El lugar del encuentro de Dios y el hombre.
2012-06-09
Evangelio
Del santo Evangelio según san Marcos 12, 38-44
En aquel tiempo, enseñaba Jesús a la multitud y le decía: “¡Cuidado con los
escribas! Les encanta pasearse con amplios ropajes y recibir reverencias en las
calles; buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los
banquetes; se echan sobre los bienes de las viudas haciendo ostentación de largos
rezos. Estos recibirán un castigo muy riguroso”.
En una ocasión Jesús estaba sentado frente a las alcancías del templo, mirando
cómo la gente echaba allí sus monedas. Muchos ricos daban en abundancia. En
esto, se acercó una viuda pobre y echó dos moneditas de muy poco valor.
Llamando entonces a sus discípulos, Jesús les dijo: “Yo les aseguro que esa pobre
viuda ha echado en la alcancía más que todos. Porque los demás han echado de lo
que les sobra; pero ésta, en su pobreza ha echado todo lo que tenía para vivir”.
Palabra del Señor.
Oración introductoria
Espíritu Santo, ilumina esta oración para que no la convierta en un momento de
vanidad, autocomplacencia o en un ritual sin sentido, como acostumbraban los
fariseos. Dame la fortaleza para saber desprenderme de lo que me impida crecer en
el amor.
Petición
Señor, dame la gracia de ser generoso, sin cálculos egoístas.
Meditación
El lugar del encuentro de Dios y el hombre.
«"El óbolo de la viuda" es sinónimo de la generosidad de quien da sin reservas lo
poco que posee. Ahora bien, antes quisiera subrayar la importancia del ambiente en
el que se desarrolla ese episodio evangélico, es decir, el templo de Jerusalén,
centro religioso del pueblo de Israel y el corazón de toda su vida. El templo es el
lugar del culto público y solemne, pero también de la peregrinación, de los ritos
tradicionales y de las disputas rabínicas, como las que refiere el Evangelio entre
Jesús y los rabinos de aquel tiempo, en las que, sin embargo, Jesús enseña con una
autoridad singular, la del Hijo de Dios. Pronuncia juicios severos, como hemos
escuchado, sobre los escribas, a causa de su hipocresía, pues mientras ostentan
gran religiosidad, se aprovechan de la gente pobre imponiéndoles obligaciones que
ellos mismos no observan. En suma, Jesús muestra su afecto por el templo como
casa de oración, pero precisamente por eso quiere purificarlo de usos impropios,
más aún, quiere revelar su significado más profundo, vinculado al cumplimiento de
su misterio mismo, el misterio de su muerte y resurrección, en la que él mismo se
convierte en el Templo nuevo y definitivo, el lugar en el que se encuentran Dios y el
hombre, el Creador y su criatura» (Benedicto XVI, 8 de noviembre de 2009).
Reflexión apostólica
«Aportaciones personales: como expresión de gratitud a Dios por el don recibido,
cada miembro aporta periódicamente una cantidad para el desarrollo de las obras
del Movimiento al servicio de la Iglesia. Estas aportaciones han de significar en la
vida de los miembros no sólo un gesto de generosidad, sino el reconocimiento
consciente de la importancia de apoyar con su persona y sus bienes la difusión del
mensaje de Cristo y de llevar la salvación eterna al mayor número de personas»
(Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi , n. 396).
Propósito
Ser especialmente generoso en mi ofrenda en la limosna de la misa de hoy o de
mañana domingo.
Diálogo con Cristo
Jesús, dame tu gracia para transformar mi espíritu en la generosidad para vivir en
una constante preocupación por tus intereses y por las necesidades de los demás.
Que incremente mis actos de servicio y caridad, sin buscar nunca ventajas
personales ni llamar la atención.
«Busca la oración, momentos de silencio y de reflexión, de encuentro contigo
mismo y con Dios; y pregúntale qué quiere Él de ti. Y pídele que te dé su luz, su
fuerza y generosidad para dar los pasos que Él te pide que des»
(Cristo al centro, n. 2249).