SANTIAGO: CAMINO PARA LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
Padre Javier Leoz
¿Qué es la Nueva Evangelización? Es una cuestión que surge constantemente en
todos los ambientes (eclesiales o no) y que lleva a muchas respuestas:
¿Son nuevos métodos? Tal vez sí. Hoy para llevar la Buena Noticia a los que la
desconocen, exige una postura evangelizadora más decidida: hay que salir del
templo y pisar la calle.
¿Es distinto lo que tenemos que ofrecer? ¡No! Tal vez es justo lo contrario. Supone
recordar que, Jesús, no es un cualquiera. Que, además de ser humano, es divino.
Que es el Hijo de Dios
¿Qué pretende la Nueva Evangelización? Que Dios llegue a las sociedades actuales
por el empeño de toda la Iglesia. Que aquellos que lo han olvidado, de nuevo, lo
recuperen. Que aquellos que lo viven lo actualicen y lo sientan con más vigor. Que
aquellos que viven indiferentes a Él vean en los cristianos un reflejo de su
presencia.
1.- No cabe duda que, la tradición histórica y todos sus componentes (arte, piedad
popular, música, etc.) pueden ayudar en ese objetivo. Y el Camino de Santiago (sin
dejarlo huérfano cuando se pretende despojarlo de la huella religiosa y fecundarlo
exclusivamente con el elemento cultural) puede ayudarnos muchísimo para
comprender lo qué significa el ser tocado por el Señor y por su gracia.
Santiago Apóstol condensa perfectamente el nuevo ardor y el empeño que hemos
de tener como cristianos. Él supo madurar, en el árbol de su encuentro personal
con Cristo, e inmediatamente ponerse en camino para anunciarlo, enseñarlo y dar
respuesta (con el evangelio en la mano) a los hombres de su tiempo.
-¿Es el evangelio nuestro recurso para responder a los numerosos interrogantes
que se nos plantean?
-¿Podemos decir que nuestra fe ha sido bendecida por un encuentro personal con el
Señor o sólo por costumbre?
-¿Somos valientes y decididos a la hora de inyectar el cristianismo allá donde nos
encontramos?
2.- Al igual que los magos de oriente se pusieron en peregrinación hacia el Portal
para adorar, ofrecer y reconocer al Señor, también Santiago se colocó en la vereda
con un objetivo: que la humanidad del otro lado occidental de la tierra pudiera
también conocer, saber, adorar y reconocer al Señor de la historia: a Jesús.
Esta fiesta, la de Santiago Apóstol, nos ha de llevar de nuevo al camino de la fe, al
encuentro con Cristo, a la escucha de su Palabra, a la valentía en pro de nuestros
planteamientos cristianos. El futuro de la fe no depende del que existan o no
existan muchos sacerdotes (por cuyas vocaciones rezamos) sino más bien del
compromiso serio y radical de ser todos testigos, heraldos, medios por los cuales se
anuncie la muerte y la resurrección de Cristo. El Camino de Santiago no es un
camino que lleve a ninguna parte. Todo lo contrario, así como los magos
descubrieron una estrella y –esa estrella- les llevó a Jesús, también Santiago (por
su camino) nos adentra en un campo estrellado (Compostela) en el cual podemos
divisar, recordar y celebrar el núcleo de nuestra fe: Cristo ha resucitado y, nosotros
por Él, seremos resucitados. Este es el mensaje clave e irrenunciable de la Nueva
Evangelización.
3.- Si nos quedamos en la belleza e historia del camino, en el movimiento del
botafumeiro, en las luces y en los colores de la cruz, en la técnica o en las
metodologías evangelizadoras, será un repetir y será un gozarnos en lo que
tenemos pero sin ser conscientes de lo que nos espera: la prueba o la cruz para ser
testigos de Jesús en el mundo que nos rodea.
Santiago, con su vida, nos enseña e invita a darnos. No hay cosecha si,
previamente, no hay siembra. Y, no hay siembra si no existe la semilla.
Que, como el apóstol Santiago, sepamos sembrar la semilla del amor de Dios e
indicar el Camino de Cristo con nuestro deseo de comunicar y expresar nuestra fe a
cuántos nos rodean. Sin imposiciones pero con convencimiento. Sin violencia pero
con constancia. Sin timidez y con persuasión. Sin miedo y conscientes de que, el
anuncio de Jesucristo, implica y trae consigo incomprensión, enojo, traición y hasta
sufrimiento.
No olvidemos que, uno de los pilares fundamentales de la primera evangelización
que nos trajo Santiago Apóstol, fue precisamente el que a nosotros nos falta y más
nos hace falta: el testimonio de la fe.
4.- SEAMOS UN CAMPO DE ESTRELLAS
En el que, cuando las personas se acerquen,
puedan comprender y entender
que en el techo de nuestra vida existe un Alguien
SEAMOS UN CAMPO DE ESTRELLAS
En el que, la luz de la fe,
ilumine todas las habitaciones de nuestra casa
En el que, el brillo de la fe,
irradie esperanza a los sótanos donde estamos perdidos
SEAMOS UN CAMPO DE ESTRELLAS
En el que, Cristo, anunciado por Santiago
sea la razón suprema de nuestro caminar
En el que, Cristo, testimoniado por Santiago
sea el motivo de nuestros esfuerzos
En el que, Cristo, proclamado por Santiago
sea llamada a no decaer en nuestro empeño
SEAMOS UN CAMPO DE ESTRELLAS
Donde la resurrección responda a la noche oscura
Donde la Palabra de Dios por su escucha
anuncie el resplandor y el inicio de un nuevo día
Donde el testimonio del apóstol Santiago
sea fuerza y empuje en el ardor evangélico
SEAMOS UN CAMPO DE ESTRELLAS
Que sea el principio y no el final de un camino
Camino de futuro, no de fracaso
Camino de gloria, pero no del mundo
Camino del cielo, no sólo de tierra
Camino de eternidad, no sólo de humanidad
Camino de Santiago, no sólo de historia
Camino de fe, no sólo de cultura
Camino de oración, no sólo de piedras
Camino de resurrección, no sólo de muerte
Camino de Palabra, y no sólo humana
Camino de conocimiento, no sólo de disfrute
Camino de perfección, no de mediocridad
Seamos, con Santiago Apóstol,
un campo de estrellas alimentadas
por la estrella de la fe que es Jesucristo
Amén