XII Semana del Tiempo Ordinario
Martes
El don de Dios es una perla preciosa, que hemos de custodiar con nuestra lucha y
confiando en Dios, también en las dificultades que encontremos en el camino de la
vida
«No deis las cosas santas a los perros, ni echéis vuestras perlas a los
cerdos, no sea que las pisoteen con sus patas y revolviéndose os
despedacen. Todo lo que queráis que hagan los hombres con vosotros,
hacedlo también vosotros con ellos: Esta es la Ley y los Profetas. Entrad
por la puerta angosta, porque amplia es la puerta y ancho el camino que
conduce a la perdición, y son muchos los que entran por ella. ¡Qué angosta
es la puerta y estrecho el camino que conduce a la Vida, y qué pocos son
los que la encuentran!» (Mateo 7, 6, 12-14)
1. Siguen, en el sermón del monte, diversas recomendaciones de Jesús. Hoy
leemos tres. La primera es bastante misteriosa, probablemente tomada de un
refrán popular: « no echar las perlas a los cerdos o lo santo a los perros ».
Puede referirse al acceso a los sacramentos sólo a los que ya están preparados,
pero no deja de haber un tono de misterio, algo que sería habitual en tiempos de
Jesús y que nosotros desconocemos: ” no sea que las pisoteen, y además se
revuelvan y os destrocen ”. Seor, veo ahí un respeto a las cosas santas... Te
pido “que no me acostumbre a lo que es santo, y que trate con especial respeto
todo lo sagrado: los vasos sagrados, los vestidos sagrados -los ornamentos-, y los
lugares sagrados. Más aún he de tratar con especial respeto a las personas
consagradas a Ti: los sacerdotes y religiosos” (Pablo Cardona). El cristianismo es
una realidad sagrada, una "perla" preciosa. Jesús, ¿a qué te referías aquí? Intuyo
que no podemos causar el desprecio de la fe, cuando queremos presentarla como
una exigencia inhumana, o con la excusa de que hemos de decir la verdad la
“imponemos” sin discernimiento, y creamos oposicin...
La segunda sí que se entiende y nos interpela con claridad: « tratad a los demás
como queréis que ellos os traten ». Es la regla de oro, base de toda moral,
presente en todas las religiones. “ Todo lo que querríais que hicieran los demás
por vosotros, hacedlo vosotros por ellos ”. En los refranes populares, se
dice: ¡haz a los demás lo que desees para ti! También se puede formular como
negativa: " no hagas a los demás lo que no quisieras que se te hiciese ."
Luego nos darás, Jesús, la medida de ese amar al prójimo: como a uno mismo. Es
más, como tú nos has amado. ¿Busco siempre el modo de servir a los demás en
pequeños detalles, como me gustaría que hiciesen conmigo?
Igualmente se entiende bien la tercera: « entrad por la puerta estrecha », porque
conocemos bien los textos sobre los dos caminos, el exigente y el permisivo, el
estrecho y el ancho, todos tendemos a elegir el fácil, que no es precisamente el que
nos lleva a la salvación. Jesús nos va enseñando sus caminos. Los que tenemos que
seguir si queremos ser seguidores suyos. –“ Entrad por la puerta angosta;
porque ancha es la puerta y amplia la calle que llevan a la perdición. ¡Qué
angosta es la puerta y qué estrecho el callejón que llevan a la vida! ” Puerta
angosta, camino estrecho Seor, ayúdame a no ver, en tu evangelio, lo que me
agrada, sino a ver también la exigencia a la que nos invitas, para no caer en la
mediocridad de “dejarse llevar”. Pero el sendero que conduce a las cimas es
escarpado y rocoso. ¿Qué debería cambiar en mi vida esta severa advertencia?
¿Dónde está la dificultad? ¿Es quizá el signo del deber? (Padre de Foucauld). Para
recorrer el camino que conduce a la Vida, he de luchar. “La santidad requiere
esfuerzo, porque la puerta es «angosta y el camino estrecho», y es fácil desviarse.
Por eso, hoy me puedo preguntar: ¿estoy luchando, de verdad, por ser santo?; ¿me
propongo metas de mejora e intento seriamente cumplirlas?; ¿acudo con
puntualidad a la dirección espiritual? para concretar los puntos en los que puedo y
debo mejorar? Si no noto la exigencia de la lucha por ser santo, muy posiblemente
lo que ocurre es que estoy yendo por la senda ancha que tantos y tantas eligen,
pero que conduce a la perdicin” (Pablo Cardona).
