Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Par,
Semana No. 9, Martes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva * Lo que es
del César pagádselo al César, y lo que es de Dios a Dios
Textos para este día:
2 Pedro 3,12-15a.17-18:
Queridos hermanos: Esperad y apresurad la venida del Señor, cuando
desaparecerán los cielos, consumidos por el fuego, y se derretirán los elementos.
Pero nosotros, confiados en la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una
tierra nueva en que habite la justicia. Por tanto, queridos hermanos, mientras
esperáis estos acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con él,
inmaculados e irreprochables. Considerad que la paciencia de Dios es nuestra
salvación. Así, pues, queridos hermanos, vosotros estáis prevenidos; estad en
guardia para que no os arrastre el error de esos hombres sin principios, y perdáis
pie. Creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, a
quien sea la gloria ahora y hasta el día eterno. Amén.
Marcos 12, 13-17:
En aquel tiempo, enviaron a Jesús unos fariseos y partidarios de Herodes, para
cazarlo con una pregunta. Se acercaron y le dijeron: "Maestro, sabemos que eres
sincero y que no te importa de nadie; porque no te fijas en lo que la gente sea, sino
que enseñas el camino de Dios sinceramente. ¿Es lícito pagar impuesto al César o
no? ¿Pagamos o no pagamos?" Jesús, viendo su hipocresía, les replicó: "¿Por qué
intentáis cogerme? Traedme un denario, que lo vea." Se lo trajeron. Y él les
preguntó: "¿De quién es esta cara y esta inscripción?" Le contestaron: "Del César."
Les replicó: "Lo que es del César pagádselo al César, y lo que es de Dios, a Dios."
Se quedaron admirados.
Homilía
Temas de las lecturas: Esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva * Lo que es
del César pagádselo al César, y lo que es de Dios a Dios
1. Esperar y Apresurar
1.1 La primera lectura de hoy utiliza dos verbos que aparentemente se contradicen:
esperar y apresurar. Podemos pensar, en efecto, que esperar es no hacer nada.
Confundimos "esperar" con el simple "aguardar." Para la Biblia, en cambio, existe la
"esperanza activa," que se caracteriza precisamente porque "apresura" la llegada
de aquel que esperamos.
1.2 La esperanza es una nota muy característica de nuestra fe cristiana, quizá la
que más, en cierto modo. La esperanza mira al futuro con la certeza de un algo que
es invisible o incluso inexistente para los demás. Y el futuro, que es un libro cerrado
para nuestros cálculos humanos, es también el gran libro en que podemos
encontrar manifiesto el poder de Dios. Es decir: precisamente porque nuestras
cuentas nunca pueden agarrar por completo el futuro, sabemos que el futuro le
pertenece a Dios.
1.3 Afirmar el futuro, entonces, y afirmar que algo particular habrá de suceder en
un futuro que sólo a Dios pertenece es un aspecto misterioso y poderoso a la vez
de nuestro ser de cristianos. Nosotros afirmamos el retorno de Cristo y su gloriosa
manifestación: algo que no puede ser "deducido" de la Historia y que sin embargo
abarca de modo absoluto a la misma Historia.
1.4 Esta esperanza, incluso con su carga de misterio que nos sobrepasa, no queda
entonces sólo como algo "que vendrá" sino como algo que habrá de afectar el
sentido de todo lo que hacemos y haremos. Y es por ello que la esperanza cristiana
se convierte paradójicamente en una fuerza inmensa de transformación del
presente mismo, según la palabra de Pedro: "apoyados en esta esperanza, pongan
todo su empeño en que el Señor los halle en paz con él, sin mancha ni reproche."
Para aquel que sabe quién es el Señor y ante quién habrán de comparecer todos los
pueblos, la vida no es un azar ni un accidente ni un capricho de los otros o de
nosotros. Muy al contrario: cuanto más comprendemos que Cristo es Señor de la
Historia, más deseamos su retorno y más queremos vivir en pleno acuerdo con la
obra suave y vigorosa a la vez de su Espíritu Santo.
2. El Tributo al César
2.1 El evangelio de hoy trae otro tema, sobre el cual, por cierto, ha corrido
abundante tinta en estos últimos años. Cristo es confrontado con una
pregunta capciosa entre todas: ¿hay que pagar impuesto al emperador
romano? Estar a favor era aprobar la ocupación extranjera; estar en contra
era declararse en rebeldía contra los romanos y poder ser denunciado
como amotinador. La respuesta de Jesús fue inesperada para ellos y ha
servido de inspiración a muchos. En su brevedad, esta respuesta deja
abiertas varias interpretaciones, todas interesantes.
2.2 Una, la más inmediata: "Hay cosas que son propias del orden temporal
(lo del César) y cosas del orden espiritual (lo de Dios); hay que atender a
ambos órdenes." Esto implica: las responsabilidades civiles no deben
suplantar ni impedir, ni pueden ser suplantadas o impedidas por las
responsabilidades que conlleva la fe. Un poco más allá, y arribamos a la
teoría de los Dos Reinos de Martín Lutero, o a la separación estricta entre
Iglesia y Estado.
2.3 Otra, semejante: "no está mal pagar los impuestos a quien tiene la
autoridad como gobernante, pero eso no excluye aportar para el templo y
el culto."
2.4 Y una última, más sutil: "Devuelvan al César lo que es del César, y a
Dios lo que es de Dios." El uso del verbo, muy fuerte, "devolver," es
perfectamente lícito partiendo del verbo griego "apodídomi." En este caso,
el sentido sería: "Ustedes que reciben de los romanos (tantas cosas)
paguen primero por lo que reciben o no lo reciban; y con tantas cosas que
de Dios reciben, den en proporción a lo que Dios les da."
Fr. Nelson Medina, O.P.