Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Julio 11
San Benito, Abad
-------------------------------------
Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Presta atención a la prudencia * Aquí estoy, Señor, para
hacer tu voluntad. * Ustedes, los que han dejado todo y me han seguido, recibirán
el ciento por uno
Textos para este día:
Proverbios 2,1-9:
Hijo mío, si escuchas mis palabras y no olvidas mis consejos; si prestas oído a la
sabiduría y atención a la prudencia; si invocas a la inteligencia y le haces caso a la
sensatez; si procuras todo esto como procuras el dinero y lo buscas como un
tesoro, entonces comprenderás lo que significa el temor del Señor y alcanzarás el
conocimiento de Dios.
Porque el Señor es quien da la sabiduría y de su boca proceden el saber y la
inteligencia. El atesora los aciertos para los hombres justos y es un escudo para los
hombres de conducta intachable; él protege a los que cumplen con su deber y cuida
en su camino al hombre bueno.
Teniendo presente esto comprenderás lo que es justo y debido, y todas las cosas
que son convenientes y buenas.
Salmo 39, 2. 4. 7-10:
Esperé confiadamente en el Señor: él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor. Puso
en mi boca un canto nuevo, un himno a nuestro Dios. R.
Tú no quisiste víctima ni oblación; pero me diste un oído atento; no pediste
holocaustos ni sacrificios, entonces dije: «Aquí estoy.» R.
«En el libro de la Ley está escrito lo que tengo que hacer: yo amo. Dios mío, tu
voluntad, y tu ley está en mi corazón.» R. Proclamé gozosamente tu justicia en la
gran asamblea; no, no mantuve cerrados mis labios, tú lo sabes, Señor. R.
Mateo 19, 27-29:
En aquel tiempo, Pedro, tomando la palabra, le dijo a Jesús: «Señor, nosotros lo
hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?»
Jesús le dijo:
«Yo les aseguro que en la vida nueva, cuando el Hijo del hombre se siente en su
trono de gloria, ustedes, los que me han seguido, se sentarán también en doce
tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.
Y todo aquel que por mí haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o
madre, o esposa o hijos, o propiedades, recibirá cien veces más y heredará la vida
eterna».
Homilía
Temas de las lecturas: Presta atención a la prudencia * Aquí estoy, Señor, para
hacer tu voluntad. * Ustedes, los que han dejado todo y me han seguido, recibirán
el ciento por uno
1. Rostro humano de la santidad
1.1 Antes de san Benito, el mundo occidental habló de la perfección cristiana
básicamente en dos claves: el martirio y el ascetismo extremo. Los nombres de los
grandes mártires fueron siempre inspiración profunda, motivo de gratitud y certeza
de la presencia divina. ¿Quién no se siente feliz de pertenecer a la misma iglesia del
noble y venerable Policarpo, que prefirió ser quemado vivo, antes que renegar, en
su ancianidad, de aquel de quien dijo haber recibido "sólo bienes"? ¿A quién dejaría
de impactar una muerte como la de aquellos que fueron devorados por las fieras en
el coliseo, y que razonaron como el gran Ignacio de Antioquía: "Soy trigo de Dios y
debo ser molido para volverme pan de Cristo"?
1.2 Tras las huellas de estos y otros muchos mártires, de ambos géneros, los más
antiguos monjes llevaron vidas extremas que parecían prácticamente un largo
martirio. El ayuno habitual, las duras vigilias, la extrema pobreza, el recurso al
desierto o el aislamiento formaron parte del arsenal de las almas ansiosas de una
perfección que ya no podían esperar por la vía rápida de la persecución y la
violencia exterior. Así se forjaron hombres como San Antonio, Abad, o los muy
famosos monjes cercanos a Tebas.
1.3 Estas dos clases de santidad parecían no sólo remotas sino del todo
impracticables. El heroísmo próximo al mito parecía un camino imposible que
debería quedar como patrimonio de una selecta élite de atletas del espíritu. Benito
de Nursia vio las cosas de otro modo. Centró su corazón y el de sus monjes en un
mensaje sencillo: centrarse en Dios, no anteponer nada a Cristo.
2. Una vida con propósito
2.1 Especialmente en el monasterio de Montecasino, Benito pudo enseñar de
palabra y con el ejemplo la sencillez y la belleza de una vida escondida en Dios. El
trabajo manual se alterna con el estudio, la oración y una vida sobria marcada por
la comunión de bienes y el servicio a todos. El resultado fue una especie de
santidad más "humana" que pronto atrajo verdaderas legiones de monjes y
monjas.
2.2 La obra benedictina ha tenido inmensos bienes a la civilización occidental. Los
monasterios se convirtieron no sólo en oasis de paz, oración y búsqueda espiritual,
sino también en bibliotecas públicas, hospederías, talleres, graneros, lugares, en
fin, de creación e implementación de nuevas tecnologías. La influencia de Benito
sólo puede ser apreciada a la luz de su impacto en siglos y siglos de predicación,
oración, estudio, evangelización y cultura, primero en Europa, y luego en el resto
del mundo..
Fr. Nelson Medina, O.P.