Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Semana No. 12, Jueves
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Nabucodonosor deportó a Jeconías y a todos los ricos a
Babilonia * Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre. * La casa edificada sobre la
roca y la casa edificada sobre arena
Textos para este día:
2 Reyes 24, 8-17:
Cuando Jeconías subió al trono tenía dieciocho años, y reinó tres meses en
Jerusalén.
Su madre se llamaba Nejustá, hija de Elnatán, natural de Jerusalén. Hizo lo que el
Señor reprueba, igual que su padre.
En aquel tiempo, los oficiales de Nabucodonosor, rey de Babilonia, subieron contra
Jerusalén y la cercaron. Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó a Jerusalén cuando
sus oficiales la tenían cercada. Jeconías de Judá se rindió al rey de Babilonia, con su
madre, sus ministros, generales y funcionarios.
El rey de Babilonia los apresó el año octavo de su reinado. Se llevó los tesoros del
templo y del palacio y destrozó todos los utensilios de oro que Salomón, rey de
Israel, habla hecho para el templo según las órdenes del Señor. Deportó a todo
Jerusalén, los generales, los ricos -diez mil deportados-, los herreros y cerrajeros;
sólo quedó la plebe.
Nabucodonosor deportó a Jeconías a Babilonia. Llevó deportados, de Jerusalén a
Babilonia, al rey y sus mujeres, sus funcionarios y grandes del reino, todos los
ricos-siete mil deportados-, los herreros y cerrajeros-mil deportados-, todos aptos
para la guerra. En su lugar nombró rey a su tío Matanías, y le cambió el nombre en
Sedecías.
Salmo 78 :
Dios mío, los gentiles han entrado en tu heredad, / han profanado tu santo templo,
/ han reducido Jerusalén a ruinas. / Echaron los cadáveres de tus siervos / en pasto
a las aves del cielo, / y la carne de tus fieles / a las fieras de la tierra. R.
Derramaron su sangre como agua / en torno a Jerusalén, / y nadie la enterraba. /
Fuimos el escarnio de nuestros vecinos, / la irrisión y la burla de los que nos
rodean. / ¿Hasta cuándo, Señor? / ¿Vas a estar siempre enojado? / ¿Arderá como
fuego tu cólera? R.
No recuerdes contra nosotros / las culpas de nuestros padres; / que tu compasión
nos alcance pronto, / pues estamos agotados. R.
Socórrenos, Dios, salvador nuestro, / por el honor de tu nombre; / líbranos y
perdona nuestros pecados / a causa de tu nombre. R.
Mateo 7, 21-29:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No todo el que me dice: "Señor,
Señor" entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre
que está en el cielo.
Aquel día muchos dirán: "Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en
tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?"
Yo entonces les declararé: "Nunca os he conocido. Alejaos de mí, malvados."
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel
hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos,
soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque
estaba cimentada sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel
hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos,
soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente."
Homilía
Temas de las lecturas: Nabucodonosor deportó a Jeconías y a todos los ricos a
Babilonia * Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre. * La casa edificada sobre la
roca y la casa edificada sobre arena
1. La Hora Tristísima
1.1 No hay en el Antiguo Testamento un momento más dramático y triste que el
destierro a Babilonia. No sólo por el hecho mismo de salir de la propia tierra, sino
porque las certezas más hondas del alma judía se vieron puestas a prueba en esos
años terribles. ¿En qué quedan la Alianza, el Templo, las promesas de Dios, la
convicción de ser el pueblo elegido, si vemos que un general altanero y blasfemo
puede llegar a burlarse de todo, a triturarlo todo, a profanarlo todo...?
1.2 La primera lectura de hoy relata de un modo notablemente sucinto ese
momento en que el rey mismo, Jeconías, y la ciudad santa, Jerusalén, quedan en
poder del enemigo. La fe queda desnuda a esas horas; queda sin piso; queda sin
arropo ni amigos. Pero queda. Lo más grande del destierro no será la
envalentonada de Nabucodonosor, ni la crueldad de los que saciaron su sevicia en
inocentes. Lo más grande será que el pueblo que vuelva del Destierro, el Pequeño
resto que habrá de quedar, bsucará servir a Dios con una libertad y sinceridad que
antes no existieron.
2. Poner en Práctica
2.1 ¿Qué es construir sólidamente sobre la base de las enseñanzas de Jesús? Es
haber puesto a prueba lo que nos ha enseñado y haber comprobado que sí
funciona. La fe crece cuando uno ve que funciona, pues ahí se descubre la
diferencia entre las fábulas, los anhelos y los puros sueños, de un lado, y la fe, que
produce cambios y resultados y da vida, por el otro. Eso aprendemos del evangelio
de hoy.
2.2 La fe que no se pone en práctica se va volviendo ideas: humo que vuela en
nuestra mente y que sirve quizá para hacer especulaciones o discursos adornados
pero que ya carece de poder. Cuando llega la prueba, la prueba verdadera, esa fe
se derrumba con estrépito, porque nunca sirvió de cimiento.
2.3 Y ese es el punto central de este evangelio: o la fe es tu cimiento o no es nada.
La fe no sirve para adorno; como adorno, estorba, como cimiento, salva.
Fr. Nelson Medina, O.P.