EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Viernes de la novena semana del tiempo ordinario
Segunda Carta de San Pablo a Timoteo 3,10-17.
Tú, en cambio, has seguido de cerca mi enseñanza, mi modo de vida y mis
proyectos, mi fe, mi paciencia, mi amor y mi constancia,
así como también, las persecuciones y sufrimientos que debí soportar en Antioquía,
Iconio y Listra. ¡Qué persecuciones no he tenido que padecer! Pero de todas me
libró el Señor.
Por lo demás, los que quieren ser fieles a Dios en Cristo Jesús, tendrán que sufrir
persecución.
Los pecadores y los impostores, en cambio, irán de mal en peor, y engañando a los
demás, se engañarán a sí mismos.
Pero tú permanece fiel a la doctrina que aprendiste y de la que estás plenamente
convencido: tú sabes de quiénes la has recibido.
Recuerda que desde la niñez conoces las Sagradas Escrituras: ellas pueden darte la
sabiduría que conduce a la salvación, mediante la fe en Cristo Jesús.
Toda la Escritura está inspirada por Dios, y es útil para enseñar y para argüir, para
corregir y para educar en la justicia,
a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para hacer siempre el
bien.
Salmo 119(118),157.160.161.165.166.168.
Son muchos los que me persiguen y me oprimen,
pero yo no me desvié de tus prescripciones.
Lo primordial de tu palabra es la verdad,
y tus justos juicios permanecen para siempre.
Los poderosos me persiguen sin motivo,
pero yo temo únicamente tu palabra.
Los que aman tu ley gozan de una gran paz,
nada los hace tropezar.
Yo espero tu salvación, Señor,
y cumplo tus mandamientos.
Yo observo tus mandamientos y tus prescripciones,
porque tú conoces todos mis caminos.
Evangelio según San Marcos 12,35-37.
Jesús se puso a enseñar en el Templo y preguntaba: "¿Cómo pueden decir los
escribas que el Mesías es hijo de David?
El mismo David ha dicho, movido por el Espíritu Santo: Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies.
Si el mismo David lo llama 'Señor', ¿Cómo puede ser hijo suyo?". La multitud
escuchaba a Jesús con agrado.
comentario del Evangelio por
Santa Gertrudis de Helfta (1256-1301), monja benedictina
Ejercicios, n°3; SC 129
David le llama Señor
¿Quién se asemeja a ti, mi Señor Jesucristo, mi dulce amor, altísimo e
inmenso, y que " te fijas en los humildes"? ¿"Quién se asemeja a ti entre los
poderosos, Señor ", tú que "escoges lo más débil del mundo "? Quién como tú, que
formaste el cielo y la tierra...,
¿Y quién quiere " encontrar tus delicias con los niños de los hombres"? ¿Cuál
es tu grandeza, «Oh Rey de reyes y Señor de los señores "? ¿Tú que mandas a los
astros y que acercas tu corazón al hombre? ¿Quién eres, tú que tienes a tu derecha
" las riquezas y la gloria "?... ¿Oh amor, hasta dónde inclinas tu majestad? ¿Amor a
dónde conduces " la fuente de la sabiduría "? Ciertamente hasta el abismo de la
miseria...
"Ven, ven, ven ": vengo, vengo, vengo a ti, Jesús amadísimo, tu al que amé,
al que busqué, al que deseé. A causa de tu dulzura, a causa de tu compasión y a
causa de tu caridad, queriéndote con todo mi corazón, con toda mi alma, con toda
mi fuerza, me rindo a tu llamada.
(Referencias bíblicas: Sal. 112,6; Ex 15,11; 1Co 1,27; Pr 8,31; 1Tm 6,15; Jb 7,17;
Pr 3,16; 18,4; Lc 10,27).
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