EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Sábado de la novena semana del tiempo ordinario
Segunda Carta de San Pablo a Timoteo 4,1-8.
Yo te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los
muertos, y en nombre de su Manifestación y de su Reino:
proclama la Palabra de Dios, insiste con ocasión o sin ella, arguye, reprende,
exhorta, con paciencia incansable y con afán de enseñar.
Porque llegará el tiempo en que los hombres no soportarán más la sana doctrina;
por el contrario, llevados por sus inclinaciones, se procurarán una multitud de
maestros
que les halaguen los oídos, y se apartarán de la verdad para escuchar cosas
fantasiosas.
Tú, en cambio, vigila atentamente, soporta todas las pruebas, realiza tu tarea como
predicador del Evangelio, cumple a la perfección tu ministerio.
Yo ya estoy a punto de ser derramado como una libación, y el momento de mi
partida se aproxima:
he peleado hasta el fin el buen combate, concluí mi carrera, conservé la fe.
Y ya está preparada para mí la corona de justicia, que el Señor, como justo Juez,
me dará en ese Día, y no solamente a mí, sino a todos los que hayan aguardado
con amor su Manifestación.
Salmo 71(70),8-9.14-15ab.16-17.22.
Mi boca proclama tu alabanza
y anuncia tu gloria todo el día.
No me rechaces en el tiempo de mi vejez,
no me abandones, porque se agotan mis fuerzas;
Yo, por mi parte, seguiré esperando
y te alabaré cada vez más.
Mi boca anunciará incesantemente
tus actos de justicia y salvación,
aunque ni siquiera soy capaz de enumerarlos.
Vendré a celebrar las proezas del Señor,
evocaré tu justicia, que es sólo tuya.
Dios mío, tú me enseñaste desde mi juventud,
y hasta hoy he narrado tus maravillas.
Entonces te daré gracias con el arpa,
por tu fidelidad, Dios mío;
te cantaré con la cítara,
a ti, el Santo de Israel.
Evangelio según San Marcos 12,38-44:
Y él les enseñaba: "Cuídense de los escribas, a quienes les gusta pasearse con
largas vestiduras, ser saludados en las plazas
y ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los banquetes;
que devoran los bienes de las viudas y fingen hacer largas oraciones. Estos serán
juzgados con más severidad".
Jesús se sentó frente a la sala del tesoro del Templo y miraba cómo la gente
depositaba su limosna. Muchos ricos daban en abundancia.
Llegó una viuda de condición humilde y colocó dos pequeñas monedas de cobre.
Entonces él llamó a sus discípulos y les dijo: "Les aseguro que esta pobre viuda ha
puesto más que cualquiera de los otros,
porque todos han dado de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo
lo que poseía, todo lo que tenía para vivir".
Comentario del Evangelio por
Papa Benedicto XVI
Dio todo lo que tenía para vivir
Al respecto es significativo el episodio evangélico de la viuda que, en su
miseria, echa en el tesoro del templo «todo lo que tenía para vivir» (Mc 12,44). Su
pequeña e insignificante moneda se convierte en un símbolo elocuente: esta viuda
no da a Dios lo que le sobra, no da lo que posee, sino lo que es: toda su persona.
Este episodio conmovedor se encuentra dentro de la descripción de los días
que precedente inmediatamente a la pasión y muerte de Jesús, el cual, como
señala San Pablo, se hizo pobre a fin de enriquecernos con su pobreza (cf. 2Cor
8,9); se ha entregado a sí mismo por nosotros... Siguiendo sus enseñanzas
podemos aprender a hacer de nuestra vida un don total; imitándolo estaremos
dispuestos a dar, no tanto algo de lo que poseemos, sino a darnos a nosotros
mismos.
¿Acaso no se resume todo el Evangelio en el único mandamiento de la
caridad? Por tanto, la práctica cuaresmal de la limosna se convierte en un medio
para profundizar nuestra vocación cristiana. El cristiano, cuando gratuitamente se
ofrece a sí mismo, da testimonio de que no es la riqueza material la que dicta las
leyes de la existencia, sino el amor. Por tanto, lo que da valor a la limosna es el
amor, que inspira formas distintas de don, según las posibilidades y las condiciones
de cada uno.
"servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”