Abandonarse en el amor de Dios.
2012-06-23
Evangelio
Del santo Evangelio según san Mateo 6, 24-34
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Nadie puede servir a dos amos,
porque odiará a uno y amará al otro, o bien obedecerá al primero y no hará caso al
segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero.
Por eso les digo que no se preocupen por su vida, pensando qué comerán o con qué
se vestirán. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el
vestido? Miren las aves del cielo, que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en
graneros y, sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes
más que ellas? ¿Quiénes de ustedes, a fuerza de preocuparse, puede prolongar su
vida siquiera un momento?
¿Y por qué se preocupan del vestido? Miren cómo crecen los lirios del campo, que
no trabajan ni hilan. Pues bien, Yo les aseguro que ni Salomón, en todo el
esplendor de su gloria, se vestía como uno de ellos. Y si Dios viste así a la hierba
del campo, que hoy florece y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por
ustedes, hombres de poca fe?
No se inquieten, pues, pensando: ¿Qué comeremos o qué beberemos o con qué nos
vestiremos? Los que no conocen a Dios se desviven por todas estas cosas; pero el
Padre celestial ya sabe que ustedes tienen necesidad de ellas. Por consiguiente,
busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se les darán por
añadidura. No se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá
ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios problemas».
Palabra del Señor.
Oración introductoria
Señor, creo en Ti y en tu Palabra, confío y espero porque tengo la certeza que me
amas. Te quiero sobre todas las cosas y anhelo, con tu gracia, corresponder a tu
amor. Concédeme abandonarme con espíritu filial en tu Providencia, que cuida de
mis más pequeñas necesidades.
Petición
Dame la gracia de vivir más confiado en tu gracia.
Meditación
Abandonarse en el amor de Dios.
«En nuestra oración, la petición, la alabanza y la acción de gracias deberían darse
unidas, incluso cuando parece que Dios no responda a nuestras esperanzas
concretas. El abandonarse en el amor de Dios, que nos precede y nos acompaña
siempre, es una de las actitudes fundamentales en nuestro diálogo con Dios. El
Catecismo de la Iglesia Católica comenta de esta manera la oración de Jesús en el
relato de la resurreccin de Lázaro: “Así, apoyada en la accin de gracias, la
oración de Jesús nos revela cómo pedir: antes de que lo pedido sea otorgado, Jesús
se adhiere a Aquél que da y que se da en sus dones. El Dador es más precioso que
el don otorgado, es el ´tesoro´, y en Él está el corazón de su Hijo; el don se otorga
como ´por aadidura´”. También para nosotros, más allá de lo que Dios nos da
cuando le invocamos, el don más grande que nos puede dar es su amistad, su
presencia, su amor. Él es el tesoro precioso que hay que pedir y custodiar siempre»
(Benedicto XVI, 14 de diciembre de 2011).
Reflexión apostólica
«El balance o examen de conciencia del día es un encuentro sincero y confiado con
Dios y con uno mismo. El tema del balance es la vida personal frente a Dios, y su
finalidad es crecer cada día más en la fidelidad a la voluntad de Dios,
particularmente por cuanto se refiere a la vivencia del amor» (Manual del miembro
del Movimiento Regnum Christi , n. 247).
Propósito
Analizar la dificultad más grande de mi vida para ver en qué tengo que tener más
confianza en Dios.
Diálogo con Cristo
Padre providente, tu doctrina es sencilla y clara, concreta y amorosa, no vale la
pena desgastarse inútilmente por lo pasajero de este mundo, cuando hay un Reino
que puedo empezar a gozar desde ahora. Las cosas no cambian por más que uno
se preocupe por ellas, por eso te pido, Señor, tu gracia para vivir abandonado a tu
Providencia, poniendo todos los medios a mi alcance para extender tu Reino.
«Pídele fortaleza y no temas. Nunca serás tentado por encima de tus fuerzas, pues
Dios es fiel en su amistad y amorosísimo en su Providencia»
(Cristo al centro, n. 439).