“No le quebrarán ninguno de sus huesos”
Jn 19, 31-37
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
Lectio Divina
"APRENDED DE MÍ, QUE SOY MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN"
Quizá una sola vez el Señor Jesús nos ha llamado con sus palabras al propio
corazón. Y ha puesto de relieve este único rasgo: "mansedumbre y humildad". Como
si quisiera decir que sólo por este camino quiere conquistar al hombre; que quiere ser
el Rey de los corazones mediante la "mansedumbre y la humildad". Todo el misterio
de Su reinado está expresado en estas palabras. La "mansedumbre y la humildad".
encubren, en cierto sentido, toda la "riqueza" del Corazón del Redentor, sobre la que
escribió San Pablo a los efesios. Pero también esa "mansedumbre y humildad" lo
desvelan plenamente; y nos permiten conocerlo y aceptarlo mejor; lo hacen objeto de
suprema admiración.
Las hermosas letanías del Sagrado Corazón de Jesús están compuestas por muchas
palabras semejantes, más aún, por las exclamaciones de admiración ante la riqueza
del Corazón de Cristo. Meditémoslas con atención cada día. (Juan Pablo II Audiencia
General. Miércoles 20 de junio de 1979)
ORACION
Oh Corazón Santísimo de Jesús; derrama copiosamente tus bendiciones sobre la
Santa Iglesia, sobre el Soberano Pontífice y sobre todo el Clero; da la perseverancia
a los justos, convierte a los pecadores, ilumina a los infieles y bendice a nuestros
parientes, amigos y bienhechores, asiste a las almas del Purgatorio y extiende sobro
todos los corazones el imperio de tu amor. Amén.