EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Mateo 8,18-22.
Al verse rodeado de tanta gente, Jesús mandó a sus discípulos que cruzaran a la
otra orilla.
Entonces se aproximó un escriba y le dijo: "Maestro, te seguiré adonde vayas".
Jesús le respondió: "Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos;
pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza".
Otro de sus discípulos le dijo: "Señor, permíteme que vaya antes a enterrar a mi
padre".
Pero Jesús le respondió: "Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus
muertos".
Comentario del Evangelio por
San Alfonso María de Ligorio (1696-1787), obispo y doctor de la Iglesia
8º Discurso para la Novena de Navidad
“El hijo del hombre no tiene donde reposar su cabeza”
Al igual que Jesucristo nació pobre, continuó viviendo en la pobreza durante
toda su vida; no sólo pobre, sino indigente, según la expresión de san Pablo
“mendigo" (2 Co 8,9)... En Nazareth, Jesús vive en la pobreza: "una casa pobre, un
mobiliario pobre, es la vivienda que escoge el Creador del mundo". Vive allí
pobremente, ganándose el pan con el sudor de su frente, al precio de grandes
fatigas, totalmente como los artesanos y los hijos de artesanos. ¿Además, los
judíos no lo creían y no lo llamaban "obrero, hijo de obrero"? (Mc 6,3; Mt 13,55)
Después, se presenta en público para predicar el Evangelio. Durante estos
tres últimos años de su vida, lejos de mejorar su manera de subsistir, practica una
pobreza más rigurosa todavía, vive sólo de limosnas. A un hombre que quería
seguirlo con la esperanza de vivir más cómodamente, le responde: " Sabedlo: los
zorros tienen sus guaridas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no
tiene donde reposar su cabeza".
Hombre, quiere decir, si siguiéndome, crees encontrar un estado de vida fácil, te
equivocas, porque vine a la tierra para enseñar la pobreza. Con esta intención, me
hice más pobre que los zorros y las aves, que tienen por lo menos un refugio; en
este mundo, no tengo la menor parcela de tierra que me pertenezca en propiedad,
donde pueda reposar, y quiero que mis discípulos se me parezcan...
"Un servidor de Jesucristo, no posee nada que no sea al mismo Jesucristo",
afirma san Jerónimo. No desea poseer nada que no sea de Jesús. En una palabra,
Jesús vivió siempre pobre, murió también muy pobre: ¿no hizo falta acaso que José
de Arimatea le diera una tumba, y que otros le dieran en limosna una mortaja para
envolver su cuerpo?
"servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”