Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Par,
Semana No. 15, Martes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Si no creéis, no subsistiréis * Dios ha fundado su
ciudad para siempre. * El día del juicio le será más llevadero a Tiro y Sidón
y a Sodoma que a vosotras
Textos para este día:
Isaías 7, 1-9:
Reinaba en Judá Acaz, hijo de Yotán, hijo de Ozías. Rasín, rey de Damasco, y Pecaj,
hijo de Romelía, rey de Israel, subieron a Jerusalén para atacarla; pero no lograron
conquistarla. Llegó la noticia al heredero de David: "Los sirios acampan en Efraín."
Y se agitó su corazón y el del pueblo, como se agitan los árboles del bosque con el
viento.
Entonces el Señor dijo a Isaías: "Sal al encuentro de Acaz, con tu hijo Sear Yasub,
hacia el extremo del canal de la Alberca de Arriba, junto a la Calzada del Batanero,
y le dirás: "¡Vigilancia y calma! No temas, no te acobardes ante esos dos cabos de
tizones humeantes, la ira ardiente de Rasín y los sirios y del hijo de Romelía.
Aunque tramen tu ruina diciendo: Subamos contra Judá, sitiémosla, apoderémonos
de ella, y nombraremos en ella rey al hijo de Tabeel.
Así dice el Señor: No se cumplirá ni sucederá: Damasco es capital de Siria, y Rasín,
capitán de Damasco; Samaria es capital de Efraín, y el hijo de Romelía, capitán de
Samaria. Dentro de cinco o seis años, Efraín, destruido, dejará de ser pueblo. Si no
creéis, no subsistiréis."
Salmo 47:
Grande es el Señor y muy digno de alabanza / en la ciudad de nuestro Dios, / su
monte santo, altura hermosa, / alegría de toda la tierra. R.
El monte Sión, vértice del cielo, / ciudad del gran rey; / entre sus palacios, / Dios
descuella como un alcázar. R.
Mirad: los reyes se aliaron / para atacarla juntos; / pero, al verla, quedaron
aterrados / y huyeron despavoridos. R.
Allí los agarró un temblor / y dolores como de parto; / como un viento del desierto,
/ que destroza las naves de Tarsis.
Mateo 11, 20-24:
En aquel tiempo se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho casi
todos sus milagros, porque no se habían convertido: "¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti,
Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras,
hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza. Os digo que el
día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú,
Cafarnaúm, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo. Porque si en Sodoma se
hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy. Os digo que el día
del juicio le será más
Homilía
Temas de las lecturas: Si no creéis, no subsistiréis * Dios ha fundado su ciudad
para siempre. * El día del juicio le será más llevadero a Tiro y Sidón y a Sodoma
que a vosotras
1. Confiar para Subsistir
1.1 La imagen de héroe que solemos encontrar en las películas de cine o en las
aventuras de novela es la de una persona que se enfrenta en solitario contra el
mundo entero y sale victorioso. Toda su fuerza está en él mismo y sólo apela a sus
convicciones y a sus recursos, que parecen casi infinitos. La Biblia nos presenta un
mensaje distinto, que puede bien sintetizarse en la frase que hemos oído hoy de
Isaías: "sino confían no subsistirán." La fuerza no es la de quien pone su confianza
en sí mismo sino en el Señor.
1.2 Claro que este mensaje no es obvio y nadie ha dicho que sea fácil de entender.
Hay ocasiones en que las circunstancias nos muestran nuestros límites de tal
manera que casi nos vemos "obligados" a confiar, por la sencilla razón de que casi
no hay otra cosa que pueda hacerse sino abandonarse.
1.3 Algo así fue lo que vivió Ajaz, rey de Judá, cuando supo que sus enemigos del
Norte se habían aliado y hacían ya campamento de guerra cerca de Jerusalén,
como nos cuenta la primera lectura. En semejantes circunstancias, la voz segura y
lúcida de Isaías hace una predicción asombrosa: no sólo será salvada Jerusalén sino
que los enemigos serán aniquilados.
1.4 Humanamente hablando, allí no había nada que hacer. Al respecto es
interesante comparar las actitudes de los hebreos del reino del Norte, aquí llamado
"Efraín" y las de los reino del sur, es decir, Judá. La presión venía de más arriba, de
Siria. Los de Efraín, con su rey Pécaj a la cabeza, caen en la desesperación y lo que
hacen es aliarse con los opresores para convertirse ellos mismos en opresión hacia
el sur, o sea, hacia Judá. Los del reino del sur, en cambio, inspirados por la
serenidad de Isaías no hacen pactos con los enemigos sino que resisten en Dios.
Los hechos le dan la razón al profeta: los del Norte, los de Efraín, de hecho
desaparecieron como pueblo; los del sur, los judíos, subsisten incluso hasta el día
de hoy.
2. Los que se Resistieron
2.1 Uno tiende a pensar que una buena tanda de milagros será suficiente para
convertir a cualquiera. El evangelio de hoy muestra que no es así.
2.2 Las ciudades que nombra Jesucristo en este breve texto, Corozaín, Betsaida y
Cafarnaúm, tienen probablemente el mayor índice de milagros por kilómetro
cuadrado del mundo entero. Y sin embargo, ya hemos oído el reproche del Señor:
no se convirtieron. La primera conclusión es que la conversión no sucede a fuerza
de cosas extraordinarias.
2.3 Los milagros no son "pruebas," en el sentido de una demostración de
geometría, que te obliga a aceptar lo que se te está diciendo. Los milagros son
señales, y en cuanto tales, pueden ser aceptados o no.
2.4 De donde sacamos otra enseñanza: si los milagros son señales, es evidente que
no son las únicas. El mundo entero está lleno de señales, sólo que las consideramos
poco interesantes o significativas por la única razón de que nos hemos
acostumbrado a ellas. Un atardecer, la paz de un arroyo, el parpadear de las
estrellas o la inmensidad del océano son señales y también a su modo están
proclamando a su Hacedor. Lo importante, en últimas, no es el tamaño de la señal
sino la docilidad de la mirada que las lee, reconoce y agradece.
Fr. Nelson Medina, O.P.