D OMINGO XIV, CICLO “B”
+ Jesús ha realizado ya grandes milagros, que han causado admiración a muchos.
Su fama ya lo precede. Y ahora vuelve a su pueblo, su “Patria chica”, donde todos lo
conocen desde que era chico. No es difícil adivinar un cierto ambiente de expectativa y
curiosidad en los suyos , por saber qué iba a decir y hacer entre ellos...
+ Jesús va a la sinagoga (para el tiempo, algo así como nuestra “Misa dominical” );
y allí se lo invita a hacer la lectura y la predicación. Notemos que el Evangelio no nos
cuenta cuál fue la lectura que leyó el Señor, ni tampoco el contenido de su predicación: la
atención está centrada en la impresión que Él provoca en quienes lo ven y lo oyen...
+ En primer lugar, se nos dice que “la multitud - al escucharlo - quedó
maravillada”… Los Evangelios nos muestran que ésta es la actitud que el Señor
normalmente provoca. Especialmente, porque habla con autoridad propia , sin necesidad de
citar lo que otros dicen o han dicho antes que Él para que lo que dice tenga fuerza.
+ Sin embargo, la admiración no se convirtió en fe : pasado ese entusiasmo inicial,
surgen cuestionamientos en torno al Señor, del cual reconocen su sabiduría y poder, pero
también sus orígenes humildes, y su “historia doméstica”... En el fondo, la pregunta es
ésta: ¿Cómo un pobre carpintero, cuya historia, parentela y orígenes conocemos bien
puede realmente ser alguien “importante”? (recordar que en aquella época, el carpintero
es el “albañil” nuestro...).
+ Incluso llama mucho la atención que para hablar de sus orígenes se mencione a
su madre, y no a su padre ... En el judaísmo de aquel tiempo, cuando se hablaba de una
persona y se quería indicar su origen familiar, se nombraba siempre al padre, nunca a la
madre (aunque el padre hubiese muerto)... Algunos autores sospechan que en el modo de
hablar de esta gente hay una injuria implícita contra la Madre del Señor (obviamente,
aquí no hay fe en el nacimiento virginal); la injuria aludiría a un origen ilegítimo del Señor
(e implica un menosprecio a María). Incluso aunque la interpretación de las palabras no
fuese tan dura, implícitamente hay un juicio acerca de María ( “¿de esta madre un hijo tan
sabio y poderoso?” ). Lo mismo dígase de sus otros parientes citados allí como personas
de poco renombre y origen humilde ( “¿un hombre importante con estos parientes pobres
e insignificantes?” )...
+ Con todos estos presupuestos, viene la reacción: ESCÁNDALO !!!
(etimológicamente: piedra con la cual alguien tropieza y cae... y de allí, un obstáculo que
se encuentra para la fe, que la impide o condiciona). Es lo que ocurre en el Evangelio de
hoy: los nazarenos, coterráneos de Jesús, se escandalizan, no pueden creer que el Jesús del
que todos hablan maravillas sea ese Jesús, cuyas modestas raíces ellos creen conocer muy
bien… En lugar de reconocer la grandeza de Dios y su sabiduría amorosa que opta el
camino de la pequeñez, la sencillez, la humildad para manifestarse, prefieren quedarse
con sus propios criterios acerca de cómo Dios debe o debería hacer las cosas si quiere
resultas creíble...
+ Jesús dice muy pocas palabras en este Evangelio de hoy. Enuncia un proverbio
(que se ha hecho famoso, dentro y fuera del ámbito religioso) que se aplica a sí mismo y a
sus discípulos: “Nadie es profeta en su tierra”. Lo que le sucedió a Él con los nazarenos,
le sucedió también a la Iglesia primitiva, que era aceptada en todas partes, menos en Israel,
de donde había salido...
+ Y lo mismo nos sucede hoy a nosotros, los cristianos, cuando queremos anunciar
el Evangelio en nuestro medio. Pareciera que en todos los tiempos, los seres humanos
tienen el hábito de no aceptar la verdad cuando los heraldos de la misma son personas
humildes y/o limitadas .
