“¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios?”
Mt 8, 28-34
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1. FUERON A SU ENCUENTRO DOS ENDEMONIADOS
Cuando Cristo desembarca en esta región, le salen estos endemoniados, al parecer
llevaban así muchos años. Se decía del que pernoctaba en los sepulcros, que en el habita
el espíritu inmundo. También se dice que la ferocidad de estos endemoniados era tal que,
para evitar que se hiciesen daño a sí mismos o a otros, ya que atacaban a los caminantes
como dice aquí Mateo, les ataban con cadenas, pero como en otras ocasiones, talvez aquí
la las habían roto.
Los rabinos atribuían en ocasiones la enfermedad a influjo mágico o a vejación de
demonios, entonces se utilizaba medios mágicos o exorcismos y hasta acciones
supersticiosas, o por repetición de palabras sin sentido para extraer los demonios. Contrario
a este procedimiento, Cristo usa para curar a estos endemoniados su mandato.
2. ¿QUÉ QUIERES DE NOSOTROS, HIJO DE DIOS?
Este Evangelio también lo relata Marcos y Lucas. En Mc se describe al endemoniado
viendo y conociendo a Cristo desde lejos; viene corriendo y se postra ante él. Y gritando le
dijo: Jesús, Hijo de Dios Altísimo ¿qué hay entre tú y yo? Te conjuro en nombre de Dios que
no me atormentes
La expresión Dios Altísimo es usada en los escritos rabínicos para denominar al Dios de los
judíos. El expresar ¿qué hay para ti y para mí? significa que no tienen que ver nada entre
ellos. Y también le dice que no le atormente. El endemoniado le conjura por Dios.
Manifiestamente este endemoniado cree en la virtud del nombre de Dios, máxime sobre
Cristo, del que reconoce su grandeza y santidad al llamarle Hijo de Dios. El endemoniado
quiere contener a Cristo, como si éste viniese a alterar los planes permisivos de Dios.
3. ¿HAS VENIDO AQUÍ A ATORMENTARNOS ANTES DE TIEMPO?
En Marcos y Lucas pide el endemoniado que no le atormente. ¿En qué sentido? Mateo es
el que da la explicación: ¿Has venido aquí a atormentarnos antes de tiempo? La tradición
judía reconocía que los demonios estaban condenados en el infierno, pero admitía que
algunos podían ejercer de tentadores y atormentadores de los hombres (Job 1:10.12; 2:4).
Sólo a la hora del juicio final será terminada esta obra de tentación y daño a los hombres (2
Pe 2:4). Pero la venida del Mesías comenzaba a contener esta obra demoníaca, como
Cristo mismo dijo (Mt 12:28). Esta libertad condicionada de que gozaban antes del juicio
final y días mesiánicos, pero de la que ahora ya no va a gozar o la tienen muy constreñida,
es por lo que se encuentran atormentados. Y al tener su limitación antes del juicio final, es
lo que les hace quejarse y temer que Cristo haya venido antes de tiempo a atormentarles.
4. SI VAS A EXPULSARNOS, ENVÍANOS A ESA PIARA
Relata el Evangelio: A cierta distancia había una gran piara de cerdos paciendo. Los
demonios suplicaron a Jesús: Si vas a expulsarnos, envíanos a esa piara Los judíos tenían
prohibida la cría del cerdo, como animal impuro, pero no por la Ley , sino por la tradición
rabínica, aunque se ha hecho ver que, en la práctica, esta prescripción era frecuentemente
violada. Esta gran piara hace suponer una población en gran parte pagana. Se sabe que en
las ciudades de Gadara e Hippos, de la Decápolis , había muchos gentiles, hasta incluso no
ser judíos la mayor parte de las gentes de esta región. Aunque la misión de Cristo estaba
destinada inmediatamente a los judíos, la excepción benéfica en otras gentes se podía dar,
como en el caso de la cananea (Mc 7:24,).Dos preguntas se suelen hacer a este propósito:
¿Por qué los demonios piden entrar en los cerdos? ¿Por qué Cristo permite aquí el daño
anejo a sus propietarios?
5. LA SUPREMA AUTORIDAD DE CRISTO SOBRE LOS ESPÍRITUS IMPUROS.
Si los demonios piden, al ser expulsados de los endemoniados, no ser obligados a ir al
abismo, es decir, a cesar en su tarea de enemistad y odio al establecimiento del reino de
Dios, y cuya prueba de su llegada, como Cristo dijo, es la expulsión de los demonios de los
poseídos (Mt 12:28, par.), piden también entrar en la manada de los cerdos. Era una
transacción benéfica para los hombres. Pero, sin duda, pretendían, al impulsarlos con una
carrera desenfrenada a despeñarse y ahogarse en el lago, provocar una reacción hostil de
las gentes contra Cristo, con las ventajas que de esto pudieran derivarse para su obra de
mal. Pero se ve, por otra parte, que su acción en esta piara acusa, de modo más sensible,
el movimiento diabólico de, literariamente, expulsión e ingreso, destacándose así la
suprema autoridad de Cristo sobre los espíritus impuros.
