigos”...
La esencia del verdadero amor se aprecia en la capacidad de sufrirlo todo por aquel
que se ama.(“pasarla bien”, lo hace cualquiera...)
[Hacerse interiormente el “test del amor” : la medida del amor es la de el
sufrimiento ; quiero a alguien en la medida en que estoy dispuesto a sufrir por esa
persona; “el amor es fuerte como la muerte” ].
+ Jesús nos ha dado, y nos da, en la Eucaristía, la prueba del Amor por nadie
discutida. Nos trata como amigos (no como a siervos).
Si somos “ramas”, no podemos ser diferentes ni dar otros frutos que los que
da el árbol...
+ “Les digo estas cosas para que mi alegría esté con ustedes y sea
completa”.
Amén.
Padre Dr. Juan
Pablo Esquivel