Con lo cual, tenemos una combinación no muy feliz: la salvación ha sido puesta en
manos de una Iglesia formada por hombres pequeños, débiles y pecadores, que son
enviados a evangelizar a otros que, además de ser también limitados y pecadores, se
negarán a escuchar a quienes sus mismos defectos...
+ Quizás “ la pregunta del millón” de este Domingo sería porqué Dios no cuida
un poco más su imagen, su presentación, el modo como llega a nosotros...
Su presentación parece tantas veces - según nuestros criterios - poco clara, poco
“cuidada”: casi que nosotros podríamos asesorarlo: somos expertos en lo que se refiere a la
presentación de un producto, en cuestiones de imagen, en marketing y estudios de
mercado, en “ rating ”... somos los especialistas en el tema...
Y ¿cómo no serlo?, si vivimos en una época en el que el envase importa tanto o
más que el contenido. Y por eso nos resulta increíble (“ escandaloso ”), que Dios se
manifieste a través de signos y no de modo aplastante e indiscutible; que aparezca rodeado
de debilidad, y no imponiéndose por la fuerza; y que no haga las cosas de modo tan
evidente y contundente que deje sin argumentos a quienes lo rechazan y cuestionan.
¿Porqué Dios obra así? Porque quiere que lo aceptemos LIBREMENTE...
Nunca quiere obrar de manera compulsiva con nosotros. La aceptación debe ser
libre y no por necesidad, el diálogo debe ser por amor y no por la fuerza.
“Si Él se hiciera visible desde el cielo, si vinieron los ángeles a evangelizar, si se
produjeran milagros que nunca dejaran un margen para la duda, entonces la fe que ya no
sería libre. Y Dios ha querido dejarnos la libertad de aceptarlo o no . Cada uno es
responsable. Él nos da solamente los signos de su presencia, de tal manera que siempre
quede a salvo nuestra libertad. Y nosotros, como hombres inteligentes, debemos
reflexionar sobre esos signos utilizando la capacidad que se nos ha dado. Es por eso que
Jesucristo se manifestó rodeado de humildad ; y es también por eso que el Señor sigue
evangelizando al mundo por medio de una Iglesia compuesta por hombres débiles y
pecadores . Es por eso que el Señor reconoce como suya a una Iglesia que es santa, pero
al mismo tiempo debe convertirse cada día.
El misterio de la encarnación del hijo Dios se continúa en la Iglesia que Él mismo
ha fundado.
El Evangelista nos dice que Jesús no pudo hacer milagros. Es verdad que el
hombre, con su libertad, puede poner límites a Dios.
Jesús traía la salvación para los hombres, pero eran los hombres quienes debían
aceptar salvación . Si faltaba la apertura de la fe, la omnipotencia de Dios no obraba para
imponerla a quienes se resistían.
Pero Jesús no dio media vuelta y se fue.
Entre aquellos que ofrecieron un corazón abierto, Él realizó algunos milagros.
Este proceder del Señor es una lección para los cristianos, que diariamente nos
sentimos tentados de abandonar la tarea evangelizadora .
A veces encontramos poca respuesta la gente, otras veces recibimos una crítica o
una burla por nuestras limitaciones o deficiencias en el momento en que queremos
presentarnos como discípulos cristianos.
Nuestra reacción, en esos casos, es de dejarlo todo pensando que es imposible
llevar el Evangelio a quienes no lo quieren recibir.
Pero Jesús siguió buscando entre la gente, y allí donde encontró buena
disposición, en ese lugar depósito su salvación.
Al mismo tiempo que Jesús estableció para todos sus seguidores la regla de que en
su propia patria un profeta siempre es despreciado, Él nos dio el ejemplo de que aún en
esos casos debemos mantener la perseverancia , porque también allí encontraremos
algunos que están dispuestos para recibir la palabra evangelizadora”. (P. Rivas)
+ En este Domingo, pidamos al Señor la gracia de no desanimarnos nunca ; la
gracia de la perseverancia ; y la gracia de un corazón atento a los signos de su presencia,
que en lugar de escandalizarse frente a la pequeñez (Belén; Calvario; Tabernáculo...),
alabe al Omnipotente por su tierna condescendencia con nosotros.
Amén
Padre Dr. Juan Pablo Esquivel