Con Cristo surge la luz de la verdad y empezamos a entender.
2012-07-22
Evangelio
Del santo Evangelio según san Marcos 6, 30-34
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo
que habían hecho y enseñado. Entonces Él les dijo: «Vengan conmigo a un lugar
solitario, para que descansen un poco». Porque eran tantos los que iban y venían,
que no les dejaban tiempo ni para comer.
Jesús y sus apóstoles se dirigieron en una barca hacia un lugar apartado y
tranquilo. La gente los vio irse y los reconoció; entonces de todos los poblados
fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron.
Cuando Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y
se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a
enseñarles muchas cosas. Palabra del Señor.
Oración introductoria
Señor, me conmueve tu preocupación por tus discípulos, una muestra más de tu
infinito amor. Me presento hoy ante Ti, porque yo también quiero contarte todo lo
que he hecho. Quiero darte todo mi corazón y amarte sinceramente. Ayúdame a ir
a lo profundo, a esos rincones de mi conciencia para descubrir qué más debo
entregarte o en qué parte de mi vida todavía no te dejo entrar.
Petición
Jesús, que no me distraiga, ayúdame a tener una experiencia de tu presencia en
esta oración.
Meditación
Con Cristo surge la luz de la verdad y empezamos a entender.
«Cuando Cristo vio a la gente que había venido para escucharlo y esperaba de Él
una orientación, sintió lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor.
Entre las corrientes contrastantes de su tiempo, no sabían dónde ir. Cuánta
compasión debe sentir Cristo también en nuestro tiempo por tantas
grandilocuencias, tras las cuales se esconde en realidad una gran desorientación.
¿Dónde hemos de ir? ¿Cuáles son los valores sobre los cuales regularnos? ¿Los
valores en que podemos educar a los jóvenes, sin darles normas que tal vez no
aguantan o exigirles algo que quizás no se les debe imponer? Él es la Luz. El cirio
bautismal es el símbolo de la iluminación que recibimos en el Bautismo. Así, en esta
hora, también san Pablo nos habla muy directamente. En la Carta a los Filipenses,
dice que, en medio de una generación tortuosa y convulsa, los cristianos han de
brillar como lumbreras del mundo. Pidamos al Señor que la llamita de la vela, que
Él ha encendido en nosotros, la delicada luz de su palabra y su amor, no se apague
entre las confusiones de estos tiempos, sino que sea cada vez más grande y
luminosa, con el fin de que seamos con Él personas amanecidas, astros para
nuestro tiempo» (Benedicto XVI, 12 de abril de 2009).
Reflexión apostólica
«Háganse acompañar de Cristo e inspírense en su amor, de manera que su
noviazgo [o sus relaciones con otras personas] sea un testimonio de vida cristiana
por el aprecio y el respeto mutuo, la responsabilidad y seriedad del compromiso, la
búsqueda en común de la voluntad de Dios, el cariño y la ternura recíprocas, y la
ayuda que mutuamente se presten para vivir sus relaciones de acuerdo con el
querer de Dios, Señor de la vida y del amor» (Manual del miembro del
Movimiento Regnum Christi , n. 281).
Propósito
Que mi testimonio de vida sea luz que refleje el amor y la Palabra de Dios a los
demás.
Diálogo con Cristo
Jesús, gracias por enseñarme cómo tratar a los demás. Tú eres un escultor genial,
vas moldeando en tus apóstoles tu imagen de bondad, de humildad y de
generosidad. Nunca «usas» o ves a los demás como meros instrumentos. Dame tu
gracia para poder ejercer tu estilo de liderazgo en todas mis relaciones,
especialmente en mi familia y en la evangelización y promover el bien temporal y
espiritual de cada uno. Que por encima de todo, brille tu caridad en mi corazón.
«Se necesita irradiar, con el propio testimonio de vida, con palabras, con acciones, aquello que se quiere
transmitir.»