Ustedes son la sal de la tierra……. Ustedes son la luz del mundo.
Mt 5, 13-16
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
Lectio Divina
¿EN QUÉ MEDIDA MIS SENTIDOS, ENCENDIDOS POR EL FUEGO DEL ESPÍRITU,
SE COMUNICAN CON DIOS?
El hombre «ha sido creado para realizar obras buenas» (Ef 2,10), para irradiar la luz que
Cristo derrama sobre él (cf. Ef 5,14). El Señor, que es la lumen illuminans, la luz que
ilumina, nos transforma en lumen illuminatum, la luz que se refleja sobre nosotros
(Gregorio Magno). La comunidad de los «iluminados» (Heb 6,4; 10,32) viene a constituir
aquel candelabro de oro, imagen de la Iglesia , donde Cristo establece su morada (Ap
1,13). El candelabro de los siete brazos remite, en la tradición judía, a la totalidad del
tiempo (la primera semana del Génesis) y a la totalidad de la persona, resumida, de
manera simbólica, en los sentidos superiores con sus siete orificios (dos ojos, dos
orejas, dos narices y la boca).
Meditaré reflexionando en qué medida irradian luz mis sentidos, a través de los que
interactúo con la humanidad y con el cosmos. ¿En qué medida mis sentidos, encendidos
por el fuego del Espíritu, se comunican con Dios?
ORACION
Señor, tú que has dicho: «Venid a mí y seréis iluminados» (cf. Sal 34,6), difunde tu luz
en mi corazón. Enciende mis sentidos con el fuego del Espíritu de Pentecostés, para
que pueda yo «caminar a la luz de tu rostro» (Sal 90,16). Concédeme irradiar tu luz en
medio de los hombres, para hacer desaparecer las tinieblas de la ignorancia y del
pecado.