Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Par,
Semana No. 13, Viernes
Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Enviaré hambre, no de pan, sino de escuchar la palabra
del Señor * No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca
de Dios. * No tienen necesidad de médico los sanos; misericordia quiero y no
sacrificios
Textos para este día:
Amós 8, 4-6. 9-12:
Escuchad esto, los que exprimís al pobre, despojáis a los miserables, diciendo:
"¿Cuándo pasará la luna nueva, para vender el trigo, y el sábado, para ofrecer el
grano?" Disminuís la medida, aumentáis el precio, usáis balanzas con trampa,
compráis por dinero al pobre, al mísero por un par de sandalias, vendiendo hasta el
salvado del trigo.
Aquel día -oráculo del Señor- haré ponerse el sol a mediodía, y en pleno día
oscureceré la tierra. Cambiaré vuestras fiestas en luto, vuestros cantos en elegía;
vestirá de saco toda cintura, quedará calva toda cabeza. Y habrá un llanto como por
el hijo único, y será el final como día amargo.
Mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que enviaré hambre a la tierra: no
hambre de pan ni sed de agua, sino de escuchar la palabra del Señor. Irán
vacilantes de oriente a occidente, de norte a sur; vagarán buscando la palabra del
Señor, y no la encontrarán.
Salmo 118:
Dichoso el que, guardando sus preceptos, / lo busca de todo corazón. R.
Te busco de todo corazón, / no consientas que me desvíe de tus mandamientos. R.
Mi alma se consume, deseando / continuamente tus mandamientos. R.
Escogí el camino verdadero, / deseé tus mandamientos. R.
Mira cómo ansío tus decretos: / dame vida con tu justicia. R.
Abro la boca y respiro, / ansiando tus mandamientos. R.
Mateo 9, 9-13:
En aquel tiempo vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los
impuestos, y le dijo: "Sígueme". El se levantó y lo siguió. Y estando en la mesa en
casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron
con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos:
"¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?" Jesús lo oyó y
dijo: "No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad,
aprended lo que significa "misericordia quiero y no sacrificios": que no he venido a
llamar a los justos, sino a los pecadores".
Homilía
Temas de las lecturas: Enviaré hambre, no de pan, sino de escuchar la palabra
del Señor * No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca
de Dios. * No tienen necesidad de médico los sanos; misericordia quiero y no
sacrificios
1. De Dónde Nace el Hambre de la Palabra
1.1 La primera lectura nos presenta el estilo viejo y repetido del pecado. Ya desde
aquellas épocas y desde aquellas culturas están las balanzas con trampa y la
insaciables codicia del ser humano. Detrás del engaño y de la riqueza ilícita, la
opresión: el pobre se convierte en moneda, cuenta por su utilidad y es
intercambiable. Se puede prescindir de él porque sólo representa un ingreso, una
cantidad que los poderosos le asignan.
1.2 El rostro de Dios queda así disminuido y afrentado. La imagen de Dios, que es
el ser humano, ya es menos que una caricatura y sólo vale reducido a la categoría
de animal o cosa, como "un par de sandalias."
1.3 Así entendemos la manera como el profeta mira la intervención de Dios: el sol
que se oscurece, negando la vida y la alegría, o el llanto generalizado son
indicaciones de un orden universal que ha quedado destruido. La Creación se
rebela, porque el hombre, que ha renunciado a ser imagen de Dios, ya en realidad
no le representa.
1.4 Esa ruptura entre la Creación y el hombre es también una distancia entre la voz
de Dios y el mismo hombre. Frente a la Creación que se le rebela, el hombre busca
un sentido, una dirección, un por qué. Así llega a sentir hambre de la Palabra de
Dios, porque sólo la Palabra que hizo todas las cosas podrá de algún modo explicar
el desorden que cunde en todo. De este modo, el hombre que con rebeldía se había
apartado de su Dios, aprende a través de la rebeldía de la Creación su propio
estado y entonces busca con ansia la Palabra que le ilumine y le levante.
2. Jesucristo, Médico Divino
2.1 Hoy, en el evangelio, Jesús se ha dado el título de "médico". ¡Qué buena noticia
para los que reconocemos nuestras dolencias!
2.2 Miremos las actitudes y el corazón de este médico que en su generosidad, como
dice Santa Catalina de Siena, llegó a beber la amarga medicina que el enfermo ya
no podía recibir en su maltrecha humanidad. Por eso se acerca piadoso al pecador y
con la cercanía de su trato y conversación va destruyendo los prejuicios y temores
que encierran con su tiranía al que se sabe culpable.
2.3 Observemos en el evangelio de hoy a quien llama Jesús "enfermo" : es un
hombre cruel y tirano que con la opresión de los impuestos cobrados a nombre del
Imperio Romano va haciendo su propia fortuna. Es un opresor, y Jesús lo llama
"enfermo". No quiere destruirlo sino reconstruirlo. No quiere devastarlo sino
levantarlo. Jesús sabe bien, y quiere que nosotros sepamos, que la primera víctima
de la crueldad o de la opresión es el mismo cruel opresor, y por eso le trata de
"enfermo".
2.4 Nos resulta fácil compadecernos de un anciano desvalido o de un niño
abandonado, pero la verdadera caridad descubre al enfermo aunque lo encuentre
con alientos para hacer daño a otros. ¡Bendito amor que en esta cuaresma ha de
movernos a entregarnos a nuestro Médico y a entender que su caridad desborda
nuestros juicios miopes!
Fr. Nelson Medina, O.P.