Tiempo y Eternidad
______________________
José Manuel Otaolaurruchi, L.C.
Corazón de Jesús
El corazón es símbolo del amor, baste ver los troncos de los parques grabados por los
idílicos enamorados, pero al mismo tiempo es símbolo del sacrificio. Desde el momento
que comenzamos a amar, comenzamos a sufrir. El amor es un riesgo que se corre, pero vale
la pena, porque quien no sabe de amores, no sabe de ilusiones.
El viernes pasado celebramos la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús y ayer el
Inmaculado corazón de María. Jesús también expuso su corazón para enseñarnos cuánto
nos ama y que es posible transformarnos si nos dejamos. Hay una historia que lo muestra.
Había una señora que tenía un hijo paralítico, caprichosísimo, que no asumía su invalidez.
Un día el chico se enteró de que la Virgen de Lourdes hacía milagros y le pidió a su madre
que lo llevara allí. La madre iba temblando porque temía la reacción de su hijo cuando
quedara defraudado. Al llegar asistieron al rosario y a la bendición con el Santísimo.
Entonces el nio le dijo a su madre: ‒Mamá, ya he rezado. Ella lo mir tan inválido como
antes. ‒¿Y qué le has pedido a Dios y a la Virgen? ‒Le he pedido a Dios que cure a ese
niño, porque está peor que yo. Entonces la madre vio que se había realizado el milagro, no
de la curación física, pero sí del egoísmo y de la falta de aceptación.
Dios manifiesta su amor de innumerables formas, nos habla en diversos lenguajes según
nuestras necesidades, pero se necesita abrir la mente y el corazón para descubrirlo,
escucharlo y dejarnos convencer de que el camino de la felicidad y de la realización
personal, está en el amar a Dios, a la familia y a nuestros seres queridos.
Por gracia de Dios acabo de visitar un pueblo de Italia llamado Lanciano , donde se
conserva el primer milagro eucarístico ocurrido en el siglo VIII d.C. Se puede visitar la
capilla, tipo cueva, donde un monje basiliano celebró la misa angustiado por las dudas de fe
en la presencia real de Jesus en la Eucaristía. Cuando hubo consagrado las especies del pan
y del vino, la hostia se transformó en Carne viva y el vino en Sangre, formando cinco
grumos de distinto tamaño como se pueden ver claramente. Mil trescientos años después,
aún se conservan incorruptibles y después de haberlos sometido a distintos exámenes, está
comprobado que la carne y la sangre corresponden a tejidos del miocardio. La ciencia sólo
ha podido autentificar que el milagro es genuino. Qué bueno es Dios que nos ayuda a
fortalecer nuestra débil fe con todo tipo de obras maravillosas.
twitter.com/jmotaolaurruchi