Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Par,
Semana No. 14, Viernes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: No volveremos a llamar Dios a la obra de nuestras manos
* Mi boca proclamará tu alabanza, Señor. * No seréis vosotros los que habléis, sino
el Espíritu de vuestro Padre
Textos para este día:
Oseas 14, 2-10:
Así dice el Señor: "Israel, conviértete al Señor Dios tuyo, porque tropezaste por tu
pecado. Preparad vuestro discurso, volved al Señor y decidle: "Perdona del todo la
iniquidad, recibe-benévolo el sacrificio de nuestros labios. No nos salvará Asiria, no
montaremos a caballo, no volveremos a llamar Dios a la obra de nuestras manos.
En ti encuentra piedad el huérfano."
Yo curaré sus extravíos, los amaré sin que lo merezcan, mi cólera se apartará de
ellos. Seré para Israel como rocío, florecerá como azucena, arraigará como el
Líbano. Brotarán sus vástagos, será su esplendor como un olivo, su aroma como el
Líbano.
Vuelven a descansar a su sombra: harán brotar el trigo, florecerán como la viña;
será su fama como la del vino del Líbano. Efraín, ¿qué te importan los ídolos? Yo le
respondo y le miro: yo soy como un ciprés frondoso: de mí proceden tus frutos.
¿Quién es el sabio que lo comprenda, el prudente que lo entienda? Rectos son los
caminos del Señor: los justos andan por ellos, los pecadores tropiezan en ellos."
Salmo 50:
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, / por tu inmensa compasión borra mi culpa;
/ lava del todo mi delito, / limpia mi pecado. R.
Te gusta un corazón sincero, / y en mi interior me inculcas sabiduría. / Rocíame con
el hisopo: quedaré limpio; / lávame: quedaré más blanco que la nieve. R.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro, / renuévame por dentro con espíritu firme; /
no me arrojes lejos de tu rostro, / no me quites tu santo espíritu. R.
Devuélveme la alegría de tu salvación, / afiánzame con espíritu generoso. / Señor,
me abrirás los labios, / y mi boca proclamará tu alabanza. R.
Mateo 10, 16-23:
En aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles: "Mirad que os mando como ovejas
entre lobos; por eso, sed sagaces como serpientes y sencillos como palomas. Pero
no os fiéis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las
sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa; así
daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Cuando os arresten, no os
preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis; en su momento se os sugerirá
lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro
Padre hablará por vosotros.
Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los
hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres y los matarán. Todos os odiarán por
mi nombre: el que persevere hasta el final, se salvará. Cuando os persigan en una
ciudad, huid a otra. Creedme, no terminaréis con las ciudades de Israel antes de
que vuelva el Hijo del hombre".
Homilía
Temas de las lecturas: No volveremos a llamar Dios a la obra de nuestras manos
* Mi boca proclamará tu alabanza, Señor. * No seréis vosotros los que habléis, sino
el Espíritu de vuestro Padre
1. Aprendiendo a Confiar en el Señor
1.1 Aprender a confiar en el Señor es también aprender que no se puede confiar
demasiado ni en las propias fuerzas ni en los recursos que solemos tener a mano,
como son nuestras amistades, riquezas o negocios. Tal es la enseñanza principal de
la primera lectura de hoy, tomada del profeta Oseas.
1.2 Para situar mejor este texto en su contexto conviene recordar cuán pequeño
resultaba Israel en comparación con las potencias económicas y militares que le
rodearon siempre: Egipto, por la izquierda, Asiria y Babilonia por la derecha,
estaban siempre al acecho para tomar posesión de la tierra de Israel, que, aunque
pequeño, resultaba ser un corredor de comercio y lugar de paso de tropas
sumamente estratégico.
1.3 Es explicable, entonces, que cuando los reyes de Israel se veían amenazados
por algún vecino grande procuraban afianzarse en otro de los vecinos grandes. Así
vino a volverse costumbre una especie de política de alianzas políticas, a menudo
selladas con matrimonios de conveniencia e intercambios de culto. Los hechos, sin
embargo, demostraron que estas alianzas en primer lugar no resultaban gratuitas y
en segundo lugar terminaban deteriorando gravísimamente la fe del pueblo elegido.
1.4 Así entendemos cómo el proceso de la fe de los israelitas les llevó a expresiones
como las que hemos oído hoy: "Ya no nos salvará Asiria, ya no confiaremos en
nuestro ejército, ni volveremos a llamar 'dios nuestro' a las obras de nuestras
manos." La respuesta del Señor no se hará esperar: "Yo perdonaré sus
infidelidades, dice el Señor; los amaré, aunque no lo merezcan, porque mi cólera se
ha apartado de ellos. Seré para Israel como rocío; mi pueblo florecerá como el lirio,
hundirá profundamente sus raíces, como el álamo, y sus renuevos se propagarán."
2. La Serpiente y la Paloma
2.1 La advertencia de Jesús a sus discípulos, en el evangelio de hoy, conserva toda
su actualidad: astutos como serpientes, sencillos como palomas. Varias cosas
podemos aprender de un consejo así.
2.2 Aprendemos que hay una astucia buena, que consiste en estar despiertos a las
sinuosidades y trampas del mal; pero esta astucia no debe hacernos ni sinuosos ni
tramposos. Y aprendemos que hay una simplicidad buena, que consiste en afianzar
nuestra intención en los bienes verdaderos y amarlos con sencillez y corazón
indiviso; pero esta simplicidad no debe llevarnos a imaginar que todo el mundo
pensará u obrará como nosotros.
2.3 Aprendemos que "la gente" es destinatario del Evangelio y que en ese mismo
sentido es un error presumir que obrarán con justicia, sinceridad, gratitud o amor al
bien: si tuvieran todo eso no necesitarían quizá ser evangelizados. Precisamente
porque no lo tienen queremos anunciarles el Evangelio. Y si no lo tienen, nuestra
confianza no puede estar en que van a ser justos, sinceros, agradecidos o bien
intencionados. Nuestra confianza estará sólo en Aquel que, sabiendo de qué está
hecha esta raza humana, aquí quiso plantar la semilla de la salvación, al precio
altísimo de la Sangre de su Hijo.
Fr. Nelson Medina, O.P.