"Sígueme"
Mt 9, 9-13
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. UN HOMBRE LLAMADO MATEO
Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de
impuestos, y le dijo: Sígueme. La escena sucede en Cafarnaúm. Por eso no está a las
órdenes de Roma sino de Herodes Antipas. Cafarnaúm era un buen puesto aduanero.
Personas o sociedades pagaban, anticipadamente, al fisco un impuesto global en tasas. En
la estimación popular eran tenidos en desprecio los cobradores de impuestos Todos los
publícanos eran unos ladrones, decían algunos, Para los judíos había, además, otros
motivos de desprecio. Y eran su trato habitual con los gentiles, que les hacía ser
transgresores de las disposiciones legales rabínicas, por lo que eran gentes impuras; y los
consideraban traidores al pueblo de Dios. En el Talmud eran tenidos como ladrones y
criminales. Mateo pertenecía a este mundo de gentes.
2. SÍGUEME, LE DIJO JESÚS
Estaba sentado en su mesa de recaudación cuando pasaba Jesús. Sígueme, le dijo Jesús.
Y, al punto, le siguió definitivamente. Mateo al escribir este relato, quiere destacar Mateo la
eficacia de las palabras de Jesús.
Jesús cuando se detiene ante la mesa de cobrador, le mira con afecto, el sígueme de
Jesús, no solo le llega a los oídos a Mateo, le llega justamente a donde van las palabras de
Cristo, al corazón. Igual que a nosotros, Jesús se detiene a mirarnos con afecto, y también
nos habla a nuestro corazón, su suave voz es además una insistencia permanente en
nuestra conciencia, voz que nos invita a seguirlo, aceptarlo y a la cual debemos guardar
fidelidad.
3. HOMENAJE DE GRATITUD A JESÚS
Mateo, acaso, como homenaje de gratitud a Jesús y acaso como despedida de sus
compañeros o subordinados, ofreció un banquete en su casa. Asistieron a este banquete
junto con sus discípulos, muchos publícanos y pecadores.
La expresión de Mateo de pecadores no se refiere, en la época de Jesús y desde el punto
de vista de los fariseos, a los que quebrantaban la ley moral ni la ley judía (Thorah), sino al
que no se somete a la interpretación que de ( la Ley ) dan los fariseos. A estos pecadores
se les acusaba de traer sobre el pueblo todos los males.
4. “¿POR QUÉ SU MAESTRO COME CON PUBLICANOS Y PECADORES?”
Este asistir Jesús con publícanos y pecadores a un banquete levantó en los fariseos y
escribas una fuerte censura. Como la comida es un acto de sociedad, solamente se celebra
entre los que se tienen por amigos. Así se comprende que los fariseos echaran en cara a
Jesús en especial que comiera con publícanos y pecadores. Si no hubiera hecho más que
saludarlos o hablarles, pase; ¡comer con ellos era demasiado! Era aquello, como dice
irónicamente San Jerónimo, un verdadero festín de pecadores.
El momento de esta interpelación de los fariseos a los discípulos, naturalmente, no es en el
momento del banquete. Pues ni ellos asistían a comer con pecadores, conforme a la
prohibición que ellos mismos se hicieron, ni se hubiesen atrevido a hacer esta protesta allí
mismo.
Fue poco después cuando se presentó la oportunidad, acaso muy probablemente buscada
por ellos, para atacar directamente a Jesús. La pregunta que hacen es insidia y censura.
Mateo, ponen la censura dirigida abiertamente a Jesús: ¿Por qué su Maestro come con
publícanos y pecadores? Si Jesús, según los fariseos, iba a la intimidad de un banquete con
publícanos y pecadores, quebrantaba las prescripciones legales que los rabinos habían
hecho sobre esto, y era ello no tener celo de la Ley. Y el que así trataba con pecadores,
¿sería él justo? Este era el ataque intentado y la censura insidiosa que dejaban flotando
sobre El. Es el procedimiento de celadas y sospechas que los fariseos hicieron en diversas
ocasiones sobre Jesús.
5. NO SON LOS SANOS LOS QUE TIENEN NECESIDAD DEL MÉDICO, SINO LOS
ENFERMOS.
La respuesta de Jesús no es directamente a los fariseos, aunque, en el fondo, a ellos va
dirigida. Es la respuesta que da cuando los discípulos le hacen llegar la crítica de los
fariseos.
La respuesta de Jesús es tan contundente como finamente irónica, a causa del fariseísmo
al que alude. No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Era
la justificación de su conducta. Si el médico no repara en el contagio para ir a visitar a los
enfermos corporales, mucho menos había de repararse en traspasar unas fronteras
artificiosas, creadas la mayoría de las veces por la seca vida religiosa del fariseísmo. El que
venía a salvar, que era curar las almas, tenía que ir a donde estaba el mismo mal para
curarlo.
Esta conducta de Jesús, aparte de ser la misericordia volcada en caridad, era la pedagogía
lógica. ¿Cómo atraería el fariseísmo a los publícanos y pecadores? Estos, sin convicción o
preparación en la Ley , ¿cómo cambiarían de conducta, si nadie se acercaba a ellos para
enseñársela y para estimularlos? El fariseísmo era, como actitud, soberbia, inhumana y
antipedagógica.
6. YO QUIERO MISERICORDIA Y NO SACRIFICIOS
Dice Jesús: Yo quiero misericordia y no sacrificios, palabras del profeta Oseas en las que
Dios proclama, por el profeta, que prefiere la misericordia al sacrificio (Os 6:6). Era ella una
buena crítica profética contra el materialismo farisaico. El sacrificio valía por el espíritu que
llevaba, no por la materialidad del rito. Y el fariseo era sepulcro blanqueado. Y Jesús, como
médico de almas, les hace ver con el profeta que su obra es obra de misericordia espiritual.
Dice el Señor; Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores. Esta tercera
sentencia va a resultar una ironía contra los fariseos. El vino a llamar a todos a su reino,
resulta una ironía contra los fariseos, porque ellos se tenían a sí mismos por justos (Lc 18:9)
22.
Mateo se levanto y lo siguió, pero dejándolo todo, condición indispensable para seguir a
Jesús, lo sigue además con sinceridad, es así, como el Señor elige los sentimientos
interiores del hombre, no por lo exterior o lo que se aparenta.
El Señor les Bendiga