XVII Semana del Tiempo Ordinario (Año Par)
Introducción a la semana
Esta semana puente entre julio y agosto la abrimos con el relato evangélico del
domingo de la multiplicación de los panes y los peces, punto de apoyo para el
discurso del pan de la vida que seguiremos a lo largo de las cuatro próximas
semanas. Argumento que viene preparado por el prodigio de Eliseo en la primera
lectura y que pone ante nuestros ojos las enormes posibilidades de compartir
muchos pocos, prodigiosa solidaridad.
El apartado de memorias litúrgicas nos viene denso y variado. Se cierra el mes
con Ignacio de Loyola, padre de la Compañía de Jesús y abrimos agosto con
Alfonso María de Ligorio, otro fundador, éste de los Redentoristas; la familia
dominicana hace memoria de la madre de Domingo de Guzmán, Juana de Aza,
el jueves; y concluye la semana con la evocación del santo cura de Ars, Juan
María Vianney. Excelente ramillete de testigos que hablan de la hermosa
pluralidad de la gracia al servicio del evangelio.
La pasada semana asomaba Jeremías a la primera lectura; seguimos con él en
todas las entregas de esta semana. Y nos encontramos con el relato de acciones
simbólicas, muy propias de Jeremías, al igual con oraciones desagarradas por la
penosa situación del pueblo israelita, o con palabras de notable ternura para
consuelo del hombre fiel. Resalta la bella imagen de Yahvé como alfarero que en
sus manos tiene la arcilla de su pueblo, junto con el desairado rol del profeta
que por vivir como tal tiene siempre la vida amenazada.
Las parábolas del reino que en la franja evangélica se nos presentaron la pasada
semana, continúan en ésta hasta agotar el capítulo 13 de Mateo, incluso con la
coda final del rechazo de los nazaretanos al mensaje de su paisano Jesús ¡si
ellos conocen a su familia!. El sábado se nos ofrece la muerte de Juan el
Bautista, monumento a la frívola crueldad de los poderosos.
En Nazaret, dice la página evangélica, no hizo allí muchos milagros por su falta
de fe; tenemos la singular oportunidad de cambiar el texto con un seguimiento
confiado del Maestro.
Fr. Jesús Duque O.P.
Convento de San Jacinto (Sevilla)
Con permiso de dominicos.org