EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Martes de la decimocuarta semana del tiempo ordinario
Libro de Oseas 8,4-7.11-13.
Entronizaron reyes pero sin contar conmigo; designaron príncipes, pero sin mi
aprobación. Se hicieron ídolos con su plata y su oro, para su propio exterminio.
Yo rechazo tu ternero, Samaría; mi ira se ha encendido contra ellos. ¿Hasta cuándo
no podrán recobrar la inocencia?
Porque ese ternero proviene de Israel: lo hizo un artesano, y no es Dios. Sí, el
ternero de Samaría quedará hecho pedazos.
Porque siembran vientos, recogerán tempestades. Tallo sin espiga no produce
harina, y si la produce, se la tragarán los extranjeros.
Efraím multiplicó los altares para expiar el pecado, pero esos altares le han servido
sólo para pecar.
Por más que escriba para él mil prescripciones de mi Ley se las tendría por una
cosa extraña.
En cuanto a los sacrificios que me ofrecen, ¡que los inmolen, que se coman la
carne! ¡El Señor no los aceptará! Ahora, él se acordará de sus culpas y pedirá
cuenta de sus pecados: entonces ellos regresarán a Egipto.
Salmo 115(113B),3-4.5-6.7ab-8.9-10.
Nuestro Dios está en el cielo y en la tierra,
él hace todo lo que quiere.
Los ídolos, en cambio, son plata y oro,
obra de las manos de los hombres.
Tienen boca, pero no hablan,
tienen ojos, pero no ven;
tienen orejas, pero no oyen,
tienen nariz, pero no huelen.
Tienen manos, pero no palpan,
tienen pies, pero no caminan;
ni un solo sonido sale de su garganta.
Como ellos serán los que los fabrican,
los que ponen en ellos su confianza.
Pueblo de Israel, confía en el Señor:
él es tu ayuda y tu escudo;
familia de Aarón, confía en el Señor:
él es su ayuda y su escudo.
Evangelio según San Mateo 9,32-38.
En cuanto se fueron los ciegos, le presentaron a un mudo que estaba endemoniado.
El demonio fue expulsado y el mudo comenzó a hablar. La multitud, admirada,
comentaba: "Jamás se vio nada igual en Israel".
Pero los fariseos decían: "El expulsa a los demonios por obra del Príncipe de los
demonios".
Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas,
proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y
dolencias.
Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como
ovejas que no tienen pastor.
Entonces dijo a sus discípulos: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son
pocos.
Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha."
Comentario del Evangelio por
Santa Teresa del Niño Jesús (1873-1897), carmelita descalza, doctor de la
Iglesia
Carta 135
«Rogad al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies»
Un día en el que pensaba qué podía hacer yo para salvar almas, una frase del
Evangelio me dio una viva luz. En otro tiempo Jesús dijo a sus discípulos
enseñándoles los campos de trigo ya maduro: «Alzad vuestros ojos y ved los
campos, que blanquean ya para la siega». (Jn 4,35), y un poco más adelante: «En
verdad, la mies es abundante pero el número de trabajadores es pequeño; pedid
pues al señor de la mies que le mande trabajadores». ¡Qué misterio! ¿Acaso Jesús
no es todopoderoso? ¿Las criaturas no son de quien las ha hecho? Entonces ¿por
qué Jesús dice: «pedid, pues, al señor de la mies que le mande trabajadores»? ¿Por
qué?
¡Ah! Es que Jesús nos tiene un amor tan incomprensible que quiere que
tomemos parte con Él en la salvación de las almas. No quiere hacer nada sin
nosotros. El creador del universo espera la oración de una pobre y pequeñita alma
para salvar a las demás almas rescatadas, como ella, al precio de toda su sangre.
Nuestra vocación no es ir a segar en los campos de trigo maduro. Jesús no nos
dice: «Bajad los ojos, mirad los campos e id a segarlos». Nuestra misión [como
carmelitas] es todavía más sublime. Estas son las palabras de nuestro Jesús:
«¡Levantad los ojos y mirad. Mirad cómo en mi cielo hay lugares vacíos, os toca a
vosotras el llenarlos; vosotras sois mis Moisés orando sobre el monte (Ex 17,8s).
Pedirme obreros y yo os los enviaré, no espero otra cosa que una plegaria, un
suspiro de vuestro corazón!»
"servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”