EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Mateo 8,28-34.
Cuando Jesús llegó a la otra orilla, a la región de los gadarenos, fueron a su
encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros. Eran tan feroces, que
nadie podía pasar por ese camino.
Y comenzaron a gritar: "¿Que quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí
para atormentarnos antes de tiempo?"
A cierta distancia había una gran piara de cerdos paciendo.
Los demonios suplicaron a Jesús: "Si vas a expulsarnos, envíanos a esa piara".
El les dijo: "Vayan". Ellos salieron y entraron en los cerdos: estos se precipitaron al
mar desde lo alto del acantilado, y se ahogaron.
Los cuidadores huyeron y fueron a la ciudad para llevar la noticia de todo lo que
había sucedido con los endemoniados.
Toda la ciudad salió al encuentro de Jesús y, al verlo, le rogaron que se fuera de su
territorio.
comentario del Evangelio por
San Bernardo (1091-1153), monje cisterciense y doctor de la Iglesia
Sermón 17 sobre el salmo 90, § 4; PL 183, 252
"Dos poseídos salieron del cementerio a su encuentro"
"Con él estaré en la tribulación, dice el Señor... lo defenderé, lo glorificaré
(Sal. 90,15); mis delicias están con los hijos de los hombres" (Pr 8,31). Le pondrán
por nombre Emmanuel, que significa Dios con nosotros (Mt 1,23)... Descendió para
ser acogido por aquellos corazones desamparados, para estar con nosotros en
nuestra tribulación. Pero vendrá un día en que "seremos llevados con ellos entre
nubes al encuentro del Señor, para estar con el Señor para siempre " (1Ts 4,17),
no obstante si nos esforzamos en tenerle siempre con nosotros como compañero de
camino, él nos dará a cambio la patria. Mejor: entonces él mismo será nuestra
patria, con tal que ahora sea nuestro camino.
Pues es bueno para mí, Señor, estar atribulado, con tal que tú estés allí
conmigo; esto me vale más que reinar sin ti, que regocijarme sin ti, estar sin ti en
la gloria. Es mejor para mí estrecharme junto a ti en el desamparo, tenerte
conmigo en el crisol, que estar sin ti, hasta en el mismo cielo. En efecto, "¿qué
deseo en el cielo y qué deseo sobre la tierra si no a tí?" (Sal. 72,25) "El oro se
prueba en el horno, y a las personas justas en la tribulación" (Si 2,5).
Tú estás en medio de los que se reúnen en tu nombre, como en otro tiempo
con los tres jóvenes en el horno de Babilonia (Dn 3,92)... ¿Por qué pues
tememos?... "¿Si Dios está con nosotros, quién estará contra nosotros?" (Rm 8,31)
Si Dios nos libera de las manos de nuestros enemigos, quién podrá apartarnos de
sus manos?
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