-“ Son pocos los que encuentran el sendero ”. Es necesario constatarlo -y
contrastarlo- con Jesús. Los que aceptan vivir íntegramente el evangelio son una
pequeña minoría. Los atraídos a no seguir el camino angosto son la masa. Danos,
Señor, este valor y esta personalidad algo fuerte, que Tú nos sugieres con estas
palabras abruptas (Noel Quesson/J. Aldazábal).
Danos también, Señor, la llave de la puerta estrecha que abre el camino angosto:
la humildad de saber reconocerte en aquel que nos indica ese camino difícil, aun a
costa de recibir nuestra negativa y perder nuestra consideracinconcédenos,
Señor, la docilidad necesaria para dejarnos guiar a través de esa puerta estrecha,
cogidos de la mano de aquel que Tú has puesto en nuestro camino Porque Tú,
Señor, en las personas que nos guían y acompañan por el camino angosto que lleva
a la vida eterna, a ti, te has quedado con nosotros hasta el fin de los tiempos
«Has notado con más fuerza la urgencia, la «idea fija» de ser santo; y has acudido
a la lucha cotidiana sin vacilaciones, persuadido de que has de cortar
valientemente cualquier síntoma de aburguesamiento .
”Luego, mientras hablabas con el Señor en tu oración, has comprendido con
mayor claridad que lucha es sinónimo de Amor ; y le has pedido un Amor más
grande, sin miedo al combate que te espera, porque pelearás por Él, con Él y en Él»
(J. Escrivá, Surco 158). Jesús, la perla más valiosa que tengo es ser hijo de Dios,
que por tu redención nos has dado. El pecado sería echar esa perla a los cerdos,
por eso te pido: ayúdame a no pecar, cortando «valientemente cualquier síntoma
de aburguesamiento.»
2. Después de dominar el reino de Samaria, van los asirios contra Jerusalén: “-
Senaquerib, rey de Asiria, envió mensajeros a Ezequías, rey de Jerusalén: "Bien
has oído lo que los reyes de Asiria han hecho a todos los países, entregándolos al
anatema, y tú ¿te librarías?"” Todos han sucumbido, y el profeta Isaías va
repitiendo a todos que no hay que apoyarse en las "alianzas" humanas, sino sólo en
Dios (Isaías 10,5-34).
-“ Ezequías tomó la carta... la leyó... luego subió al Templo del Señor, y
desplegó la carta ante el Señor ”. Acude a Dios para exponerle lo que forma
parte de nuestras angustias, de nuestras preocupaciones: -" Señor, Dios de Israel
que te asientas sobre los Querubines, Tú sólo eres Dios en todos los reinos
de la tierra. Presta tu oído y escucha... abre los ojos y mira ..."
-Entonces Isaías hizo enviar un mensaje a Ezequías: «De Jerusalén saldrá un
"Resto"; el celo del Señor del Universo lo hará. No entrará en esa ciudad el
rey de Asiria ...» Cuando un pueblo o una persona pone toda su confianza en Dios,
suceden cosas sorprendentes de ese género. Jerusalén fue salvada en aquel
momento, por circunstancias que fueron interpretadas como un signo del cielo.
¡Atiéndenos, Señor! ¡Escúchame, Señor! Y ayúdanos, Señor, a seguir creyendo en
Ti, aun cuando tenga la impresión de no haber sido escuchado (Noel Quesson).
3. Este resto de Jerusalén nos habla de la Iglesia, del cielo Hoy te canto con el
Salmo: “ Grande es el Señor y muy digno de alabanza / en la ciudad de
nuestro Dios, / su monte santo, altura hermosa, / alegría de toda la
tierra”.
Nos habla de una Jerusalén celestial, donde confiamos ir contigo, Seor: “ El monte
Sión, vértice del cielo, / ciudad del gran rey; / entre sus palacios, / Dios
descuella como un alcázar .”
Y por eso, me abandono en tu misericordia: “ Oh Dios, meditamos tu
misericordia / en medio de tu templo: / como tu renombre, oh Dios, tu
alabanza / llega al confín de la tierra; / tu diestra está llena de justicia .”
Llucià Pou Sabaté