24 DE JUNIO , S AN J UAN B AUTISTA
(Isa 49, 1-6; Sal 138; Act 13, 22-26; Lc 1, 57-66.80)
L A P ALABRA
Estaba yo en el vientre, y el Señor me llamó; en las
entrañas maternas, y pronunció mi nombre.
Tú has creado mis entrañas, me has tejido en el seno
materno. Te doy gracias, porque me has escogido
portentosamente, porque son admirables tus obras;
conocías hasta el fondo de mi alma.
M EDITACIÓN
Hoy es el día del sol menguante. Desde hoy irá avanzando la noche. La Liturgia
ha escogido este día en relación con el 24 de diciembre, cuando la luz comienza a
crecer, por el vínculo que se da entre San Juan Bautista y Jesús, “Sol que nace de lo
alto”. El Precursor llegará a decir: “Conviene que yo mengüe y Él crezca”, refiriéndose
al Mesías.
El nombre de Juan significa “el Señor nos ha hecho misericordia”; “el Señor es
benigno”. Y esta misericordia la han experimentado especialmente los ancianos
Zacarías e Isabel, pero sobre todo el pequeño Juan en el seno de su madre, cuando
María, la madre de Jesús, visita a la suya.
Toma conciencia de la verdad que hoy nos revela la Palabra, la profecía cumplida.
Isaías reconoce que el Creador le había llamado, estando en el seno de su madre; el
salmista reconoce que ha sido tejido por Dios en el seno materno. El pequeño hijo de
Isabel saltó de alegría en las entrañas de su madre. Estas expresiones conceden un
sentimiento de gozo a quien las escucha con fe.
No has venido a este mundo por casualidad. No eres un ser sin origen ni meta. No
estás en la historia por antojo. Alguien, desde antes de los tiempos, ya te conocía. Ten
la seguridad que reza el salmo: “No desconocías mis huesos cuando, en lo oculto,
me iba formando y entretejiendo en lo profundo de la tierra”.
Sé que no es fácil traer pensamientos tan amables en momentos de
inclemencia y en tiempos tan recios como los que nos tocan vivir, pero si en vez
de sucumbir en la intemperie de los datos, te atreves a dar fe a la Palabra de Dios,
que te asegura que eres amado por Él y que estás destinado a una vida dichosa,
podrás atisbar, en medio de toda la prueba, una luz en el horizonte y sentir una
suave brisa en el bochorno. Te lo deseo hoy, el día más largo del año.
O RACIÓN
“Misericordia, Dios mío por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa.
Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.”