"No saben lo que piden",
Mt 20, 20- 28” .
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
Lectio Divina
SIERVO DE MUCHOS
El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por
todos (Mt 20,28). Es más que lícito que nos preguntemos qué psicología brota de una
afirmación autobiográfica como ésta, y la respuesta no puede ser equívoca. Estamos frente a
un gran don que Jesús ha hecho a sus discípulos de ayer y de hoy, ofreciéndoles la
posibilidad de penetrar en su corazón de Hijo inmolado por amor, en su espiritualidad de
Cordero inmolado en rescate de los hermanos.
Todo esto es lo que se expresa mediante la metáfora del “servicio”, un término que ha de
ser bien entendido: hemos de rescatarlo de todo tipo de servilismo, de toda abdicación pasiva
a la propia libertad, y hemos de inscribirlo en el horizonte de una total expropiación
personal y de una entrega completa de nosotros mismos al Padre. La luz de esta
afirmación de Jesús se difunde, obviamente, por todo el Evangelio.
Jesús, sin embargo, se presenta también como siervo de muchos, a saber: de todos
los que el Padre le ha confiado como hermanos, oprimidos por el pecado, pero abiertos al
don de la liberación. El cáliz de la pasión, que Jesús acepta libremente de manos del
Padre, solo espera ser saboreado también por aquello por los que el Maestro de
Nazaret lo bebió hasta el sufrimiento.
ORACION
Tu ley, Señor Jesús, es el signo de tu realeza, tú nos quieres obedientes porque solo a
través de la obediencia como tú mismo demostraste se llega a rey.
Tu ejemplo, Señor Jesús, manifiesta tu profunda identidad de Hijo: Hijo de Dios Padre que
vive y ex- presa siempre su propia sumisión en su plena disponibilidad.
Tu Palabra, Señor Jesús, ilumina nuestro camino: el que tú nos muestras no vale solo para
ti, sino también para todos los que, libremente, te han elegido como maestro y te
siguen con alegría por el camino del Evangelio.
Tu martirio, Señor Jesús, lo fuiste viviendo en cada momento de tu vida: quien ha
aprendido a conocerte a través de las páginas evangélicas sabe que, para ti, ser
siervo significaba vivir del todo para Dios y del todo para los hermanos.