“¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios?”
Mt 8, 28-34
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
Lectio Divina
LA ESCUCHA DE LA PALABRA DE SU SEÑOR GUÍA AL HOMBRE PARA BUSCAR EL
BIEN Y NO EL MAL.
La obra del hombre responde a la Palabra de Dios. Ahora bien, tales correspondencias se
vuelven arriesgadas cuando están inscritas en la acción misma del hombre. El acto de culto, la
fiesta, el holocausto, el sacrificio, el don, se vuelven entonces detestables y merecen el
rechazo. Cuando pierden la correspondencia con Dios y se convierten en autoseguridad para el
hombre, hasta las mejores expresiones de la religión pierden su alma. El discurrir el derecho y
la justicia como agua y “como río inagotable” constituyen la figura de la liberación del hombre a
la que se refieren los actos del culto. El cristiano tiene su nuevo culto “en el Señor Jesús”, en su
cuerpo y en su sangre, en el sacrificio puro de su cumplimiento de la voluntad del Padre, que
los hombres no comprenden y rechazan.
ORACION
Señor Jesús, que liberaste al hombre endemoniado del pecado, realizando la perfecta
obediencia a través de la cual conocemos el bien y el mal, guíanos por los caminos de la
justicia, prosigue mostrándonos la verdadera misericordia y líbranos de la hipocresía.
Oh Padre, si hemos sido capaces de echarnos a la espalda tus palabras, si nos hemos agitado
inútilmente con el estruendo de nuestros cantos, si hemos llegado a rechazar a tu Hijo lejos de
nuestro territorio, perdona nuestra culpa y dirígenos aún tu Palabra de verdad.
Oh Dios, envía a tu Espíritu para que ilumine nuestra oración, inspire nuestro agradecimiento y
nuestro culto, a fin de que sean capaces de convertirse en “cima y fuente” de una vida de
justicia y de paz inspirada por ti.