EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Decimocuarto Domingo del tiempo ordinario
Libro de Ezequiel 2,2-5.
Cuando me habló, un espíritu entró en mí y me hizo permanecer de pie, y yo
escuché al que me hablaba.
El me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los israelitas, a un pueblo de rebeldes que
se han rebelado contra mí; ellos y sus padres se han sublevado contra mí hasta el
día de hoy.
Son hombres obstinados y de corazón endurecido aquellos a los que yo te envío,
para que les digas: "Así habla el Señor ".
Y sea que escuchen o se nieguen a hacerlo -porque son un pueblo rebelde- sabrán
que hay un profeta en medio de ellos.
Salmo 123(122),1-2a.2bcd.3-4.
Canto de peregrinación.
Levanto mis ojos hacia ti,
que habitas en el cielo.
Como los ojos de los servidores
están fijos en las manos de su señor,
y los ojos de la servidora
en las manos de su dueña:
así miran nuestros ojos al Señor, nuestro Dios,
hasta que se apiade de nosotros.
¡Ten piedad, Señor,
ten piedad de nosotros,
porque estamos hartos de desprecios!
Nuestra alma está saturada
de la burla de los arrogantes,
del desprecio de los orgullosos.
Carta II de San Pablo a los Corintios 12,7-10.
Y para que la grandeza de las revelaciones no me envanezca, tengo una espina
clavada en mi carne, un ángel de Satanás que me hiere.
Tres veces pedí al Señor que me librara,
pero él me respondió: "Te basta mi gracia, porque mi poder triunfa en la debilidad".
Más bien, me gloriaré de todo corazón en mi debilidad, para que resida en mí el
poder de Cristo.
Por eso, me complazco en mis debilidades, en los oprobios, en las privaciones, en
las persecuciones y en las angustias soportadas por amor de Cristo; porque cuando
soy débil, entonces soy fuerte.
Evangelio según San Marcos 6,1-6.
Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo
escuchaba estaba asombrada y decía: "¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría
es esa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos?
¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de
Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?". Y Jesús era
para ellos un motivo de tropiezo.
Por eso les dijo: "Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y
en su casa".
Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de curar a unos pocos enfermos,
imponiéndoles las manos.
Y él se asombraba de su falta de fe. Jesús recorría las poblaciones de los
alrededores, enseñando a la gente.
Comentario del Evangelio por
Beato Juan XXIII (1881-1963), papa
Radiomensage del 01/05/1960
El Hijo de Dios, carpintero en el taller de José
¡Oh San José, Custodio de Jesús, Esposo castísimo de María, que consumiste
tu vida en el cumplimiento perfecto del deber, sustentando con el trabajo de tus
manos a la Sagrada Familia de Nazaret; protege los propósitos de quienes
confiadamente se dirigen a ti. Tú conoces sus aspiraciones, sus angustias, sus
esperanzas; y a ti recurren porque saben que encontrarán en ti quien los
comprenda y proteja. También tú experimentaste la prueba, la fatiga, el
agotamiento pero también en medio de las preocupaciones de la vida material, tu
ánimo, lleno de la más profunda paz exultó de alegría inenarrable por la intimidad
con el Hijo de Dios a ti confiado y con María, su dulcísima Madre.
Haz también que tus protegidos comprendan que no están solos en su trabajo
sino que vean a Jesús junto a ellos; acógelos con tu gracia, protégelos fielmente
como tú hiciste. Y obtén que en cada familia, en cada oficina, en cada laboratorio,
donde quiera que trabaje un cristiano, sea todo santificado en la caridad, en la
paciencia, en la justicia, en la prosecución del bien obrar para que desciendan
abundantes los dones de la celestial predilección.
"servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”