6. JESÚS EJERCÍA EL PODER DE DIOS
El daño que se seguiría en los propietarios no debía de ser tan cuantioso como a primera
vista pudiera parecer, ya que no supone que fuese toda la manada propiedad de un solo
dueño, sino, como es ordinario, se habrían agrupado los ganados de diversos dueños.
Naturalmente, no podrá darse una razón concreta de la permisión de este daño en aquellos
dueños. Pudo ser por castigo moral, para quitar un excesivo apego a los bienes. Siempre
son razones de providencia. ¿Por qué permite Dios o quiere una inundación, donde se
destruirán bienes, se ahogarán rebaños y morirán personas? Pero lo que tiene más valor es
la enseñanza teológica que se desprende de esta autorización o permisión de Cristo. Los
evangelistas valoran la importancia de las cosas según un ideal espiritual. Nadie tiene el
derecho de imponer a su prójimo el cambio de un bien temporal por un bien espiritual, pero
Dios tiene ese derecho: él había permitido a Satán herir a Job en sus bienes e incluso en su
carne. Los evangelistas podían recordarse de esto, y se puede concluir que, en su
pensamiento, Jesús ejercía el poder de Dios.
Así esta escena viene a presentar a un tiempo a Cristo como Mesías (Mt 12:23.28) y como
ejerciendo poderes de Dios: tanto sobre los bienes materiales como sobre el disponer del
destino de los demonios en permitirles una acción temporal tentadora o en recluirlos
definitivamente en el abismo (Lc).
7. LE ROGARON QUE SE FUERA DE SU TERRITORIO.
Los pastores, despavoridos ante aquel suceso, en que no podían responder de la custodia
de los ganados, partieron a la ciudad y a los campos a dar la noticia. Ante tal suceso, la
gente se presentó en el lugar. Se describe en Lucas y Marcos el asombro de la gente al
encontrarse al endemoniado sentado a los pies de Jesús, vestido y cuerdo. Ante el
asombro, no de la curación del endemoniado, sino de la manada despeñada y ahogada, le
rogaron que se retirase de su región, pues estaban sobrecogidos de un gran temor (Lc). Y
el ruego debió de ser repetido e insistente, como lo describe Marcos. No deja de ser extraña
esta petición. Admitido el milagro, ¿por qué se obra así? Probablemente por el temor a que
pudiese haber nuevas pérdidas en sus bienes materiales. ¿Acaso vieron en él a un profeta
judío que castigaba así el animal para ellos prohibido?
8. JESÚS DERROTA ESOS PODERES QUE LUCHAN CONTRA EL REINO DE DIOS
Este Evangelio destaca la grandeza de Cristo sobre los endemoniados. Del mismo modo
como en el Evangelio anterior se demostró el poder de Jesús sobre los elementos naturales
como el viento y el mar, ahora se da a conocer el poder del Señor sobre los poderes vivos
que luchan contra el Reino, se muestra el poder de Cristo sobre las fuerzas del mal.
Talvez no sea fácil comprender este Evangelio, donde Jesús derrota esos poderes que
luchan contra el Reino de Dios, aún más, ¿como comprender a esos cuidadores que
asombrados temieron la presencia del Señor Jesús y que luego huyeron?, de todas
maneras, es mejor confiar en Jesucristo, en su protección que temer al demonio y mientras
permanezcamos junto al Señor, no seremos tentados en nuestras fuerzas.
9. SEPAMOS VER EN LA PRESENCIA DEL SEÑOR JESÚS, A EL SALVADOR, A
NUESTRO REDENTOR.
Démonos cuenta cuando parece molesta la presencia de Jesús, en que ocasión de
nuestras vidas, seguramente cuando la tenemos demasiada cómoda, cuando por la
presencia de El, tenemos que darnos al que lo necesite en desmedro de lo nuestro, nos
estorba la presencia de Jesús cuando tenemos que enfrentar nuestro egoísmo,
especialmente para que no nos haga ver como somos frente los mas necesitados.
En efecto, para muchos, Jesús es una complicación porque estamos obligados a actuar
bajo el bien.
Pero para nosotros, lo más hermoso es vivir en compañía del Señor, le pedimos que no se
aleje y que se quede con nosotros, porque sin El nada somos y nada podemos esperar y
para eso estamos dispuestos a todo, dispuestos a ser desprendidos porque nada es digno
de El, pues es Jesús la mayor riqueza y la mayor alegría a la que podemos aspirar.
Así nosotros suplicamos, quédate con nosotros Jesús, para que puedas santificarnos y para
que nos ayudes a cumplir con la voluntad de Nuestro Padre
La Paz de Cristo