EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Mateo 9,18-26.
Mientras Jesús les estaba diciendo estas cosas, se presentó un alto jefe y,
postrándose ante él, le dijo: "Señor, mi hija acaba de morir, pero ven a imponerle
tu mano y vivirá".
Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos.
Entonces se le acercó por detrás una mujer que padecía de hemorragias desde
hacía doce años, y le tocó los flecos de su manto,
pensando: "Con sólo tocar su manto, quedaré curada".
Jesús se dio vuelta, y al verla, le dijo: "Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado". Y
desde ese instante la mujer quedó curada.
Al llegar a la casa del jefe, Jesús vio a los que tocaban música fúnebre y a la gente
que gritaba, y dijo:
"Retírense, la niña no está muerta, sino que duerme". Y se reían de él.
Cuando hicieron salir a la gente, él entró, la tomó de la mano, y ella se levantó.
Y esta noticia se divulgó por aquella región.
comentario del Evangelio por
Beato Carlos de Foucauld (1858-1916), ermitaño y misionero en el Sahara
Retiro en Nazaret 1897
“Tu fe te ha salvado”
La fe, es lo que hace que creamos desde el fondo del alma... todas las
verdades que la religión nos enseña, es decir, el contenido de la Escritura Santa y
todas enseñanzas del Evangelio; en fin, todo lo que nos es propuesto por la Iglesia.
El justo verdaderamente vive de esta fe (Rm 1,17), porque reemplaza a la inmensa
mayoría de los sentidos de la naturaleza. Transforma tanto todas las cosas que
apenas los sentidos pueden servirle al alma; por ellos sólo percibe apariencias
engañosas; la fe le muestra las realidades.
El ojo le muestra a un pobre; la fe le muestra a Jesús (cf Mt 25,40). El oído le
deja oír insultos y persecuciones; la fe le canta: "Regocíjese y gózate de alegría" (cf
Mt 5,12). El tacto nos hace sentir los golpes recibidos; la fe nos dice: "alegraos de
haber sido considerados dignos de sufrir algo por el nombre Cristo" (cf Hch. 5,41).
El gusto nos hace sentir el incienso; la fe nos dice que el incienso verdadero "son
las oraciones de los santos" (Ap 8,4). Los sentidos nos seducen por las bellezas
creadas; la fe piensa en la belleza increada y tiene lástima de todas las criaturas
que son nada y polvo al lado de aquella belleza. A los sentidos les horroriza el
dolor; la fe lo bendice como la corona esponsal que se le une a su Amado, como la
marcha con su Esposo, la mano en su mano divina. Los sentidos se rebelan contra
el insulto; la fe lo bendice: " bendecid a los que os maldicen " Lc 6,28)...; lo
encuentra dulce porque es compartir la suerte de Jesús... Los sentidos son
curiosos; la fe no quiere conocer nada: tiene sed de sepultarse y querría pasar toda
su vida inmóvil al pie del tabernáculo.
"servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”